Una decisión personal del presidente de Bolivia, Evo Morales, dispuso la suspensión de las actividades en el país andino de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) a la que acusó de haberse inmiscuido en la política interna. Irónicamente, el anuncio fue realizado en la región del Chapare, la zona donde la coca y la cocaína están en pleno auge. En este sentido, los informes de la DEA y de las Naciones Unidas señalan que el cultivo de la coca en Bolivia se ha incrementado en más de 20.000 hectáreas, por lo que cabe concluir que el narcotráfico también se incrementó. Una prueba de ese aumento es el hecho de que la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) descubre y desmantela más y más fábricas de drogas en distintas regiones del país.
En efecto, desde e1 1° de enero hasta el 15 de septiembre de 2008, la Felcn se incautó de 21 toneladas de cocaína (15 de pasta base y 5,5 de clorhidrato) y de 1112 toneladas de marihuana. Además, en ese período, fueron destruidas 3612 fábricas de cocaína y decomisadas 1530 toneladas de hoja de coca que estaban siendo desviadas al narcotráfico.
La expulsión del organismo estadounidense antidrogas ha generado dudas y preocupación tanto en Bolivia como en el exterior respecto de lo que ocurrirá con los cultivos de coca, la elaboración de la cocaína y su tráfico internacional. El presidente Morales negó que, con la salida de la DEA, los cultivos de coca y la producción de cocaína se incrementen de manera alarmante en el país del altiplano.
La expulsión del organismo estadounidense antidrogas ocurre en un momento en el que, por el contrario, son varias las razones que imponen que Bolivia, tercer productor de cocaína en el mundo, refuerce la lucha antidroga. En primer lugar, su ubicación la convierte en una zona de tránsito para la cocaína peruana. Por otro lado, Bolivia ha ingresado en la lista de países productores de marihuana y además, entre 2003 y 2007, el cultivo de coca en Bolivia se incrementó de 23.600 a 28.000 hectáreas, según la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas.
El diputado Luis Alberto Pacheco afirmó que el país quedará huérfano en materia de información de inteligencia, porque el 99 por ciento de las incautaciones de droga se hacía gracias a la información que la DEA suministraba. Desde el gobierno se anuncia que el presupuesto para la lucha contra el narcotráfico tendrá asignado para el año próximo una partida de 16 millones de dólares, once menos de lo que aportaban los Estados Unidos para tal fin.
Para que Bolivia no se convierta en terreno fértil en el cual la criminalidad organizada y los traficantes de drogas puedan moverse a sus anchas, será necesario que el presidente Morales tome todos los recaudos para que la lucha contra el narcotráfico no se vea debilitada luego de la salida de la DEA.
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