Vistas de página en total

lunes, 13 de diciembre de 2010

no se entiende la doble cara. insultan y rechazan la ayuda por un lado por otro piden ayuda de los EEUU para combatir el narcotráfico

Las recientes declaraciones del vicepresidente García Linera acerca de la anunciada posible “reducción global” de la ayuda antidroga que ofrece la Agencia del Gobierno de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) al país, no han podido ser más desafortunadas e inoportunas. Por una parte, porque este organismo de cooperación bilateral ha sido expulsado del Chapare, a la sazón zona clave de la producción de coca como materia prima para la producción de cocaína, y dada la situación, bien puede el gobierno estadounidense disponer de sus fondos de ayuda como mejor le parezca. Por ello, el anuncio del director general de Usaid, Wayne Nilsestuen, parece coherente.

Por otra parte, el Gobierno boliviano ha declarado, a través de sus voceros, que la lucha antidroga podía asumirla sin mayores problemas sin la participación de la DEA estadounidense, a la que también expulsó casi al mismo tiempo que al ex embajador Goldberg. En los hechos esto ha significado nada más y nada menos, que una drástica reducción de recursos humanos, logísticos y financieros que más temprano que tarde se ha tenido que poner en evidencia. Llegado el momento, resulta lógico que sobren las lamentaciones, obviamente. En el caso de Usaid, existe un paralelo que no se puede pasar por alto. Estamos hablando de un terreno de relaciones bilaterales deterioradas.

En este momento no existe confianza mutua entre Estados Unidos y Bolivia. Si bien de alguna manera se están realizando esfuerzos para recomponer un escenario de cooperación sin barreras, y ambos gobiernos han manifestado sus mejores intenciones, salta a la vista que son más las dificultades que las coincidencias. Siendo un terreno ríspido, no resulta entonces de buen gusto exigir a un país que la cooperación económica se mantenga, echándoselo en la cara además que es una obligación como país consumidor. Con esta postura, el Vicepresidente ha dado la impresión que la recepción de recursos económicos puede ser más relevante que la lucha contra la droga.

Existe una disyuntiva que debe aclararse: Al Gobierno le interesa sólo el dinero o realmente pretende luchar de frente contra el narcotráfico. Quizás le pueden servir de ejemplo las acciones emprendidas por Lula en Río de Janeiro contra los narcotraficantes que se han creído dueños de la Ciudad Maravillosa. En Bolivia no se conocen acciones en contra de los narcotraficantes que hacen de las suyas en el Chapare, donde los nuevos ricos han brotado como hongos, preocupando incluso a los niveles más altos del Gobierno, incluyendo al presidente Morales, que también es dirigente de los cocaleros.

La lucha contra el narcotráfico exige más y mejores recursos, que resultan inaccesibles para un solo país. De ahí que la cooperación internacional, a través de acuerdos bilaterales o multilaterales se perfile como una necesidad imperiosa para la mayoría de los países del continente. Desde esta perspectiva, resulta contraproducente y de mal gusto atacar verbalmente al gobierno o a instituciones de un gobierno cooperante y enseguida exigir que mantenga su apoyo económico. Conviene recordar que dar la bienvenida al apoyo externo exige coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Conviene recordar que dar la bienvenida al apoyo externo exige coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

No hay comentarios: