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miércoles, 28 de septiembre de 2011

cocaleros culpables, laboratoristas, narcos que venden en las escuelas, todos culpables en la cadena productiva de la "maldita coca". no se la pierda


coca maldita

Nicolas Loayza
n.loayza123@hotmail.com

Los bolivianos estamos siendo engañados con propaganda sobre que la cacaina es mala mientras la hoja de coca sí es buena y es una parte muy importante de nuestra cultura. Es mentira: la cocaína es mala y la coca lo es también.

La hoja de coca es nociva para la salud. La hoja de coca es un coctel tóxico de 14 alcaloides que engañan al cerebro, deteriorar la dentadura y como es un estimulante hace creer a los consumidores que no tienen ni hambre ni cansancio cuando si tienen las dos cosas.

Está medicamente probado que el acullico produce adicción y que el uso crónico de la hoja mascada de coca se asocia con cuadros de apatía, depresión, trastornos de la conducta y alteraciones cognitivas. Además, el uso de legía en el pijcheo daña la dentadura

Por ello, es necesario que los bolivianos no nos sigamos engañando: Los bolivianos viviríamos mejor sin coca y con una alimentación equilibrada con suficientes proteínas y vitaminas. Como el Estado boliviano no puede garantizarnos alimentación nos da coca y pretende engañarnos diciéndonos que todo está bien, que la hoja es curativa y alimenticia. No es verdad. Ojala que en lugar de ser presidente de las seis federaciones de productores de coca Evo Morales fuese presidente de las federaciones de productores de carne de res, o de criadores de pollo, o de productores de fruta y verduras. Mucho mejor le iría a Bolivia y a los pobres de Bolivia.

La hoja de coca tampoco es el centro de nuestra cultura. Eso es mentira. Quizás para muchos bolivianos mascar coca sea una tradición, como para muchos otros lo es emborracharse los fines de semana o golpear a sus esposas; pero eso no es nada cultural. Una adicción no puede ser cultura y algo que se usa para enmascarar el hambre, tampoco. La cultura boliviana es Gilberto, Rojas, el carnaval de Oruro, los Kjarkas, Gladys Moreno, los Loukass, Yolanda Bedregal, Pedro Shimoshe o Jaime Saenz y ni los cocaleros ni los narcotraficantes pichicateros han aportado nunca nada para nuestra cultura nacional y el que sostenga lo contrario, miente.

No es verdad que la coca sea una hoja milenaria. Esta probado que los incas no permitían que el pueblo acullicase, porque sabían que era nocivo. La práctica del consumo de la coca tenía fines rituales y entre la élite inca y no se acullicaba constantemente, de hecho el consumo masivo sólo llegó con la colonización de los españoles, que querían adormilar al pueblo y dominarlo para que trabajase más horas en las minas sin tener casi necesidad de comer. Acullicaban y se morían de hambre y cansancio en las mitas ¿Podemos estar de acuerdo con eso? Tener a nuestro pueblo sometido ¿es una práctica cultural milenaria? Mentira.

Otra falsedad es la industrialización de la hoja de coca. La hoja de coca sólo se industrializa intensivamente para fabricar cocaína. No sirve para nada más y eso lo sabe todo el mundo. Todos los esfuerzos por industrializar la hoja han fracasado: la goma de mascar de coca, la pasta de dientes de coca, el licor, los caramelos, el jarabe, la sopa, todos esos productos han sido un gran fracaso. Si los bolivianos no toleramos la pasta de diente de coca ¿cómo queremos convencerle a un sueco o a un chino que la consuma? Es mentira, la industrialización es una tapadera para el narcotráfico.

La hoja de coca y los cocaleros son depredadores del medio ambiente. Basta con ver lo que sucede en el TIPNIS: los cocaleros quieren ampliar su frontera agrícola para satisfacer el apetito insaciable del narcotráfico. Esa es la única verdad. El cultivo de la coca acaba con los suelos y provoca desforestación. Según los estudios existentes, la expansión del cultivo, la producción y el tráfico de coca en Perú, Bolivia y Colombia ha causado la destrucción de por lo menos 2,4 millones de hectáreas de bosque tropical en la región andina en los últimos 20 años. En Bolivia, el despeje por medio de la tala y quema para nuevos cultivos de coca tuvo como resultado la destrucción de casi 40.000 hectáreas de bosque en la región del Chapare sólo desde la mitad de la década del ochenta hasta el final de los años noventa.

La deforestación causada por el cultivo de narcóticos en las cuencas montañosas aumenta la gravedad de inundaciones y sequías Igual de grave o peor: el proceso de transformación de las hojas de coca a cocaína genera un gran daño ambiental como resultado de la eliminación irresponsable de los desechos de químicos tóxicos utilizados en el procesamiento. Durante cada uno de los pasos para producir cocaína o pasta base, se utiliza una gran cantidad de químicos que posteriormente son arrojados como desechos en la zona circundante: ácido sulfúrico, kerosén, carbonato de sodio, ácido clorhídrico, amoniaco, acetona. Los narcos no se andan con delicadesas ambientales y todos esos químicos acaban en los ríos contaminando el agua que bebemos o los peces que luego se pescan y se comen en todo el país. Se estima que la producción de un kilo de base de coca requiere el uso de tres litros de ácido sulfúrico concentrado, 10 kilos de cal, 60 a 80 litros de kerosén, 200 gramos de permanganato de potasio y un litro de amoníaco concentrado. Estamos hablando de un kilo mientras que la producción de droga estimada en Bolivia anual es de 195 toneladas, es decir, 195.000 kilos.

Entonces, acabemos con la mayor de las mentiras: coca no es cocaína. Mentira.

Los productores de coca del Chapare son parte integral del negocio del narcotráfico, admitámoslo de una vez. El 99% de la coca que producen en Cochabamba se destina a producir cocaína, entonces ¿por qué pretendemos sacar a los cocaleros de El Chapare de la cadena del narcotrafico A nadie se le ocurre decir que los productores de soya no son parte de la cadena productiva del aceite de soya, o que los productores de cacao no son parte de la cadena del Toddy, entonces ¿por qué sacamos a los cocaleros de la cadena de la cocaína? Los productores de coca nos han convencido de eso y los bolivianos ingenuamente les hemos creido. Sería impensable decir que los productores de opio de Afganisthan no son parte de la cadena de la heroína, pero los bolivianos pretendemos creer y hacer creer que nuestros cocaleros no son culpables de nada. Al hacerlo, nos ponemos en ridículo ante el mundo, porque el 99% de los cocaleros se dedican al negocio del narcotráfico y son una parte fundamental de esta industria: son los productores de la materia prima.

Los cocaleros tienen tanta culpa y son tan indispensables para el narcotráfico como lo son los dueños de los laboratorios de cocaína o los narcos que venden el polvo maldito en las puertas de las escuelas de Miami, de Moscú, Sao Paulo o Santa Cruz. Todos son culpables. Lo es también el gobierno que les cobija y les da amparo. El Presidente y tambien sus ministros, viceministros, etc.

lunes, 26 de septiembre de 2011

una nueva burla de Evo Morales. no cumple con la Ley 2640 relativa a un resarcimiento a las víctimas de la violencia política. se prepara una actuación ante el Tribunal de Justicia de La Haya para el cumplimiento de la Ley y el pago retroactivo del Gobierno del MAS

La Unión Nacional de Víctimas de Violencia Política (Unavipo) convocó a una movilización de protesta, a partir de este lunes en La Paz, contra la postergación indefinida de la indemnización que deben recibir.

Los afectados exigen al Gobierno el cumplimiento de la Ley 2640 que establece el pago individual.

El presidente de Unavipo en Cochabamba, Gilberto Mamani Coro, manifestó su rechazo a la “ley corta” propuesta por el Ministerio de Justicia, porque desestima los expedientes ya calificados por la comisión Comteca.

En 2004 fue aprobada la ley, pero hasta la fecha ninguna de las víctimas de las dictaduras de 1964 a 1982 recibió la indemnización que le corresponde. Hay más de 6.000 afectados en todo el país.

jueves, 22 de septiembre de 2011

oportuno llamado de atención de El Día ante el tema de la coca. mencionando solo de paso que el consumo de cocaína es cada vez mayor en Bolivia, discurre sobre el dilema y las contradicciones.


Hace unos días el ex aliado del Gobierno del MAS, Juan del Granado, lanzó una propuesta que pasó casi desapercibida en el país por motivos obvios. El exalcalde paceño, quien critica a la administración de Evo Morales, pero dice ser fiel al “proceso de cambio” (al que propone recuperar y reconducir), le planteó al presidente legalizar el consumo de la cocaína en el país, con el objetivo de evitar que las mafias y los cárteles de la droga se apoderen de la realidad nacional como ha sucedido en el norte de México y ocurría en Colombia hace una década.

Rápidamente la pregunta provocó inquietud en la prensa internacional y fue trasladada al primer mandatario boliviano, quien la rechazó de plano, porque según dice, él solo defiende la coca y no las drogas. Pese a esa afirmación, Evo Morales sorprendió ayer a los asistentes a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, cuando volvió a plantear su acostumbrada y férrea defensa de la “hoja sagrada”, acompañada de algunos comentarios sobre la despenalización de la cocaína, droga que tiene usos terapéuticos en algunos lugares de Estados Unidos, Reino Unidos y otros países.

Para Evo Morales, resulta una hipocresía que la cocaína tenga aceptación bajo receta médica, mientras que el consumo de la coca siga siendo penalizado por la Convención de Viena sobre Estupefacientes, mecanismo multilateral que el Gobierno ha propuesto abandonar precisamente por el asunto de la coca. La apuesta la diplomacia boliviana es volver a adherirse al convenio pero con reservas, algo que no parece ser viable, según los entendidos en la materia.

De cualquier forma, el debate sobre la legalización de las drogas llegará tarde o temprano a ocupar la política nacional y tanto la declaración de Juan del Granado como el discurso presidencial son indicios de que esta discusión está muy cerca de Bolivia. Primero que nada, el Gobierno de Evo Morales no podrá seguir ocultando una posición que desde hace mucho es un secreto a voces. Esa misma contradicción que el primer mandatario ve en los países consumidores de cocaína se da a nivel interno cuando el régimen defiende y promueve los cultivos de coca, pero pretende hacerse el desentendido con la explosión de la producción de droga.

La política de manos abiertas hacia la coca le está ocasionando graves problemas a nivel internacional al régimen de Evo Morales, quien se encuentra en el ojo de la tormenta, no solo porque han llegado a vincular a su administración con la producción y el tráfico de cocaína, sino porque los países vecinos, principales destinatarios de la droga boliviana, han comenzado a exigir mayor determinación de las autoridades nacionales en el combate a las mafias que controlan el negocio. El cerco es cada vez más estrecho y el régimen del MAS necesita tomar una decisión urgente.

No es desconocido que en el mundo crecen las críticas hacia la política internacional contra las drogas y muchos la consideran una guerra fracasada. Muchas personalidades de talla mundial como el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, se han pronunciado a favor de la despenalización de las drogas y de hecho, un ilustre allegado al régimen de Evo Morales, George Soros, es precisamente uno de los mayores impulsores de esta propuesta. El magnate, considerado uno de los más grandes especuladores del mundo, obviamente pone sus ojos en Bolivia porque de producirse la apertura, tendría en sus manos un negocio multimillonario y en un país que ha convertido a la coca en su razón de ser.

¿Es esta la visión del Gobierno de Evo Morales? ¿Hacia ahí apunta la jugada diplomática sobre la Convención de Viena? Esa es una realidad que tal vez muy pronto tendrá que ser admitida.
Esa contradicción que el primer mandatario ve en los países consumidores de cocaína se da a nivel interno cuando el régimen defiende los cultivos de coca, pero pretende hacerse el desentendido con la explosión del narcotráfico.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

bajo el penoco comenta la propuesta de Juan del Granado de "legalizar el consumo de drogas" olvidando que "la restricción y el control" están vigentes en Cuba, USA, Europa...

En medio de la narcotización de la realidad boliviana y, sobre todo, de la política, aparece el exaliado del MAS y no siempre claro opositor, Juan del Granado, haciéndole la propuesta al Gobierno de “legalizar el consumo de cocaína bajo criterios médicos y de rehabilitación” para evitar –según dice-, “la conformación de cárteles y monopolios”. El ex “Trigo Limpio”, quien estuvo cogobernando con Evo Morales durante casi cinco años y que además es su compadre, seguramente conoce muy bien la visión que tiene este régimen respecto al tema de las drogas. De ahí es que surge una propuesta muy concreta que ha estado flotando en el aire durante tanto tiempo y que más de una vez se les escapó de los labios a ciertos agentes gubernamentales. Se ha hablado mucho también de la relación del MAS con el magnate George Soros, quien encabeza en el mundo la propuesta sobre la legalización de las drogas. La declaración de Juan del Granado es, sin embargo, lo más cerca que ha estado la dirigencia política nacional de lanzar una idea que ha estado anidando tanto tiempo. Surge además, en momentos en que el cerco parece cerrarse en torno a lo que indefectiblemente ya es un “narcoestado”.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Bolivia y Venezuela fracasan en la erradicación de la coca por tanto tienen excedentes de producción de narcótico. Presidente Obama informa al Congreso sobre el tráfico de drogas.


Estados Unidos determinó que Bolivia y Venezuela "fracasaron ostensiblemente" durante los últimos 12 años en realizar esfuerzos significativos para cumplir las obligaciones a las que se han comprometido según acuerdos internacionales antinarcóticos.
Tal como lo debe hacer cada año en cumplimiento de la ley de autorización de relaciones exteriores (FAA por sus siglas en inglés), el presidente Barack Obama notificó al congreso cuáles países productores o que sirven de tráfico de droga "afectan significativamente a Estados Unidos", anunció el Departamento de Estado en un comunicado de prensa.
La lista del Departamento de Estado de este año mencionó a 22 países incluyendo a Bahamas, Belice, Burma, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana.
"En los casos de Bolivia y Venezuela, el presidente ha exonerado sanciones posibles según la ley estadounidense, para que Estados Unidos pueda seguir apoyando programas específicos en beneficio de los pueblos de Bolivia y Venezuela", señala el comunicado, el cual aclara que la designación puede reflejar una combinación de factores geográficos, comerciales y económicos.
Bolivia y Venezuela son dos países en América Latina donde no hay embajador estadounidense en la actualidad.
The Associated Press envió un correo electrónico a la embajada venezolana y dejó un mensaje en la sede diplomática boliviana en Washington para obtener un comentario, pero no ha habido respuesta.
El gobierno del presidente Evo Morales analizaba el jueves en Bolivia el dictamen estadounidense para pronunciarse públicamente, informó un funcionario que no está autorizado a emitir declaraciones.
El mandatario calificó similares evaluaciones en el pasado de políticamente motivadas. La decisión de Washington se conoce tres días después de un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga yel Delito que señaló que los cultivos de coca en este país sólo crecieron en 0,3% en 2010, el incremento más bajo de los últimos cinco años.
El Departamento de Estado emitió su comunicado el mismo día que el gobierno venezolano exigiera a Estados Unidos que cese una "campaña de mentiras y agresiones" y casi una semana después de que la Cancillería venezolana protestara verbalmente ante la encargada de negocios de la embajada de Estados Unidos en Caracas, Kelly Keiderling.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés), adscrita al Departamento del Tesoro, catalogó como narcotraficantes a Amílcar Figueroa, representante de Venezuela en el Parlamento Latinoamericano, al general del ejército Cliver Alcalá Cordones, al congresista oficialista Freddy Bernal y al funcionario de inteligencia Ramón Madriz.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Eduardo Campos Velasco hace ver que no logra disimular el MAS su tremendo fracaso para erradicar la coca, pese a la generosidad del informe de la ONU. incremento de coca, expansión a las áreas protegidas, presencia criminal y participación de masistas en el narcotráfico, enumera!

Informe de la ONU constata el fracaso del gobierno en la erradicación de coca y lucha contra el narcotráfico.

En varias oportunidades el gobierno ha manifestado que – ahora - la erradicación de coca es "voluntaria y pacifica", como no lo fue en el pasado. El propio Ministro Llorenti ha señalado que se han erradicado 8.200 hectáreas de coca el 2010 y que, en lo va de la gestión, han superado las 7 mil hectáreas, teniendo planeado superara las 10 hectáreas hasta fin de año. Sin embargo, el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC) revela que esos esfuerzos no han impedido el crecimiento de la producción de coca en el país.

En términos generales se habla del 0.3% de incremento, pasando de 30.900 a 31.000 hectáreas entre la gestión 2009 – 2010, que dan la impresión de que el incremento no fuera significativo. Sin embargo, cuando se hacen cuentas, se evidencia que el incremento supera las 9 mil hectáreas, si se toma en cuenta – los propios datos del gobierno – cuando sostiene que el 2010 erradicaron 8.200 has. de las 30.900 existentes y el informe de ONUDC para el 2010 sostiene que existen 31 mil has.

¿Cómo se explica que habiendo erradicado 8.200 has. de las 30.900 a fin de gestión se tenga una cantidad superior?

Se puede inferir que lo mismo está sucediendo en la presente gestión cuando el gobierno señala que ya hasta la fecha se han erradicado más de 7 mil has. y tiene previsto alcanzar las 10 mil has. a fin de año. Sólo una medición posterior podrá establecer este extremo, pero queda evidente es que mientras el gobierno "erradica pacíficamente" miles de hectáreas en algunas áreas, se incrementan nuevos cultivos en otras zonas.

En esas condiciones no deja de ser racional sospechar que lo que está sucediendo es que se erradican cultivos de coca en tierras cansadas, para ampliar cultivos en tierras fértiles.

