“Narcocrímenes (El Día 3-02-12).- La muerte de David Justiniano Pinto, de 41 años, cuyo cuerpo fue hallado en una zona baldía, desgarró a su familia y se convirtió en el séptimo asesinato de este año que, según considera la Policía, tiene como probable trasfondo al narcotráfico. El 2011 hubo 30 crímenes del mismo origen, relacionados a ‘ajustes de cuentas’. Todos tienen algo en común: la crueldad de los victimarios”.
Ya nos estamos acostumbrando a los asesinatos gansteriles en nuestras calles. La amable ciudad vieja ya no lo es más. Los sicarios, desconocidos antes por nosotros, ya son parte del "paisaje urbano".
La inseguridad a ciudadana se ha disparado, debida principalmente a esta causa.
Ya no son las narices de los gringos los que se perjudican con el veneno made in Bolivia. Hoy asesinan a nuestra gente que ha tenido la desgracia de caer en sus sucias garras.
Hoy nuestros jóvenes y niños se drogan a plena luz del día. Los canales de drenaje se llenan de hombres topos, que viven despreciados en un verdadero sub mundo.
Hoy nuestros cruceñazos mascan coca en las fraternidades. ¡Y no me vengas con que coca no es cocaína!
Las familias cruceñas y bolivianas sufren con sus narcodependientes. Una de cada dos familias bolivianas tiene esta terrible carga en sus espaldas.
Hoy son nuestros hermanos de Brasil, Chile y argentina, los destinos principales de nuestro producto estrella de exportación. Estamos envenenando Bolivia, nuestro vecindario sudamericano y el mundo entero.
Y no solo eso, los dólares negros del narcotráfico corrompen a nuestros políticos, a los amautas, a los jueces, a generales de la policía, a las cholas y a las mises. Nadie está libre de caer en sus fauces, por un lado o por el otro.
Y lo peor de todo es que esto a nadie le interesa realmente. Todos son declaraciones retoricas. La hipocresía en la lucha contra el narcotráfico es la norma en Bolivia. Existen colectivos sociales que incluso hacen apología de ellas, abierta o solapada.
La coca es llamada hoja sagrada, se la declara patrimonio nacional, se quiere despenalizar su huso internacional en gestiones con el JIFE, autoridades nacionales hacen reuniones, leyes y la propia constitución de La Calancha mascando coca.
Y para acabarla de amolar el presidente de los cocaleros ilegales del Chapare, es también Presidente de Bolivia, que "taaaaaaal". Este es un país desquiciado.
Reitero: Ante la falta de una política antidroga del Gobierno de Evo Morales, por decir lo menos, es necesario que la sociedad se organice y reaccione, dentro de las posibilidades que nos da la Democracia.
Planteo la urgente necesidad realizar de una "Cumbre Antidroga en Santa Cruz", la ciudad más damnificada por el narcotráfico.
Una cumbre semejante fue planteada con posterioridad por el presidente del Perú, Ollanta Humala, y apoyada por la OEA.
Recomiendo que ella sea realizada por todas las autoridades departamentales elegidas por el voto popular, con la adición del Gobierno Moral de los Cruceños, nuestro Comité pro Santa Cruz. Es necesaria la presencia internacional con la ONU, la OEA y también representante de países interesados como: Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Perú, Estados Unidos de Norte América, la Comunidad Económica Europea y otros.
Esta cumbre tendrá por objetivo dar un grito de dignidad al mundo entero, mostrando que somos una sociedad limpia, que no quiere convivir con el narcotráfico.
Si no da la cara el gobierno, saliendo por los fueros del decoro nacional, lo tendrán que hacer otras autoridades Democráticas, que tienen la obligación de velar por el bien común.
La Cruz de nuestra Santa Cruz, no combina con este infame ‘negocio’.
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