Vistas de página en total

martes, 15 de enero de 2013

Suecia, Finlandia, Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Canadá, Alemanis, Italia, Holanda, Portugal, Israel, Japón, Irlanda, México se opusieron al ingreso de Bolivia a la Convención de Viena. algunos expresaron el temor de un aumento en la producción primero de coca y luego de cocaína como resultado de la permisividad que se desprende de levantar la prohibición a la producción y consumo de la hora. ANF


Así como Julio César en una fecha imprecisa del siglo 200 a.C. atravesó el esmirriado  riachuelo del Rubicón, Evo Morales, el 11 de enero del 2013, cruzó el caudaloso Danubio. César arriesgó sus tropas con objeto de expandir el poder de Roma, hacia las Galias al norte del mencionado riachuelo. La diplomacia boliviana cruzó el Danubio -caudaloso en agua y en historia- para proclamar la despenalización del acullico, en la propia sede de la Convención de las Naciones Unidas contra los Estupefacientes.  Previamente, Evo Morales había desafiliado a Bolivia de ese organismo para forzar los votos suficientes de los países miembros, en favor del masticado de la “hoja sagrada”.
Así y todo, los países de la mencionada Convención se opusieron al reingreso de Bolivia, a saber, Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Canadá, Alemania, Italia,  Holanda, Suecia, Finlandia, Portugal, Israel, Japón, Irlanda y México (único país latinoamericano).
Esta vez, la diplomacia cósmica del Estado Plurinacional se apuntó un tanto frente a los 1os países que se oponían al reingreso de Bolivia. Adviértase, sin embargo, que la resolución de Viena legalizando el acullico “más daña que beneficia la imagen de Bolivia en el exterior” manifestó el representante de Naciones Unidas en nuestro país.
Entre las condiciones que Bolivia se comprometió a cumplir, está la de informar sobre cuanta coca se cultiva lícitamente y cuánta va al narcotráfico ilegal. Además, Bolivia debe aplicar las correspondientes sanciones a los infractores. Sólo así se establecerá que Bolivia no es la república de la cocaína.
La cosa no es pues tan sencilla como parece. El  representante en Bolivia de la oficina de la ONU contra la droga y el delito, César Guedes, aclaró que, la despenalización del masticado de la hoja de coca no ha sido autorizada en otros países. Así como tampoco se ha liberalizado la fabricación de  productos en base a la “hoja sagrada”. El motivo de esta restricción -según el delegado de Naciones Unidas- está en que dichos productos no han eliminado el alcaloide que es la sustancia dañina de la planta.
Por su parte, el embajador de la Gran Bretaña en nuestro país, Ross Denny, declaraba el viernes pasado que “el retorno de Bolivia a la Convención de Viena es un mal precedente que puede acabar con el organismo internacional, puesto que otros países pueden plantear reservas en otros temas y esto, a futuro, debilitaría las convenciones internacionales”.
Y aunque Vd. no lo crea, en 1961 tuve la suerte de asistir, en la romántica e imperial ciudad de Viena, a la creación de la oficina internacional antidroga situada en el Internacional Center, al otro lado del Danubio. Fui como periodista invitado y sin cargo oficial alguno.
Mi primera visita fuera de programa, fue asistir a una exhibición de la Escuela Española de Equitación, en donde los caballos blancos lipizanos, cruce de sementales árabes y yeguas andaluzas, mostraban artísticas cabriolas al mando de las riendas y las espuelas de jinetes vestidos con elegante indumentaria de  época.
La comentada resolución de la ONU entrará en vigor el próximo 10 de febrero de este año. Pero los “fans” del acullico ya celebraron el acontecimiento con  festejos triunfales el pasado lunes en La Paz y en Cochabamba. No se bailaron valses vieneses.

No hay comentarios: