La adopción de una resolución británica instando a un alto el fuego inmediato supone una respuesta a los crecientes reclamos de la opinión pública internacional al máximo órgano de la ONU, para que cumpla con su mandato de velar por la paz y la seguridad en el mundo, según sus promotores.
"Las Naciones Unidas cumplieron esta noche con la responsabilidad de hablar con una voz firme y clara", aseguró el ministro de Exteriores del Reino Unido, David Miliband, luego de la aprobación del texto con la sola abstención de Estados Unidos.
El jefe de la diplomacia británica señaló que el documento refleja el consenso que existe en la comunidad internacional respecto a la necesidad de detener la violencia, que desde hace trece días sufre el territorio palestino.
El canciller francés, Bernard Kouchner, observó antes de la votación la numerosa presencia en la sala de ministros de Exteriores de la región, que llegaron el lunes a Nueva York con la meta de presionar al Consejo de Seguridad para que interviniera en el conflicto.
Miliband y Kouchner y la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, se sumaron el martes a las constantes rondas de consultas que culminaron con la aprobación esta noche de la resolución 1860 del Consejo de Seguridad.
El ministro de Exteriores saudí, Saud al Faisal, atribuyó el éxito de las negociaciones "a la buena voluntad" de los que participaron en ellas, pero agregó que el orgullo que se siente por haber logrado un acuerdo queda mitigado por el sufrimiento de la población palestina.
"El precio de este éxito ha sido excesivo", apuntó.
Rice explicó que su abstención se debía a que prefería postergar la actuación del Consejo, hasta conocer el resultado de la mediación que lleva a cabo Egipto.
Sin embargo, después de trece días de derramamiento de sangre en Gaza y de cuatro jornadas de interminables negociaciones, el Consejo parece que no podía esperar más.
Los diez párrafos del texto contienen un firme respaldo a la propuesta de paz anunciada el martes por el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
"Este plan, por lo que a nosotros respecta, es la única manera de superar esta situación", apuntó Kouchner antes de la votación.
El ministro galo señaló que su "único pesar" es que no se hubiera retrasado la votación a la espera de ver el resultado de las negociaciones que lleva a cabo Egipto.
"Las negociaciones están en marcha, y ahora deben dar resultado", recalcó.
Israel se mostró receptivo al plan egipcio y envió a un representante a El Cairo para estudiarlo, mientras que el movimiento islámico Hamás lo rechazó, por considerarlo arriesgado para la resistencia palestina y su futuro.
El temor entre algunas delegaciones occidentales es que el contenido de la resolución, pese a su naturaleza vinculante, termine siendo un gesto vacío si las dos partes no aceptan deponer las armas.
"El trabajo que nos queda por delante es trasladar estas palabras en acciones", observó Miliband en su intervención ante el Consejo.
En este contexto, Rice consideró que la resolución es "un paso más hacia los objetivos comunes", pero advirtió que Hamás no ha demostrado que desea una solución pacífica.
"La comunidad internacional debe alcanzar el consenso de que Gaza no puede utilizarse como una plataforma de lanzamiento de cohetes contra Israel. Nos tenemos que acordar de cómo se inició esta crisis", apuntó.
La embajadora israelí ante la ONU, Gabriela Shalev, reiteró que el movimiento islámico es el responsable de las muertes y la destrucción que sufre Gaza desde el pasado 27 de diciembre.
"La comunidad internacional debe centrar su atención en las acciones terroristas de Hamás y dejar claro que no se puede aceptar el liderazgo de una organización terrorista", agregó.
Sin embargo, para la Autoridad Nacional Palestina, Israel retrasará el cumplimiento de la voluntad del Consejo para seguir adelante con su ofensiva contra Hamás.
"Creo que en los próximos dos días habrá más ataques y más muertes de palestinos a pesar de esta resolución", observó el ministro de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Ryad al Malki.
El diplomático palestino señaló que los israelíes tienen una interpretación de las resoluciones de la ONU "diferente al resto del mundo".
"Las Naciones Unidas cumplieron esta noche con la responsabilidad de hablar con una voz firme y clara", aseguró el ministro de Exteriores del Reino Unido, David Miliband, luego de la aprobación del texto con la sola abstención de Estados Unidos.
El jefe de la diplomacia británica señaló que el documento refleja el consenso que existe en la comunidad internacional respecto a la necesidad de detener la violencia, que desde hace trece días sufre el territorio palestino.
El canciller francés, Bernard Kouchner, observó antes de la votación la numerosa presencia en la sala de ministros de Exteriores de la región, que llegaron el lunes a Nueva York con la meta de presionar al Consejo de Seguridad para que interviniera en el conflicto.
Miliband y Kouchner y la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, se sumaron el martes a las constantes rondas de consultas que culminaron con la aprobación esta noche de la resolución 1860 del Consejo de Seguridad.
El ministro de Exteriores saudí, Saud al Faisal, atribuyó el éxito de las negociaciones "a la buena voluntad" de los que participaron en ellas, pero agregó que el orgullo que se siente por haber logrado un acuerdo queda mitigado por el sufrimiento de la población palestina.
"El precio de este éxito ha sido excesivo", apuntó.
Rice explicó que su abstención se debía a que prefería postergar la actuación del Consejo, hasta conocer el resultado de la mediación que lleva a cabo Egipto.
Sin embargo, después de trece días de derramamiento de sangre en Gaza y de cuatro jornadas de interminables negociaciones, el Consejo parece que no podía esperar más.
Los diez párrafos del texto contienen un firme respaldo a la propuesta de paz anunciada el martes por el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
"Este plan, por lo que a nosotros respecta, es la única manera de superar esta situación", apuntó Kouchner antes de la votación.
El ministro galo señaló que su "único pesar" es que no se hubiera retrasado la votación a la espera de ver el resultado de las negociaciones que lleva a cabo Egipto.
"Las negociaciones están en marcha, y ahora deben dar resultado", recalcó.
Israel se mostró receptivo al plan egipcio y envió a un representante a El Cairo para estudiarlo, mientras que el movimiento islámico Hamás lo rechazó, por considerarlo arriesgado para la resistencia palestina y su futuro.
El temor entre algunas delegaciones occidentales es que el contenido de la resolución, pese a su naturaleza vinculante, termine siendo un gesto vacío si las dos partes no aceptan deponer las armas.
"El trabajo que nos queda por delante es trasladar estas palabras en acciones", observó Miliband en su intervención ante el Consejo.
En este contexto, Rice consideró que la resolución es "un paso más hacia los objetivos comunes", pero advirtió que Hamás no ha demostrado que desea una solución pacífica.
"La comunidad internacional debe alcanzar el consenso de que Gaza no puede utilizarse como una plataforma de lanzamiento de cohetes contra Israel. Nos tenemos que acordar de cómo se inició esta crisis", apuntó.
La embajadora israelí ante la ONU, Gabriela Shalev, reiteró que el movimiento islámico es el responsable de las muertes y la destrucción que sufre Gaza desde el pasado 27 de diciembre.
"La comunidad internacional debe centrar su atención en las acciones terroristas de Hamás y dejar claro que no se puede aceptar el liderazgo de una organización terrorista", agregó.
Sin embargo, para la Autoridad Nacional Palestina, Israel retrasará el cumplimiento de la voluntad del Consejo para seguir adelante con su ofensiva contra Hamás.
"Creo que en los próximos dos días habrá más ataques y más muertes de palestinos a pesar de esta resolución", observó el ministro de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Ryad al Malki.
El diplomático palestino señaló que los israelíes tienen una interpretación de las resoluciones de la ONU "diferente al resto del mundo".
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