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miércoles, 28 de noviembre de 2012

fracaso. fracaso total. la hoja del Chapare no sirve para nada...más que para la cocaína. llegaron a esa conclusión los chapareños que están "profundamente decepcionados" les queda una solución, mejor dos: la cárcel o el suicidio, ja, ja, ja!

Los responsables de la Planta  Industrializadora de Coca del Chapare acaban de admitir que el proyecto ha fracasado, porque apenas ha producido unos “chicitos”, pero nada más y que  sería bien contratar a alguien que sepa del negocio si se quiere mantener el proyecto en marcha, proyecto que se financió con dineros del Estado boliviano y no con los excedentes de las actividades que se cobijan en la zona.

Por otro lado, y para mal de los pesares de los dirigentes del Chapare, pero sobre todo del primero, los lugareños han decidido prohibir la venta de coca de Yungas en la zona, porque es mucha competencia.

Dos noticias que revelan el fracaso del propósito de mantener la producción de coca en la región. La primera noticia es demoledora, porque muestra que la hoja no puede ser usada sino para producir droga, como lo sabemos todos y lo ha dicho la o­nU.

La segunda lo es más: la hoja no sirve para el acullico, porque no puede competir con la de Yungas. Es como ponerse a la boca una hoja de eucaliptus, opinan los del vicio.

Tantos bloqueos, tantos conflictos, tantos desórdenes políticos provocados para defender el derecho de los del Chapare a cultivar coca, y ahora resulta que es una hoja que sólo sirve a los cárteles de la droga.

Si los cultivos se mantuvieran habría que esperar que las drogas se legalicen en el mundo, y comenzar a cobrar impuestos a los cárteles, del mismo modo que hacen en Colombia las FARC, con el impuesto al “gramaje”. La recaudación sería enorme.

La zona se ha convertido en una  especie de Naciones Unidas de los narcos, porque hay cárteles colombianos, brasileños, mexicanos, rusos y uno que otro boliviano.

La alternativa es eliminar los cocales del Chapare. Y propiciar el retorno de todas las actividades económicas que fueron expulsadas de la zona en el furor de la lucha de los cocaleros. Volverían los hoteles que fueron cerrados, los cultivadores de banano, de palmito, de piña, que fueron expulsados.

Eso sí, con la principal actividad económica en duda, el Chapare no podría convertirse en el décimo departamento. Y quizá haya que anular el proyecto de la carretera que debía habilitar todo el TIPNIS para una expansión de los cocales del Chapare.
La planificación tiene que ser dinámica.

Vacaflor.obolog.com

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