El embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, manifestó hoy a funcionarios de alto rango de EE.UU. su preocupación por el argumento usado por Washington para oponerse a la despenalización del masticado de la hoja de coca.
Solón se entrevistó hoy con el secretario de Estado adjunto de EE.UU. para Latinoamérica, Arturo Valenzuela, y con el secretario de Estado adjunto para Asuntos Internacionales de Narcóticos, William Brownfield.
El pasado 19 de enero EE.UU. envió al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, una nota diplomática para dejar constancia de que se opone a la despenalización de la ancestral costumbre de los países andinos de masticar hoja de coca.
Bolivia persigue esta despenalización prevista en la Convención Única de Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961 mediante la eliminación de dos provisiones en el artículo 49 del documento.
La Convención considera la hoja de coca un estupefaciente y estableció que su masticado quedara prohibido dentro de los veinticinco años siguientes a la entrada en vigor del documento.
Según dijo el jueves un portavoz del Departamento de Estado, "la enmienda propuesta hubiera eliminado toda referencia al masticado de la hoja de coca e introducido una ambigüedad al alcance del control de la hoja de coca".
Pero el embajador boliviano afirmó hoy que EE.UU. no menciona en ningún momento la palabra "masticado" en su nota y solamente se refiere a la lista I de estupefacientes para justificar su oposición.
"Es una objeción a algo que no hemos pedido. No hemos pedido la retirada de la hoja de coca de la lista de estupefacientes. Lo que hemos pedido es la eliminación a la prohibición del masticado de la hoja de coca en el artículo 49", enfatizó Solón, quien reiteró a Valenzuela y a Brownfield que ése es el único propósito de Bolivia.
"Hemos manifestado nuestra preocupación profunda por la forma en que han planteado su rechazo, porque es como si hubiéramos pedido otra cosa", explicó.
Admitió que la "reunión no ha resuelto el tema, pero ha quedado claro que aquí hay un problema porque la realidad es otra". "No se puede pretender que el masticado de la hoja de coca sea abolido", agregó.
Bolivia pidió al Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC), hace casi 18 meses, que inicie el proceso para despenalizar el masticado de la hoja de coca y este órgano ha fijado como fecha límite el 31 de enero para que los demás países registren sus objeciones. De lo contrario, la propuesta entraría en vigor.
Hasta hoy, además de EE.UU., solamente Suecia se opone, según Solón. Egipto, Macedonia y Colombia retiraron sus objeciones. Bogotá aún no ha cursado formalmente la retirada de su nota de oposición, señaló.
El problema es, dijo, que la Convención tiene una norma, "pero también hay una realidad, que es que la práctica del masticado de la hoja de coca es una práctica socio-cultural indígena milenaria en los Andes, la practican millones de personas y está reconocida en la Constitución boliviana", destacó el embajador.
Según Solón, la "pelota está en la cancha", de EE.UU. -y de Suecia- porque "no por combatir el narcotráfico" se va a "acabar penalizando prácticas tradicionales de culturas indígenas, afirmó.
"Estamos yendo en contra de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas", agregó.
Es más, apuntaló, "EE.UU. reconoce en privado que hay plantaciones de hoja de coca para el consumo tradicional", por lo que La Paz considera que entonces, en cierta medida, no cumple la Convención.
En la realidad, "actuamos de una forma y en la letra muerta de la Convención dice otra cosa. ¡Pongamos la letra muerta de la Convención acorde a la realidad!, dijo Solón.
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