se trata de una asociación denominada ALMA que se ha tomado la responsabilidad entre otras, de divulgar toda información relativa al daño que causan en el ser humano todas las drogas entre ellas la cocaína, por supuesto.
el manual es ilustrativo y hace ver que Bolivia es el país de la coca, que la coca es la materia prima para la elaboración de la cocaína y que ésta causa un daño colosal a la humanidad, especialmente a los jóvenes a los que convierte en esclavos dependientes. al embajador cuyo nombre no mencionan siquiera las publicaciones suecas, no le gustó tal cosa y se puso a repetir los trillados temas que son rebatidos diariamente por la prensa boliviana, "que la hoja sagrada, que sus cualidades medicinales, que el control social, que la DEA, que el UMOPAR, que los derechos humanos (cuando cocaleros fueron torturados por soldados norteamericanos, etc.) como si los lectores suecos estarían desinformados de la verdad de la coca-cocaína.
las reclamaciones del diplomático que desconoce la política oficial, restrictiva y penalizadora del narcotráfico, son simplemente eso, "su primera metida de pata", cuando lo elemental habría sido demandar de la sociedad escandinava mayor colaboración tanto en la detección del narcotráfico en Bolivia, asi como en los esfuerzos por la erradicación de las plantaciones de coca, principios a los que Suecia adhiere como miembro efectivo del organismo ONUDD (contra la droga y el crimen) la manera del embajador, de pretender "cambios o alteraciones en materia de educación contra la droga" está pésimamente considerada, porque denota un intento de intervenir en asuntos internos de Suecia. no sería nada raro que sobrevenga una primera llamada de atención de la Cancillería o al menos de las numerosas asociaciones contra la drogadicción.
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