Havelock, USA
El folclórico indígena presidente de Bolivia, se siente acosado por el narcotráfico y pide ayuda para enfrentarlo. Lo paradójico es que toda su vida política la hizo sobre su vinculación con la planta de coca, materia prima de uno de los más difundidos y nocivos alcaloides del planeta, la cocaína.
Pese a su vínculo con los cocales y su indirecta -o clandestina-, asociación con el narcotráfico, el presuntuoso Evo aspiraba al premio Nobel de la paz y a liderar un movimiento ecologista global.
Su principal defensa ha sido acusar a EEUU como fuente principal del consumo y tráfico de drogas, y en eso no se equivoca el presidente boliviano. Pero ese argumento no lo salvará de su inexorable deterioro.
En los primeros días de junio, la prensa boliviana informaba que el presidente Evo Morales vinculó a Estados Unidos con el narcotráfico y no recibiría en audiencia al secretario adjunto del Gobierno de ese país para Asuntos de Latinoamérica, Arturo Valenzuela, quien se reunió con el canciller David Choquehuanca, incompetente para el cargo y obsecuente seguidor de Morales, quien, además de sentirse rebasado por las mafias y la droga, sigue "acullicando', masticando hojas de coca y extrayéndole con su saliva el nocivo clorhidrato, que según, estudios científicos, lleva al embrutecimiento y la decencia, física y ese es, en el fondo, el verdadero problema de Evo, que ahora, ladinamente, busca el apoyo norteamericano para que lo salven del narcotráfico, que lo tiene dominado./BIP
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