Las fuerzas israelíes terrestres realizaron un repliegue táctico Gaza y permanecen en la frontera esperando una nueva orden de ingreso, mientras la fuerza aérea y la marina completan el dispositivo de control sobre la Franja.
Como sostienen observadores y corresponsales en el área, la Franja de Gaza, destruida y con sus fronteras bloqueadas, se ha convertido más que nunca en un campo de concentración de Israel que digita quién ingresa y quién no a la Franja de 360 Km2.
Paralelamente, el Estado judío, como método para seguir aislando y deteriorando a Hamás, impide el ingreso de ayuda humanitaria, a tal punto, que el miércoles la Unión Europea solicitó a Israel que abra los pasos fronterizos de Gaza y permita la entrada de alimentos, medicinas y agua, para una población que ya se encuentra en el límite de su supervivencia.
Luego del cese el fuego, en la Franja de 360 km2 donde se amontonan un millón y medio de palestinos dentro de un régimen de apartheid, sus habitantes carecen de todo: Ya casi no hay luz por falta de combustible, la poca comida que queda sólo se la encuentra en los raleados depósitos de la ONU y de las organizaciones humanitarias que fueron blanco de las bombas israelíes.
Según la Cruz Roja, los hospitales, las morgues y los cementerios se encuentran colapsados, y los muertos se entierran en las tumbas de otros muertos. Y están los "efectos colaterales": Aguas contaminadas, desechos orgánicos en descomposición (incluidos los cadáveres) que amenazan con focos generalizados de epidemia y enfermedades, según las organizaciones médicas.
Claramente, y ante el fracaso de la operación "Plomo Sólido" que en 22 días de exterminio militar no consiguió doblegar a Hamás y terminar con los cohetes y los arsenales palestinos, Israel está implementando un Plan B orientado a forzar una tregua duradera que le permita a la cúpula judía afrontar el proceso electoral de febrero y descomprimir la presión social en la ciudades israelíes acechadas por los cohetes palestinos.
La nueva estrategia consiste en cambiar los bombardeos por el cerco militar con operaciones puntuales de exterminio como el que sucedió este jueves cuando unidades navales israelíes abrieron fuego contra un grupo de pescadores dejando 5 palestinos heridos.
El director del Servicio de Ambulancias y Emergencias del Ministerio de Sanidad de Gaza, Muawiyah Hassanain, explicó a la agencia independiente Maan que los buques israelíes bombardearon la zona de As Sudaniya, al noroeste de la ciudad de Gaza.
Mientras tanto, la guerra electoral y las divisiones en el gobierno israelí (donde se verifica un enfrentamiento entre Olmert y Barak) impiden que prosperen las distintas líneas de negociaciones que mantienen la UE y los socios árabes para posibilitar un repliegue "victorioso" de Israel en Gaza.
Apremiado por conseguir "resultados rápidos", el gobierno israelí conducido por Olmert sigue profundizando el genocidio palestino, esta vez por medio del mantenimiento del bloqueo que continua produciendo tragedia y desesperación entre la población de Gaza que depende solamente de la ayuda humanitaria.
Se calcula que son necesarios unos cuatrocientos cargamentos de ayuda humanitaria diarios para satisfacer las necesidades de Gaza, según la ONU, lejos de los 170 que se esperaban este jueves a través de los puestos de Kerem Shalom, Karni y Nahal Oz.
El miércoles, la UE reclamaba que los pasos fronterizos debían ser abiertos para dejar entrar ayuda a la reconstrucción y para permitir una mayor "normalidad" en Gaza, argumentando que esto redundará en la seguridad de Israel, ya que serviría para evitar el paso ilegal de mercancías, entre ellas, armas para Hamás.
Israel por su parte se defiende con el mismo argumento que utilizó para el exterminio militar de 22 días: "El derecho de Israel a defenderse del terrorismo" que incluye el derecho a evitar el contrabando de armas de Irán a Hamás por medio de la apertura a la ayuda humanitaria, según lo expreso ante la UE la canciller Livni.
La ministra, integrante junto a Olmert y Barak del "triunvirato de la muerte" del gobierno israelí, defendió en todo momento a su Ejército, que a su juicio "actúa de acuerdo al derecho internacional", y aseguró que "hay una diferencia moral entre un asesino y alguien que mata por error".
No explicitando que en Gaza los "errores" de Israel (22 días consecutivos de bombardeos programados sobre áreas de población civil) ya dejaron casi 1500 muertos, 6000 heridos, 400 niños asesinados, y una Franja empobrecida desvastada y convertida en escombros.
Este jueves, el jefe en el exilio del movimiento islamista Hamás, Khaled Mechaal, señaló que para Israel es "tiempo de hablar con Hamas" y restablecer así los contactos interrumpidos, en un discurso en Damasco transmitido por la televisión.
Desde hace tres años, intentan librarse del Hamás (...) en particular imponiendo un bloqueo (...). Ya es tiempo de hablar con Hamás, una "fuerza" cuya "legitimidad" fue reforzada por la guerra en Gaza, aseguró Mechaal.
Las palabras del líder palestino se ven reforzadas por una realidad indiscutible: La estructura político militar de Hamás sigue en pie, los cohetes y moteros palestinos siguen disparando contra Israel, y los túneles del sur Gaza, por donde pasa el contrabando armas, no han sido dañados en su totalidad por los bombardeos israelíes.
Según el diario israelí Haartez, los túneles de contrabando de armas entre Egipto y el sur de la Franja de Gaza continuaron operativos durante el exterminio militar de la operación "Plomo Sólido", a pesar de los miles de bombardeos efectuados por la aviación judía sobre el corredor de Phildelphi, en la frontera.
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