El informe de la ONU dice también que hay 1.182 has. de coca en el Parque Isiboro Sécure 9.2% más que las 1.082 has. del 2009 y que esa cantidad representa en 12% de lo que hay en esa región. Por otra parte, el informe establece que el parque Carrasco existen 1.031 has. de coca, 5.9% más que las 974 has. del 2009 y marca por primera vez que hay cultivos de coca en la región cruceña de Yapacani.

El informe constata que el 22% de los cultivos del trópico están en parques, algo que nos ilustra la paulatina invasión de estas áreas protegidas por la actividad ilícita. Estos dato, de por si alarmantes, justifican la preocupación de los pueblos indígenas del TIPNIS, cuando se niegan a una mayor penetración de los colonos a sus territorios.

Los pueblos indígenas del TIPNIS que están movilizados en una marcha, reclamando su derecho constitucional a la consulta previo y rechazando la construcción de la carretera por su territorio, encuentran en esta información la justificación que fue tergiversada y minimizada por el gobierno, ya que los datos son por demás incontrastables y el riesgo de que la carretera que pretende atravesar el TIPNIS, se convierta el salvo conducto para una invasión descontrolada del parque Isiboro Sécure, queda evidenciada.

El informe también, señala datos comparativos de la región andina, Bolivia, Perú y Colombia, en la que en términos generales hubiera caído en un 6% el cultivo de coca, fundamentalmente por el decrecimiento del 15% en Colombia que se encuentra con 57.000 has. de coca y pese al incremento del Perú que ha incrementado en un 2%, con 61.200 has. para el 2010.

Si nos atenemos a la información de la ONU, queda demostrado que está en curso un proceso de expansión de los cultivos de coca hacia otras áreas aledañas a las del Chapare fundamentalmente, debido – como se puede inferir – al empobrecimiento de los suelos en los que se cultiva actualmente y en busca de suelos mar fértiles que les brinden rendimientos mayores.

Esa es la realidad que nos plantea el informe y ese es el riesgo de abrir el TIPNIS con una carretera que la atraviese por el medio. Por otra parte, no sólo es el TIPNIS que está en riesgo, sino otras áreas como el parque Carrasco y el Chore, reservas que paulatinamente son desforestadas e incorporadas a la actividad del cultivo de coca.

Si a lo señalado por el informe de la ONU, sumados el evidente incremento de la presencia del narcotráfico en nuestro país, como es indisimulable, queda claro que la política de erradicación de coca excedentaria del gobierno es un verdadero fracaso que antes que impedir que Bolivia se convierta en el paraíso del crimen organizado asociado a la droga, se está facilitando su traslado de otras regiones del continente.

El incremento de los cultivos de coca, la expansión de las áreas de producción a áreas protegidas, la evidente presencia de grupos criminales asociados a la droga, la penosa participación de autoridades y funcionarios públicos en el narcotráfico, el incremento de la inseguridad ciudadana y el control de bastos sectores de la economía informal por la droga, son claras señales de que lo que hace el gobierno es esta materia, es insuficiente y peligrosamente condescendiente con un peligro que puede acabar apoderándose de nuestro país.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Hasta México se ha desplazado la cocaína colombiana que copia los cuadros de desolación y crimen que provoca el ilícito sacrificando a los jóvenes en una lucha absurda, estúpida, sangrienta entre unos grupos contra otros



