Roberto Navia
Apresan a pilotos por narcotráfico
- ¿Cuál es la situación real del narcotráfico en Bolivia?
- La verdad es que el narcotráfico en Bolivia se torna un poco preocupante, peor cuando recibimos promesas de que habrá apoyo para nosotros y todavía estamos a la espera de que ellas se cumplan. Hacemos mucho por combatir este mal, no es fácil porque hay tantas necesidades. El narcotráfico se ha dinamizado a lo largo y ancho del país y nosotros tenemos una cantidad limitada de efectivos.
- ¿Qué promesas son las que recibió y de qué instancias?
- No puedo hacer públicas estas quejas, pero lo que quiero decir es que no se le puede exigir buenas calificaciones al hijo cuando no se le da mínimamente un cuaderno, un recreo. No estamos en ese extremo, pero es una comparación la que hago. No se puede esconder eso. Parte del mismo nivel del Gobierno reconoció y se está dando cuenta de que el narcotráfico cambió en Bolivia y se incrementó. ¿En qué porcentaje? No quiero decirlo.
Pero al margen de eso, consta a todo el mundo que ocurrió eso y no le estamos poniendo el esfuerzo que amerita. Mire, nos encontramos a mitad de año y prácticamente no he recibido un apoyo que sea determinante. Con estas declaraciones quizá me estoy saliendo de los marcos que se me permiten, pero no puedo con mi carácter, tengo que decirlo. Por lo menos me quedará algo para que mañana pueda decir: Señores yo les advertí.
- ¿Qué es lo que la Felcn necesita como prioridad?
- Nuestros vehículos se nos andan parando y los medios de transporte están quemados, necesitamos equipo de comunicación más sofisticado, tecnología para seguimiento y vigilancia y medios de transporte aéreo. Estamos dependientes de una u otra institución que a veces se excusa diciendo que está mal el tiempo, que no hay combustible. Mientras uno hace ese trámite burocrático, el narcotraficante no espera. Necesitamos tantas cosas… La pelea no es sólo contra la cocaína, va mucho más allá. Luchamos contra sustancias químicas que ingresan por doquier. Al mismo tiempo el narcotraficante crea empresas disfrazadas y sorprende a otros niveles para adquirir estas sustancias.
También hay que controlar la coca legal que se sale de su ruta y tenemos que ponerla a buen recaudo. Entonces, al margen de eso, hay que preocuparse de que no haya ciudadanos extranjeros de forma ilegal. De pronto hay gente ilegal en todo lado. Pareciera que no todos los que componemos las instituciones del Estado hemos llegado a entender el término integral. La lucha tiene que ser total. Debiéramos haber enfrentado no sólo al narcotráfico, sino a todo lo que es inseguridad.
- ¿Fue un acierto o una equivocación apartar a EEUU de la lucha contra las drogas?
- La verdad es que no me atrevo mucho a opinar. Pero con la sinceridad que me caracteriza puedo decir que toda ayuda es buena. Nunca nada es suficiente, peor en esta lucha desigual. Nosotros, a lo mejor hemos desperdiciado ayuda, no solamente de EEUU, sino también de otros países. Realmente me digo: ¿Por qué no hemos pensado un poquito en grande? Deberíamos haber tenido una infraestructura por lo menos medianamente necesaria. Deberíamos haber tenido material aéreo, centros de mantenimiento de naves, de embarcaciones, de vehículos, deberíamos seguir recibiendo ayuda. Estamos perdiendo esas oportunidades. Como digo, no sólo me refiero a EEUU, a veces tenemos la oportunidad pero no la sabemos aprovechar. Sin embargo, yo no quiero poner todavía ni un parche en la dirección de la Felcn, porque soy muy ambicioso y estoy por lograr un edificio para la institución.
- ¿El auge del narcotráfico puede ser comparado con lo que ocurría en los años 80?
- No hemos llegado a lo que pasaba en los 80, porque aquella época estuvo mezclada con la corrupción de una manera vergonzosa y tremenda. Gracias a la Felcn hasta la violencia en Santa Cruz está viviendo una tensa calma, al margen del hecho de San Ramón. Desde el 2000 para adelante las incautaciones no pasaban de las cuatro toneladas. En lo que va del año ya llevamos 15 toneladas decomisadas. Eso denota un incremento. Ya lo repito, no se le puede mentir a la sociedad, no tengo rostro para hacerlo, tengo que decir la verdad a costa de que me cueste algo.
