Narcos y cocaleros
por EJU
77 cocaleros del Chapare encontrados fabricando cocaína en sus parcelas están libres y la policía ni siquiera sabe de ellos. La sanción, de acuerdo a un curioso sistema de “control social” que se aplica en la zona, ha sido la eliminación definitiva de sus cultivos, tal como lo admitió Felipe Cáceres. Editorial El Nuevo Día.
El Presidente decía el martes, durante la jornada de evaluación de su gestión, que su Gobierno desarrolla la mejor estrategia del mundo en la lucha contra el narcotráfico.
El mundo debería enterarse de lo que ocurrió en estos últimos meses con 77 cocaleros del Chapare, encontrados fabricando cocaína en sus parcelas. Todos están libres y la policía ni siquiera sabe de ellos. La sanción, de acuerdo a un curioso sistema de “control social” que se aplica en la zona, ha sido la eliminación definitiva de sus cultivos, tal como lo admitió nada menos que el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, quien avala el método.
Cáceres, quien llama “compañeros” a los cocaleros “infractores”, dice que el sistema de control social depende de 60 personas que tienen a su cargo la investigación, el procesamiento y posterior sanción de los cultivadores de coca que incursionan en el narcotráfico. Dice que esta labor, una suerte de justicia comunitaria especial para narcotraficantes, se la realiza en coordinación con la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), pero no habla nada de leyes, arrestos ni juicios. Habría que pedirle explicaciones a quienes componen la FTC, tal vez las Fuerzas Armadas o la Policía ¿respaldan ellos ese procedimiento?
Otra curiosidad: mientras el presidente alababa la lucha de su Gobierno contra las drogas, en Cochabamba pagaban su fianza las hermanas Terán y el esposo de una de ellas, familiares de una dirigente del MAS muy allegada al Primer Mandatario. Los tres quedaron libres pese a que fueron arrestados en poder de 147 kilos de cocaína. Evo Morales ha pedido investigar este caso y lo hizo con la misma falsa vehemencia con la que ha estado exhortando a sus colegas cocaleros para que dejen de abusar con los sembradíos de la “hoja sagrada”. La última advertencia se produjo el fin de semana pasado cuando se lamentó que algunos dirigentes violan el convenio que fija como límite un cato de coca (40 metros cuadrados) por familia. Ha dicho que va a ordenar la erradicación de los cultivos de todos aquellos que se hubieran sobrepasado.
La tolerancia excesiva con los cocaleros ha permitido el avance de los cultivos hacia zonas donde nunca existieron sembradíos, como San Julián, Rurrenabaque, Yapacaní y algunos parques nacionales. Este hecho lo reconocen los mismos dirigentes de los Yungas que se lamentan por tanta competencia y al mismo tiempo presionan para abrir más mercados. Hoy se comprueba por boca del mismo “zar” antidrogas boliviano que la permisividad también se da con los narcotraficantes. Porque, aunque sea cocalero, el que produce cocaína es narcotraficante y comete un delito penado por la Ley 1008.
Si el Presidente está contento con esta estrategia de lucha contra el narcotráfico, debe ser porque no conoce todo lo que está ocurriendo. De otra forma, cómo se puede explicar que ensalce esta orgía.
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