Argumentos inaceptables
Mauricio Aira

Ante el retorno del tema narcotráfico al debate mundial, la TV de Suecia destacó un equipo de reporteros a Colombia y México dos de los centros de febril actividad en el sucio negocio de la cocaína y los comunicadores hicieron un trabajo de penetración al interior de la producción de las hojas de coca, su maceración y obtención de pasta base para ingresar a la fase de refinación en clorhidrato de cocaína, “mercadería inapreciable” de consumo popular especialmente en los grandes mercados de Estados Unidos y Europa.
La investigación plenamente documentada no estuvo exenta de peligros especialmente cuando los reporteros se introducen en el corazón de la selva colombiana donde se produce la hoja de coca, y cuando reciben toda una lección de la forma de picar la coca, mezclarla con cal y hacerla macerar mezclándola con parafinas, diesel y otros carburantes. Es de suponer que los periodistas lograron convencer a los narcos para ser filmados y sus confesiones fueron registradas vez por vez sin dar lugar a equívoco alguno.
Cuando se filmaba el proceso de transformación de las mezclas en sulfato base, o esa pasta que servirá para su refinamiento y luego en producto terminado los periodistas formularon preguntas clave. ¿Por qué hacen ustedes esto? ¿No temen ustedes el castigo de la Ley y por tanto la prisión? Las respuestas son siempre las mismas, como aprendidas en un catecismo.
Hacemos esto porque somos pobres. Participamos de todo el proceso desde la cosecha de la coca hasta la puesta en el mercado de “la merca” el polvo blanco que envenena a multitudes, especialmente a la juventud, “esta es nuestra cultura”, “no somos consumidores porque conocemos que es un producto peligroso para la salud” y con el dinero que obtenemos de la droga, nos mantenemos y podemos sobrevivir. Educamos a nuestros hijos y construimos nuestras casas.
Las respuestas nos provocaron desazón, estupor, porque son exactamente las mismas que escuché en mi recorrido por El Chapare Tropical. Es más, cuando argumenté que su actividad era simplemente criminal porque significaba la muerte de miles de adictos por su efecto de crear hábito y reclamar una dosis cada vez mayor hasta provocar la muerte, la respuesta fue “y qué acaso son nuestros muertos”?  La réplica ha llegado estos días al gran público boliviano en forma de estadísticas incontrastables de estar en franco aumento el número de jóvenes estudiantes que consumen cocaína. “Nos sentimos bien y tenemos más ganas de estudiar” expresó el hijo de una pareja amiga. “Si uno se sabe medir, puede controlar el polvo blanco”, meses después nos enteramos que nuestros amigos habían perdido a su hijo único víctima de una sobredosis.
Las justificaciones de los traficantes ofrecidas a los periodistas suecos y las que nos dieron en Cochabamba, no pueden ser aceptadas. Para empezar no son los desocupados, ni son los pobres que fabrican cocaína en Bolivia, son ese sector en constante aumento “los narcotraficantes” insaciables, disconformes, porque no les basta poseer una casa o un vehículo, quieren diez casas, diez vehículos para cada uno de sus allegados y como la tierra se va empobreciendo y las cosechas ya no son tan frecuentes ni tan abundantes, avanzan hacia tierras vírgenes, donde nunca antes se produjo la hoja de coca y ello se constituye en una necesidad vital, de supervivencia, con el nuevo “status cocalero” de viajes en avión, de francachelas, de derroche lujurioso antes totalmente desconocido, y en angurria de poder, del poder total que incluye el control sobre los uniformados para asegurar que ningún foráneo penetrará su entorno “familiar”, se toman reservas y parques naturales.
Se explica entonces la conducta de éstos círculos concéntricos que no se detienen ante nada con tal de obtener sus fines, es decir la máxima libertad para sus “actividades industriales”, si hasta se crearon un partido político y se tomaron el poder. El documento mediático exhibido hace pocas horas nos brindó el espeluznante espectáculo de muerte y dominación que tiene por escenarios poblaciones mexicanas hasta donde se ha desplazado el mundo de la cocaína de la cada mes más restringida Colombia cocalera.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Victor Hugo Cárdenas original aymara que domina su lengua materna, además el quéchua, el inglés y francés. expresidente de Bolivia y respetado y querido también por la clase media ha formulado valiente declaración


El ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas aseguró este miércoles que en el conflicto del Tipnis, el  Gobierno actúa como un rehén de poderosos intereses del narcotráfico al insistir en la construcción de la carretera necesitado de ampliar el cultivo de la hoja de coca ilegal en los costados del camino Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

Recordó que el año 90, el Gobierno de ese entonces reconoció a los indígenas una extensión por de 1.200.000 hectáreas pero Evo Morales, el 2009, ya quitó 200.000 hectáreas que están en poder de los cocaleros quienes, pasando por el Tipnis, tendrán más tierras y “por eso digo que el narcotráfico tiene un fuerte poder y por eso el Gobierno es rehén de dichos intereses”.

Cárdenas dijo que la negativa del presidente Morales de estudiar una vía alterna obedece a que desde la campaña electoral del 2005 ya hay un compromiso de abrir la carretera porque si no lo hace, el Gobierno perderá el apoyo de los cocaleros.

Indicó además que estudios técnicos y científicos demuestran que la hectárea de coca en el Chapare ya no da tres toneladas al año, sino una tonelada debido al agotamiento de la tierra y, según el ex mandatario, ése es el interés de los cocaleros de asegurarse nuevas tierras en el Tipnis.

Aseguró que por ese motivo el Gobierno, tércamente, no quiere ceder bajo ningún punto de vista y pretende obligar a los indígenas que se construya la obra pero también están los intereses empresariales del Brasil para que en vez de dar una vuelta por el Atlántico para conectarse con los puertos chilenos en el Pacífico, prefieren pasar por Bolivia.

Sin embargo, precisó, el Gobierno ya se entrampó porque no hizo la consulta legal, no hizo el impacto ambiental, firmó y marcó desde el 2008, los tramos I, II y III, “metiendo las dos patas”, y por Cárdenas considera que es falso el argumento que no existe diseño del tramo II.

 Evo pierde base social

Lamentó que la negociación por el Tipnis se haya convertido en una polémica entre la buena fe de los indígenas y la mala fe del Gobierno porque la todas las opciones planteadas por los ministros quiebran el TIPNIS develando que el interés básico es ampliar los cultivos de coca en las tierras de la reservas natural.

Dijo que a consecuencia de la discriminación a los pueblos indígenas y el conflicto por el Tipnis, la base social del Gobierno de Evo Morales se reduce al simple apoyo de las Bartolinas, una organización de mujeres campesinas afines al MAS.

 “Si el país se da cuenta, el Gobierno ya perdió el apoyo de la CIDOB que se moviliza en contra Evo Morales, CONAMAQ ya le retiró el apoyo, la CSUTCB ya no se moviliza y está dividida; y los Interculturales o colonizadores están interesados solamente en la coca, ya no se moviliza para apoyar al Gobierno sino solamente para bloquear Yucumo, sólo le queda la organización Bartolina Sisa”, manifestó.

Según Cárdenas, si el Gobierno pierde el apoyo de los cocaleros “esto se viene abajo y por eso no quieren ceder y arma la consulta no solamente a los indígenas sino también a los cocaleros en una locura porque el mundo está riendo del Gobierno porque no sabe diferenciar qué es consulta y las normas internacionales”.

lunes, 5 de septiembre de 2011

la droga está al alcance de estudiantes a la puerta del colegio.10% de escolares accedieron a la cocaína. desenfrenada promoción con Evo a la cabeza a la producción de coca entre las causas. El Deber. SC


Ha sido realmente penoso el comprobar –mediante un informe difundido últimamente- que casi un 10% de los  niños bolivianos en edad escolar consumen estupefacientes de diverso tipo. En los niveles juveniles, ese de suyo alarmante porcentaje se incrementa a niveles que orillan el 20%, según varios informes estadísticos al respecto. Esto nos brinda un oscuro panorama que es necesario erradicar cuanto antes.
Bolivia ya es  actualmente el país con mayor desnutrición infantil en América Latina luego de Haití. Datos de las Naciones Unidas indican que casi un tercio de los niños bolivianos sufre de desnutrición crónica. Si a esta calamidad le agregamos el uso creciente de drogas dañinas entre niños y jóvenes, corremos el riesgo de formar nuevas generaciones con disminuciones estructurales  -de naturaleza física, mental y moral-  tanto por la falta de alimentos adecuados como por el abuso en materia de narcóticos.  Ningún país puede trazarse un futuro positivo bajo tales condiciones.
Urge una campaña de prevención contra el abuso de las drogas, campaña que el Gobierno del Estado Plurinacional no encara con firmeza, tal vez por no percibir a fondo lo terribles que pueden ser las consecuencias o por su desenfrenada promoción del uso de la hoja de coca. Recuérdese que nada menos que el actual canciller David Choquehuanca llegó a sugerir en el reciente pasado el uso masivo de la coca en el desayuno escolar. A ello, súmese el descontrolado narcotráfico del momento y la situación se torna aún más oscura.
Así como los daños mentales de una falta de alimentación adecuada en la infancia y en la niñez son irreversibles, lo propio pasa –y se incrementa- si se agrega a esa grave carencia el dañino uso de estupefacientes.  Tarea impostergable de todos es el evitar algo tan negativo para nuestro porvenir, basado por definición en los hombres del mañana que  deben formarse hoy con todos los atributos alimentarios y de salud necesarios para su normal desenvolvimiento.
Como lo hemos repetido muchas veces, las autoridades de la hora hablan y hablan sin cesar, pero poco hacen en concreto frente a este drama. Lo propio sucede con muchos otros problemas que también aquejan a la sociedad boliviana en materia sanitaria y de educación, en el área de la seguridad, etc. Pero la niñez es prioritaria, hacia ella tienen que encaminarse todos los esfuerzos -del Estado y de la sociedad civil- para asegurarle al niño boliviano (hombre o mujer del mañana) disponer de lo mejor en función de los medios disponibles.
Reiteramos: verdaderas campañas de prevención se imponen de inmediato, a fin de evitar el envenenamiento progresivo de los escolares de la patria. La actual administración está gastando millones  de dólares en la creación de empresas estatales de dudoso resultado, pero he aquí que escamotea recursos para un elemento tan sensible y definitivo como sin duda lo es el de la  integridad de la niñez. Esto debe revertirse pronto, sobre todo en los campos de la alimentación.
Y en particular, para el caso puntual que comentamos, hay que ejercer el  cuidado necesario para evitar la tentación de la droga, muchas veces esta al alcance de los estudiantes hasta en las mismas puertas de los establecimientos escolares. Para colmo, esto sucede sin controles o castigos adecuados por parte de quienes tienen la obligación impostergable de cuidar a nuestros niños. Lamentable y verdadero. Ojalá esto cambie pronto.


cada vez con mayor frecuencia medios advierten del creciente consumo de cocaína y mariguana en Bolivia. se hace algo para frenar este aumento? El Dia. SC


hermanas Terán narcotraficantes en libertad

Un reciente estudio sobre el incremento del consumo de sustancias psicotrópicas ilegales y también de las denominadas drogas sociales entre los escolares y juventud boliviana, ha disparado las alarmas del país, porque ha quedado establecido de manera clara que los consumidores y víctimas de la drogadicción pertenecen a los estratos más jóvenes de la sociedad boliviana. Si bien el consumo de drogas ya era un hecho reconocido, no ha sido hasta ahora que se ha llamado la atención sobre la peligrosa curva ascendente del consumo de drogas en el país, que se cierne como una real amenaza para la sociedad en su conjunto, pero que afecta grave y directamente al valioso capital humano nacional.
 
Los datos extraídos del estudio realizado durante el último año por el Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin) vienen a ser el corolario de años de seguimiento de un proceso que ya ha llamado la atención por su implicancia en el bienestar de la sociedad. De esta manera, se sabe que las ciudades de El Alto y Tarija son las que registran el mayor consumo de drogas por parte de jóvenes de 12 a 21 años de edad. Lo que ha despertado justificada preocupación es que en la ciudad de Santa Cruz, parte del eje central, el consumo de marihuana, inhalables, clorhidrato de cocaína, base de cocaína y alucinógenos viene a ser superior al promedio nacional y fronterizo.
 
Entonces, si se considera que desde 1993 el consumo de drogas en Santa Cruz se ha ido incrementando de manera notoria, resulta lógico deducir que si no se toman cuanto antes medidas responsables, este aumento puede convertirse en atentatorio a la seguridad y bienestar de la población. Las cifras señalan un consumo de 1,6 por ciento en 1993, mientras que para el 2011 el porcentaje ha subido a 8,1 por ciento, cifra claramente superior, comparada con el promedio nacional. La situación se torna más grave de cara al futuro, ante el incremento del comercio de estupefacientes, el auge del narcotráfico y la ausencia de políticas estatales de prevención del consumo de drogas.
 
Todavía más, la lucha contra el narcotráfico adolece de grandes insuficiencias, al punto que los esfuerzos nacionales requieren con urgencia de apoyo internacional, el que no se ha logrado establecer como corresponde. Esta situación delicada, que permite a los narcotraficantes actuar a sus anchas, favorece un ambiente apto como caldo de cultivo para el consumo de drogas sociales, con el aval de las autoridades que ceden a la fuerza del comercio. La permisividad hacia las drogas sociales deriva en violencia de todo tipo, accidentes de tránsito y, por supuesto, de un sinuoso camino hacia el consumo de otras drogas, esta vez ilegales y dañinas, capaces de alterar los fundamentos de la sociedad.
 
Resulta sensato admitir entonces, que el consumo de drogas socialmente aceptadas como el tabaco y el alcohol abren las puertas al consumo de drogas potencialmente más peligrosas e ilegales, como la marihuana, la cocaína y los estimulantes psicotrópicos. Por tanto, las autoridades deberían tomar el asunto entre sus manos y decidir las medidas más razonables y factibles para frenar, por ejemplo, el consumo desmedido de  alcohol entre la juventud. Por otra parte, ya es hora de que el Gobierno provea al país de políticas y estrategias para prevenir el consumo de drogas. Esta medida lleva su tiempo, pero cuanto más pronto se comience a implementarla mejor. Después, los daños serán de mayor magnitud y alcance, socavando a fondo las reservas del capital humano nacional.
Ya es hora de que el Gobierno provea al país cuanto antes, de políticas y estrategias para prevenir el consumo de drogas. Sin duda que cuanto más pronto, mejor.