- ¿Qué cantidad de cocaína se está produciendo en Bolivia?
- La verdad es que estamos secuestrando el 50% de su producción. Es una apreciación mía.
- ¿Vale decir que en lo que va del año se han producido 30 toneladas?
- Sí, sí. Pero amerita un estudio detenido, averiguar e investigar las cantidades de hoja de coca. En base a la experiencia probablemente un 50% estamos secuestrando. También hemos incautado más de 1,2 millones de litros de sustancias líquidas controladas y de 6.000 kilos de sustancias sólidas.
- ¿Cuánto creció la producción de coca excedentaria?
- Ése no es mi campo, nosotros somos interdictores. De la coca que puedo hablarle es de la que sale de su ruta, de aquella hoja legal que en un momento se convierte en ilegal. En lo que va del año hemos retenido 900.000 libras de coca.
- ¿Esa cantidad es mayor o menor que la del 2009?
- El año pasado era un poquito más. Quiero aclarar que el 2009 cometimos un error. Estuvimos contabilizando la coca ya macerada, haciendo un doble conteo sin darnos cuenta. No era justo hacerlo.
- ¿Se sanciona a los que trafican con coca legal?
- La coca que se incauta al que la desvía de la ruta legal solamente se la retiene y se le quita, no se lo castiga. Yo sabía que había una sanción administrativa, pero en mi experiencia jamás vi que se haya sancionado a alguien. Es más, algunas veces, no sé a quien atribuir la culpa, pues aquel cocalero y distribuidor se daba el lujo de presentar papeles, a lo mejor ciertos o falsos, y la recuperaba. Hubo un momento en que nos tuvimos que poner fuertes y recibimos el apoyo de las autoridades.
- Volviendo a lo que ocurría en los años 80, ¿en aquella época se incautaba la misma cantidad de cocaína que ahora?
- En cantidad creo que un poco estamos superando, porque en los 80 y en los 90 no se hablaba de 10 ni de 15 toneladas. Pero todo tiene su tiempo. A lo mejor para el avance tecnológico de ese entonces seguramente esas dos o cinco toneladas eran demasiado.
- ¿Cuál es la estructura organizativa de los narcotraficantes?
- En aquellos años se concentraba en manos de pocos, en minicarteles. Hubo gente que amasó fortunas. Con decir que existieron lugares donde se focalizó la cocaína y a donde era difícil el ingreso de las fuerzas regulares del Gobierno, como el caso de Shinahota, en Cochabamba. La diferencia es que ahora son clanes familiares: papás, consuegros e hijos que ponen su capital e invierten con la mira de amasar un poco de fortuna. No se concentra en un solo líder. La Felcn no tiene un sitio físico territorial donde se le limite su ingreso.
- ¿Esto hace más fácil o difícil la lucha?
- Quizá un poco más complicada porque las formas de transportarla, de ocultarla y de fabricar la cocaína han cambiado. El narcotraficante avanzó. Ya no utiliza ‘pisacocas’, ahora muelen las hojas.
- ¿Cuál es el destino de la coca excedentaria?
- Me imagino que no es un misterio. Acabo de decirle que a la coca legal, que por cierto no es excedentaria, sino que está en ruta y de ahí se la saca, el narcotraficante, gracias a su disponibilidad económica, la compra en mayor precio, la desvía y la convierte en cocaína. Entonces, aquella excedentaria, yo no dudo a dónde más pueda ir, porque creo que el consumo tradicional tiene un cupo.
- ¿Qué tan apetecible es la cotización que hace el narcotraficante para conseguir la coca legal?
- La verdad es que fluctúa. El precio sube y baja, dependiendo de cuánto se los controla. Para el narcotraficante no es mucho problema, su objetivo final es adquirir ese material.
- ¿Puede ofrecer el doble o cuatro veces más de lo que paga el consumidor tradicional?
- Tanto así no. Pero si el ‘taque’ de la hoja de Yungas, por ejemplo, cuesta entre Bs 900 y 950, el narcotraficante puede proponerle al distribuidor hasta Bs 300 más.
