Preocupa que bandas internacionales de narcotraficantes sean dirigidas por ex policías bolivianos antidroga.
El caso demanda profunda investigación.
El descubrimiento de una organización criminal de narcotráfico liderada por el ex jefe antidroga y ex empleado del Ministerio de Gobierno, general René Sanabria Oropeza, ha dejado en claro que la capacidad de penetración de las mafias de narcotraficantes ha ido demasiado lejos incluso en estructuras de poder. La organización de Sanabria Oropeza, de acuerdo a la información difundida desde Panamá, país en el que fue apresado para ser enviado a Miami, Estados Unidos, actuaba desde la Policía y una instancia de Gobierno, en el Centro de Inteligencia y Generación de Información (Cigein) del Ministerio de Gobierno. En noviembre del pasado año hicieron su primer embarco de 144 kilos de droga, cargamento que fue detectado y se inició un seguimiento en Panamá. Este caso es muy grave en la historia del narcotráfico boliviano, primero porque revela que la organización criminal, tiene nexos internacionales, que deben ser investigados para conocer de qué grupos se trata y para quiénes efectivamente trabajaba nada menos que el ex jefe de la policía antidroga de Bolivia. Un segundo aspecto es conocer las ramificaciones que tiene el grupo que dirigía el general René Sanabria Oropeza, porque las primeras investigaciones en el país dieron como resultado la detención del mayor Edwin Raúl Oña Moncada y del capitán Franz Fernando Siles Ríos, ambos parte del Cigein y del coronel Milton Sánchez Pantoja, ex jefe antidrogas en Chachabamba y últimamente autoridad del Regimiento policial 4 de la zona sur de La Paz. En esta red de narcotraficantes que enviaban droga a Estados Unidos, se tiene la presencia nada menos de ex jefes policiales y policías que tenían a su cargo precisamente la lucha contra el narcotráfico en el país, es decir las tareas de interdicción y represión contra el narcotráfico. Con el descubrimiento de la red internacional se ha puesto nuevamente en duda a la Policía en relación al cumplimiento de su labor de represión al delito, pero lo más grave es que el narcotráfico, como se ha dicho muchas veces, con todo su poder económico y de organización, ha penetrado incluso una oficina gubernamental, el Centro de Inteligencia y Generación de Información. Ante esta situación, desde luego, que las autoridades han anunciado investigación para dar con cada uno de los componentes de la mafia internacional y como se ha evidenciado, estaría conformada por policías incluso en ejercicio de sus funciones. Cabe ahora preguntarse, hasta dónde una investigación a partir de los hechos del escándalo que ha originado este caso, en medios oficiales y ciudadanos, puede ser concluyente en cortar de raíz el mal que estaría afectando cuadros de la Policía Nacional. No se puede soslayar tampoco a partir de la actuación de ex altas autoridades de la lucha contra el narcotráfico, la posibilidad de una reorganización total de esta fuerza y finalmente plantear también la interrogante si la penetración del narcotráfico internacional en segmentos de la Policía no se origina en la falta de presencia de la DEA norteamericana. Lo cierto es que el Gobierno nacional, a través de sus autoridades y niveles correspondientes, deben explicaciones y soluciones para detener lo que podría tener consecuencias insospechadas en al estructura nacional a partir del avance de bandas internacionales de narcotraficantes, que lamentablemente, logran participación en niveles policiales y sectores donde la información para la lucha contra este mal es decisiva.
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