Un reportaje publicado el 15 de este mes por la revista brasileña Veja muestra cómo los narcotraficantes transportan droga desde Bolivia hacia Brasil utilizando los ríos de la Amazonia, como el Mamoré, y también a través de avionetas, que, en pleno vuelo, arrojan la mercancía por la ventana, en paquetes envueltos en colchas. Asimismo, muestra las facilidades que encuentran los narcotraficantes del vecino país que se instalan en el territorio boliviano para ejercer esta actividad.
Según Veja, los grandes narcotraficantes, que suelen transportar más de 100 kilos de droga, son los que más utilizan las avionetas para sacar droga de Bolivia y arrojarlas en haciendas o carreteras brasileñas aisladas, puntos acordados para la entrega de la mercancía. Este método por lo general se da en la zona norte y oeste brasileño, aprovechando la extensa área fronteriza con Bolivia.
Un delegado policial entrevistado por Veja asegura que un tercio de la droga boliviana ingresa al vecino país por Rondonia. Luego, ésta es transportada hasta Mato Grosso, donde es distribuida hacia dos polos: Brasilia y San Pablo, y de aquí se va también por carretera hasta Río de Janeiro.
De acuerdo con datos de la Policía Federal, la mayor parte de la cocaína comercializada en el estado carioca es boliviana y peruana. En total, el 80% de la cocaína consumida en Brasil es boliviana.
En el reportaje, Veja también se refiere a la tarea que viene realizando la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) del país, que el mes pasado, en Guayaramerín (Beni), pese a tener pocos agentes, detuvo al narcotraficante brasileño Roque Cardoso, acusado de comandar, desde Bolivia, la entrega de armas y drogas para el grupo Amigos de los Amigos, que controla el crimen en la favela Rocinha, en Río de Janeiro.
La Policía Federal dijo que Cardoso enviaba todos los meses más de 100 kilos de cocaína a Brasil. Su casa en Guayaramerín está valuada en $us 150.000. Cardoso fue entregado a la Policía brasileña y recluido en la Penitenciaría Federal de Rondonia, de máxima seguridad.
Desde 2007, año en que asesinó a un hombre, Roque Cardoso estaba prófugo de la Policía brasileña y había decidido fijar su morada en Guayaramerín. Allí consiguió un documento de identidad falso con el nombre de Juan Carlos Quintanilla Pérez. En el mercado negro una de estas cédulas de identidad cuesta 850 reales, que equivale a $us 500.
En el reportaje, Veja incluso muestra una fotografía de dos policías bolivianos posando junto al brasileño Édgar Lobato Salas, acusado de narcotráfico. También entrevistó a otro traficante de Rondonia llamado Ronaldo Dorado, que está en la cárcel y que dice haber vivido un año y medio en Guayaramerín, donde pese a ser extranjero no tuvo problemas para radicar en este país, para lo cual pagó sobornos. Dorado contó que compraba cocaína de bolivianos a $us 2.353 el kilo y que luego él se encargaba de enviarla a Brasil a través de ‘mulas’, a quienes pagaba $us 294 por kilo transportado. Una vez en Brasil, cada kilo era revendido a $us 9.412.
EL DEBER intentó conocer la versión de las autoridades de la fuerza antidrogas, pero no fue posible. Una autoridad del Ministerio de Gobierno también fue consultada sobre el tema, pero ésta dijo no haber leído el reportaje. Este año la Felcn se incautó de 28 toneladas de droga. El presidente Evo Morales aseguró que el 50% de la droga decomisada es peruana.
PARA SABER
Decomisos. Este año la fuerza antidrogas se incautó de 28 toneladas de cocaína y destruyó 8.200 hectáreas de plantaciones ilegales de hoja de coca.
Comparación. La cantidad de cocaína decomisada este año supera las 25,3 toneladas confiscadas el año pasado, pero iguala los resultados de 2008.
Peruana. Según el Gobierno, el 50% de la cocaína incautada procede de Perú y admite que parte de la producción de hoja de coca se desvía al narcotráfico.