Dicen NO a legalizar la marihuana

Mauricio Aira

La consulta realizada en California sobre legalizar la droga ha sido respondida con un contundente NO. Ello tiene particular significación cuando en otras latitudes como España se aprestan a consultar si se debe legalizar la comercialización de otra droga cannabis de uso bastante popular por una parte de la población ibérica. La respuesta de los ciudadanos hay que verla desde dos perspectivas. La primera en vista del gravísimo daño a la salud que importa el consumo de la marihuana con la destrucción de células cerebrales que nunca más se puede recuperar y segundo el drenaje económico del dinero negro que circula en grandes cantidades sin que sea posible controlarlo y menos aún de ser tomado en cuenta en la economía general con perjuicio de los contribuyentes.

Hemos demandado la atención pública al tema de incorporar al régimen legal toda la actividad que involucra al narcotráfico una y otra vez fijando la línea de un control social antes que soltar las ataduras legales y permitir que como el tabaco o el alcohol, la droga se comercialice libremente aduciendo que su venta y consumo dependerían del nivel de educación de sus ciudadanos. La otra vía vigente tanto en los países desarrollados cuanto en la Unión Europea es la política restrictiva.

Excepción hecha de los experimentos que se realizaron o están aún vigentes tanto en Dinamarca, Holanda y Suiza de distribución libre de la droga para casos muy especiales y con la mente puesta en el tratamiento de ciertos pacientes terminales que son habitúes consuetudinarios evitándoles contagios e imponiendo profilaxis cuando se les administra la mortífera droga, se ha mantenido un severo control. En Escandinavia según lo tenemos dicho la penalización es drástica y las sanciones de los jueces responsables son inapelables. Comprobado el delito les cae la sentencia de hasta 8 años de cárcel que en régimen cerrado equivalen quizá a 25 de régimen abierto.

Los partidarios de la venta libre de la droga disponen de un gigantesco aparato publicitario y de ONG que trabajan las 24 horas con éste fin. Pretenden convencer de las bondades de su idea y ofrecen estadísticas engañosas del “fracaso del control social de las drogas”. Aseguran que el delito ha aumentado y que la mafia “hace su agosto” mientras persiste el método del control. Es bueno recordar que existe una larga historia de la medida adoptada por NNUU dentro de su política de lucha contra el crimen ratificada por sendas resoluciones de las Asambleas que periódicamente se repiten para revisar la Convención contra las Drogas.

En artículo precedente nos habíamos congratulado por el ostensible cambio de la Administración de Evo Morales que dio un vuelco. De ser promotor de la liberalización de la droga y de haber promovido tal actitud inclusive con una visita e intervención del Presidente a la Convención de Viena se manifestó en apoyo de la política restrictiva de NNUU en cuanto al tráfico de estupefacientes. No ha quedado del todo clarificado en qué momento y debido a cuales motivaciones se produjo el cambio. El hecho es que los activistas y las ONG que apoyaron al MAS han debido sufrir un quebranto con el viraje de 90 grados en éste punto concreto de la legalización.

Llama la atención que toda la artillería de la política legalizadora se hubiera dirigido contra EEUU cuando las grandes decisiones corresponden a NNUU aspecto que parece haber influido en el viraje boliviano, por el momento casi inadvertido pero de profundo significado para Bolivia.