- ¿El cocalero sabe que está vendiendo la hoja para fines ilícitos?
- No, mire, creo que hay que diferenciar eso. Una cosa es el productor, y otra aquel que ya trafica. Lastimosamente aquellos que la sacan de la ruta legal, ésos son los inconscientes.
- ¿Es verdad que hay narcotraficantes de ocho países operando en Bolivia?
- No, la respuesta es no.
- ¿Todos son bolivianos?
- En su mayoría. De los más de 1.700 aprehendidos, alrededor de 170 son extranjeros. Un 10%. No vamos a mentir.
- ¿A qué mercados está yendo la cocaína boliviana?
- Presumimos que Europa es un buen mercado para los narcotraficantes. También creo que concentraron algo de este material en Sudáfrica. No dudo que hayan llevado allá. Pero no me animo a decir en qué cuantía.
- ¿Cómo evalúa la preocupación de Brasil por el incremento de la producción de cocaína en Bolivia?
- Cuando se escucha una declaración en un sentido sano, nosotros aplaudimos, sentimos que viven nuestra realidad. Pero la forma como lo ha hecho, en un nivel político, no lo acepto. Ojalá algún nivel del Estado Plurinacional haga una acción al respecto porque al haber tildado a nuestro Gobierno están señalando a Bolivia como un país de narcotraficantes, y eso no es cierto. Ellos (Brasil) tienen todo el derecho de preocuparse, pero la forma no es aceptable.
- ¿El supuesto ajuste de cuentas que hubo en San Ramón significa que la violencia causada por el narcotráfico está subiendo de tono en el país?
- La verdad es que pese a este ajuste de cuentas, en el que todavía está desaparecido el señor Rosales, pienso que los bolivianos no deberíamos alarmarnos. Ha subido un poco el tono, pero no es preocupante. Lo que es lamentable es que hubo narcos que pasaron un año en la cárcel y que salieron sin recibir sentencia. Quizá muchos de ellos estén diciendo: “Si voy a la cárcel pongo mi dinero y salgo en dos años”. Después deciden que a su oponente hay que cortarlo de raíz.
- ¿Es más fácil o difícil que antes producir cocaína?
- Producir cocaína para el narcotraficante que tiene disponibilidad económica es más fácil. Recurre a un motor, emplea menos mano de obra y con esa tecnología avanzada muele la coca y de menos cantidad saca mayor producto.
- ¿Los narcos están más equipados que los policías?
- Bueno, para cumplir su misión, sus metas, lo que ellos se han propuesto, es probable que estén un poquito más equipados y tengamos nosotros la desventaja. Pero no siempre poseen el olfato, la astucia y la preparación que nosotros tenemos, porque si bien en una organización de cinco, tres son hábiles, los otros dos van a caer en una tontera y por esa tontería van a ser detectados.
- Se nota liquidez en varias ciudades, ¿usted cree que la economía puede estar contaminada con el narcotráfico?
- No soy experto ni analista económico, pero tampoco hace falta ser astronauta para darse cuenta. La verdad es que nosotros, cada vez que golpeamos al narcotráfico, nos damos cuenta cuando alguien dispone de dinero. Muchos nos aparecen con más de un par de abogados, se ven bien asesorados, y poseen muebles lujosos y vehículos de primera. Todo eso, un padre de familia honesto no puede adquirirlo. Es fácil deducir eso, lo difícil es probar.
- La oposición dice que la mejor forma de acabar con la droga es atacando a la materia prima, ¿usted que cree?
- No siempre hay que atacar por el origen. La hoja evidentemente es materia prima, pero también se puede luchar controlando el ácido sulfúrico. La única sustancia química insustituible que hasta ahora no la han podido reemplazar por ningún otro químico es ése ácido. Andamos buscando una y otra forma de luchar, pero somos insuficientes, necesitamos mayor apoyo y hacer más conciencia a los bolivianos para luchar en bloque.
- ¿Cuánta droga se consume en Bolivia?
- Casi todo lo que se produce se va. Entre el 2 y el 3% se queda. Eso no quiere decir que esté subiendo la cantidad de consumidores.
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