as lavadoras de ropa han subido de precio hasta un 50%, dicen los informes periodísticos. Es que el uso de las lavadoras ha aumentado mucho en el país, según las estadísticas y los detalles de las importaciones.
En 2008, las mayores exportaciones de Argentina hacia Bolivia fueron de lavadoras y secadoras eléctricas. Daría la impresión de que, de pronto, todas las amas de casa bolivianas hubieran decidido usar esas máquinas.
Otra lectura de este hecho es que las lavadoras y secadoras cuestan más ahora debido a que la Aduana Nacional está cumpliendo mejor, cuidando las fronteras como Dios manda.
Pero hay otra lectura que permite entender este hecho. Una lavadora, con centrifugado, es una herramienta muy útil para el tratamiento de la coca, hasta obtener por lo menos la pasta base.
Lo malo es que la coca que se introduce en ellas contiene ácidos y residuos de combustibles, lo que termina dañando la máquina muy rápido.
Se calcula que una lavadora, de buena calidad, con manual y todo lo demás, dura apenas una semana cuando es sometida a estas actividades ‘non sanctas’.
Y no tienen arreglo. Sus partes internas quedan corroídas. Y, por supuesto, las ‘garantías’ que dan los vendedores no cubren esta clase de desarreglos.
Ha surgido ahora la inquietud de quienes comercian con chatarra para vender estos equipos, casi nuevos por fuera, que están destrozados por dentro. Hace pocos días, un barco con chatarra de origen boliviano fue detenido en Odessa, en el Mar Negro, porque también llevaba cocaína boliviana. La línea blanca completa.
Todo esto tiene que ver con el impulso que vive el narcotráfico en el país. Ese impulso trajo avances tecnológicos, como las prensas hechas de madera que fueron inventadas, aunque no patentadas, en Colombia.
Luego llegó la gran ocurrencia, de usar lavadoras y secadoras. La importación de esas máquinas no tendría que estar a cargo de la Aduana, sino de la Felcn.
Sólo en Cochabamba hay 27 narco-comunidades, según dice la Policía.
El Gobierno nacional protestó la semana pasada contra la ONU, porque calculó que cada año ingresan al país 500 millones de dólares por la droga. Debe tener otras cifras.
Por el momento, esto de las lavadoras caras afecta a las amas de casa. Quizá haya que buscar alguna fórmula para que no siga dañando a la gente que no está en el negocio ilícito. Una especie de cuentas separadas no vendría mal.
* Periodista
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