Lula se ha destacado a lo largo de los años por ser un político calculador, que sabe eludir situaciones incómodas, saliendo por lo general airoso cuando éstas se presentan. En su última visita a Bolivia, sin embargo, esta proverbial habilidad le ha traicionado y se ha visto obligado a “tragar sapos”, aunque en este caso lo más acertado sería decir “tragar coca”.
En una acción muy bien planificada, alguien colocó un collar con hojas de coca en los hombros del Presidente del Brasil, quien no tuvo más alternativa que lucirlo, mientras elogiaba a su colega boliviano, en un discurso que se transmitía por televisión a todo el mundo. La oposición brasileña reaccionó de inmediato y acusó a Lula de alentar el consumo de cocaína.
"Yo no veo como algo natural la actitud del presidente Lula de discursear a favor de Evo Morales usando un collar de hojas de coca, no me parece didáctico, es un estímulo a las drogas", afirmó un senador, añadiendo que la cocaína boliviana "es exportada hacia nuestro país, aquí es donde ella está matando, aquí es donde la cocaína está viciando a los jóvenes, provocando violencia".
Pero, el asunto no es tan simple y va mucho más allá de ser sólo un problema interno de consumo en el Brasil y podría echar por la borda todos los esfuerzos realizados por Lula para colocar a su país entre las grandes potencias del mundo. Al popular mandatario le es cada vez más complicado ocultar o disimular al auge del narcotráfico que, según analistas e investigadores independientes, ha encontrado en el Brasil un “nuevo paraíso”.
“Refugio para traficantes en fuga; enlace para la distribución de drogas hacia Europa; proveedor de químicos para la producción; base para el lavado de dinero y mercado para el consumo. En todos los aspectos del negocio del narcotráfico, Brasil está aumentando su protagonismo más rápidamente que los intentos de combate y fiscalización”; son, entre otros, cargos que pesan sobre nuestro gigante vecino ante la comunidad internacional. Ante este panorama, es posible que las sonrisas de Lula en el Chapare, con el collar de coca a cuestas, no fueron muy sinceras. (Lo destaca un subeditorial de LT "collar de coca para Lula")
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