Ciudad del Vaticano.- El secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, calificó como “un deber” la lucha contra el narcotráfico, emprendida en México porque se trata del combate a un delito “deshumano” que envenena las personas.
“La lucha contra el narcotráfico es un deber, vemos cuáles desastres produce esta inseguridad, el tráfico de estupefacientes es del modo más disimulado de asesinar la dignidad y la personalidad de los jóvenes de hoy”, dijo.
El “número dos” de la Sede Apostólica concedió una entrevista a un reducido grupo de periodistas con quienes abordó diversos temas de actualidad en México de cara a la gira de trabajo que cumplirá en ese país a partir de este lunes.
El cardenal expresó su preocupación por la inseguridad de las familias y de los sacerdotes, sobre todo aquellos que están más empeñados a la vanguardia en la denuncia al crimen organizado e incluyó en esa lista a Juan Jesús Posadas Ocampo.
Recordó que el cardenal mexicano, asesinado en 1993 supuestamente a manos de grupos ligados al narcotráfico en Guadalajara (Jalisco), fue un “combatiente” contra ese comportamiento delictivo “deshumano”.
Según Bertone la multiplicación de las drogas en las franjas más jóvenes de la sociedad, con un resultado de destrucción de las personas, debe impulsar la unión de fuerzas para combatir ese flagelo.
“La Iglesia se preocupa, participa en esta lucha sobre todo a través de la educación de las conciencias y augura que los jóvenes sean liberados de esta esclavitud deprimente y degradante que no les permite desarrollar su personalidad”, apuntó.
El funcionario vaticano definió además como “inútil” para los obispos aplicar la pena de excomunión a los narcotraficantes o mafiosos porque ellos, estableció, “no tienen conciencia ni educación eclesiástica”.
“Era inútil mandar una excomunión a Hitler o a Stalin, porque no les tocaba mínimamente”, sostuvo aunque advirtió la necesidad de reflexionar “muy seriamente” sobre el tema.
“Se debe pensar -agregó- qué efecto tenga, quizás un impacto de imagen pero después concretamente no cambia las situaciones y no toca los corazones, no ayuda a la conversión de las conciencias”.
Aseguró que, más bien el “testimonio valiente” de los cristianos puede tocar el corazón hasta cambiar incluso la actitud de un jefe quien, si logra convertirse, puede modificar los actos de muchos mafiosos y delincuentes.
Por ello, afirmó, los católicos rezan por los capos narcotraficantes teniendo confianza en la fuerza de Dios sobre los corazones humanos y sabiendo que la decisión del líder influye sobre los actos del grupo sometido a él.
A lo largo de la entrevista, realizada en la Sala de los Tratados del Palacio Apostólico de Roma, Tarcisio Bertone habló además de las relaciones México-Vaticano, de la crisis económica, la migración y el impacto de las sectas.
Consideró como “muy buenos” los vínculos institucionales entre la República Mexicana y el Estado Papal pero reconoció que han existido, en pasado, “debates serios” cuando se han impulsado en el país latinoamericano leyes contra la vida o la familia.
“Algún problema ha nacido, por ejemplo cuando un parlamento local o federal promueve una ley que no coincide con la visión antropológica de la cual la Iglesia se hace portadora entonces existen debates, incluso serios”, reveló.
“La libertad de expresión y religiosa -añadió- impone (a los obispos) ser una conciencia crítica incluso en ciertos momentos y campos”.
El purpurado dijo comprender que la legislación muchas veces recibe la transformación de las costumbres en una sociedad pero aclaró que el Estado debe ser un medio de educación y que una ley “a la deriva” en ciertos principios fundamentales “deseduca al pueblo”.Constató también que la situación económica mundial es “gravísima”, que afecta a las familias así como a los pueblos más pobres y eso preocupa a la Iglesia; por ello el mismo Papa ha mandado mensajes impulsando mayor solidaridad.
Para los inmigrantes mexicanos pidió una promoción a la acogida y al trato positivo además de defender su derecho a la circulación física y de bienes, sobre todo las remesas, que indicó como una “fuente esencial” de sustento para muchas familias.
El secretario de Estado del Vaticano reconoció el impacto creciente de las llamadas “sectas”, grupos neopentecostales cristianos que se han difundido velozmente en América Latina y México a lo largo de los últimos años.
De acuerdo al purpurado estas asociaciones, la mayoría procedentes de Norteamérica, tienen mucho dinero y con esos recursos compran las conciencias, son “muy agresivas” y predican “recetas fáciles” que no son evangélicas.
“*Por qué muchos católicos son capturados por las sectas? Muchas veces, por desgracia, a causa de la pobreza material, muchas otras por la ignorancia”, ponderó.
“Es necesario -completó- recuperar a estos fieles con una nueva catequesis más eficaz, una nueva misión que sea camino de reforzamiento y de recuperación de los católicos que han sido arrastrados en las sectas”.
“La lucha contra el narcotráfico es un deber, vemos cuáles desastres produce esta inseguridad, el tráfico de estupefacientes es del modo más disimulado de asesinar la dignidad y la personalidad de los jóvenes de hoy”, dijo.
El “número dos” de la Sede Apostólica concedió una entrevista a un reducido grupo de periodistas con quienes abordó diversos temas de actualidad en México de cara a la gira de trabajo que cumplirá en ese país a partir de este lunes.
El cardenal expresó su preocupación por la inseguridad de las familias y de los sacerdotes, sobre todo aquellos que están más empeñados a la vanguardia en la denuncia al crimen organizado e incluyó en esa lista a Juan Jesús Posadas Ocampo.
Recordó que el cardenal mexicano, asesinado en 1993 supuestamente a manos de grupos ligados al narcotráfico en Guadalajara (Jalisco), fue un “combatiente” contra ese comportamiento delictivo “deshumano”.
Según Bertone la multiplicación de las drogas en las franjas más jóvenes de la sociedad, con un resultado de destrucción de las personas, debe impulsar la unión de fuerzas para combatir ese flagelo.
“La Iglesia se preocupa, participa en esta lucha sobre todo a través de la educación de las conciencias y augura que los jóvenes sean liberados de esta esclavitud deprimente y degradante que no les permite desarrollar su personalidad”, apuntó.
El funcionario vaticano definió además como “inútil” para los obispos aplicar la pena de excomunión a los narcotraficantes o mafiosos porque ellos, estableció, “no tienen conciencia ni educación eclesiástica”.
“Era inútil mandar una excomunión a Hitler o a Stalin, porque no les tocaba mínimamente”, sostuvo aunque advirtió la necesidad de reflexionar “muy seriamente” sobre el tema.
“Se debe pensar -agregó- qué efecto tenga, quizás un impacto de imagen pero después concretamente no cambia las situaciones y no toca los corazones, no ayuda a la conversión de las conciencias”.
Aseguró que, más bien el “testimonio valiente” de los cristianos puede tocar el corazón hasta cambiar incluso la actitud de un jefe quien, si logra convertirse, puede modificar los actos de muchos mafiosos y delincuentes.
Por ello, afirmó, los católicos rezan por los capos narcotraficantes teniendo confianza en la fuerza de Dios sobre los corazones humanos y sabiendo que la decisión del líder influye sobre los actos del grupo sometido a él.
A lo largo de la entrevista, realizada en la Sala de los Tratados del Palacio Apostólico de Roma, Tarcisio Bertone habló además de las relaciones México-Vaticano, de la crisis económica, la migración y el impacto de las sectas.
Consideró como “muy buenos” los vínculos institucionales entre la República Mexicana y el Estado Papal pero reconoció que han existido, en pasado, “debates serios” cuando se han impulsado en el país latinoamericano leyes contra la vida o la familia.
“Algún problema ha nacido, por ejemplo cuando un parlamento local o federal promueve una ley que no coincide con la visión antropológica de la cual la Iglesia se hace portadora entonces existen debates, incluso serios”, reveló.
“La libertad de expresión y religiosa -añadió- impone (a los obispos) ser una conciencia crítica incluso en ciertos momentos y campos”.
El purpurado dijo comprender que la legislación muchas veces recibe la transformación de las costumbres en una sociedad pero aclaró que el Estado debe ser un medio de educación y que una ley “a la deriva” en ciertos principios fundamentales “deseduca al pueblo”.Constató también que la situación económica mundial es “gravísima”, que afecta a las familias así como a los pueblos más pobres y eso preocupa a la Iglesia; por ello el mismo Papa ha mandado mensajes impulsando mayor solidaridad.
Para los inmigrantes mexicanos pidió una promoción a la acogida y al trato positivo además de defender su derecho a la circulación física y de bienes, sobre todo las remesas, que indicó como una “fuente esencial” de sustento para muchas familias.
El secretario de Estado del Vaticano reconoció el impacto creciente de las llamadas “sectas”, grupos neopentecostales cristianos que se han difundido velozmente en América Latina y México a lo largo de los últimos años.
De acuerdo al purpurado estas asociaciones, la mayoría procedentes de Norteamérica, tienen mucho dinero y con esos recursos compran las conciencias, son “muy agresivas” y predican “recetas fáciles” que no son evangélicas.
“*Por qué muchos católicos son capturados por las sectas? Muchas veces, por desgracia, a causa de la pobreza material, muchas otras por la ignorancia”, ponderó.
“Es necesario -completó- recuperar a estos fieles con una nueva catequesis más eficaz, una nueva misión que sea camino de reforzamiento y de recuperación de los católicos que han sido arrastrados en las sectas”.
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