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domingo, 18 de noviembre de 2012

Carlos Valverde explaya ideas de lo que sucederá si acaso despierta simpatías por el masticado de la coca. habrá en contraposición mayor control (social globalizado) de los excedentes más propiamente de la chapareña pro narco


Hay molestia en la Unión Europea (UE) porque el Gobierno no da a conocer los resultados del estudio que ellos financiaron sobre la relación entre hoja de coca y acullico, el cual debía hacerse público hace meses.
Los europeos andan preocupados por esa situación y no solo lo hacen conocer abiertamente, sino que ya mostraron su desagrado al propio canciller David Choquehuanca, que al retorno de Europa, donde trató de ganar adeptos para la campaña del acullico, dijo que simplemente “lo escucharon”.
Mientras los europeos están preocupados porque saben que pueden convertirse en los primeros consumidores de cocaína en el mundo (están a escasos puntos abajo de EEUU), los países iberoamericanos, reunidos en la Cumbre de Cádiz, han decidido respaldar la “masticación de la hoja de coca (acullico)” como uso tradicional de los pueblos indígenas de la región andina, tal como lo solicitaron Bolivia y Perú.
Se sabe, por otra parte, que los países desarrollados (entre los que se encuentran los de la Unión Europea y EEUU) no van a hacer ninguna campaña para evitar el reconocimiento del acullico en cumbres futuras, lo que seguramente será interpretado por Evo Morales como el triunfo de “la tradición y la cultura de los pueblos”, sin entender que tal situación (aprobación del acullico como un hecho cultural) obligará a Bolivia a sincerar la relación entre coca ‘masticable’ y coca ‘excedentaria’, ecuación que, si se hiciera con transparencia, debería terminar en la erradicación forzosa y obligada de miles de hectáreas de Chapare porque, como todos sabemos, esa coca no sirve para ninguna otra cosa que para hacer cocaína.
Es de esperarse que el resultado de la Cumbre de Cádiz no sirva para que el Gobierno infle el número de ‘acullicadores’ del país y que la intención que se tiene, cuando se habla de “terminar de ajustar” el informe/estudio, no radique en la justificación del número de hectáreas de coca que hay sembradas en este momento bajo el argumento de que ahora ‘todos’ los bolivianos (incluidos mis nietos de 5, 3 y 2 años) acullicamos y que tal cantidad es imprescindible para que podamos culturizarnos, porque los que leemos informes y noticias sabemos que con 12.000 hectáreas de hoja de coca debería ser suficiente.
¿Vence Bolivia (y Perú, por detrás y callado) con el resultado de esta cumbre y las demás por venir en caso de que no haya oposición al acullico? Victoria pírrica dice más de uno (Pirro: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”), porque a partir del reconocimiento Bolivia estará obligada a sincerar la situación y a erradicar los sembradíos excedentes. Y la pregunta se cae de madura: ¿está Evo Morales en capacidad de erradicar los sembradíos excedentes, sobre todo si la mayoría de ellos está en Chapare?
El tema es que estará obligado a hacerlo porque, de no darse tal situación, seguramente el país se convertirá en un país delincuente ante la comunidad internacional, que le reconoce el derecho de acullicar fronteras adentro, pero se pondrá mucho más dura frente a la exportación o tráfico de cocaína, tarea que también hacemos ‘eficientemente’ (a los resultados de confiscaciones, dentro y fuera de nuestras fronteras, me remito).
Puede ser que por ahora le haya ido bien al presidente; no digo que nos fue bien a nosotros porque los que no acullicamos y que somos mayoría, no defendemos la postura presidencial. Puede que le hay ido bien en eso porque en la cumbre se mostró la chatura de nuestro presidente, que se dio el gusto de practicar el deporte que le agrada (juega mal) y, dizque, preocupado por los hechos de Colomi, se dio el lujo de suspender una reunión con Mariano Rajoy y no intentó acercamiento en el tema marítimo con ningún mandatario, mientras el presidente Piñera, de Chile, habló del tema con varios mandatarios.
¿Resultado? Ganó el acullico y perdió el país porque nuestro presidente es más afecto al fútbol y a la defensa de la coca que a los verdaderos intereses de los bolivianos.
Así nos va; menos mal que todavía podemos quejarnos y escribir lo que pensamos.

* Periodista, carval@carlos Valverde.com

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