Resulta ofensivo al buen sentido y criterio que se nos quiera vender la idea de que el ratón cuida del queso mejor que cualquiera. Y con esta premisa nos dicen que los cocaleros son los que mejor pueden controlar la producción de coca para la cocaína.
28.900 hectáreas de coca. Cantidad medida por las Naciones Unidas (¿se salvó el imperialismo yanqui?) y estableció mediante tecnología satelital en agosto del 2008 que el famoso control social de los cocaleros, no existe. Yo me temo que ese satélite está infiltrado por la CIA Los hermanos de la cofradía de la coca, deben tener un cato por afiliado. Y como los afiliados crecen cada día y se expanden por el territorio libre y digno sin control de la DEA ni del imperialismo yanqui, resulta que gracias a la cobertura de su hermano Jefe indiscutible de los cocaleros: Evo Morales Ayma, en vez de tener las 12.000 hectáreas señaladas en la ley, existen 28.900. Y en un esfuerzo supremo para que el precio de la coca no se vaya al diablo, Evo dice que se ajustarán a 20.000 hectáreas, nada más.
El señor Evo Morales está desde hace tiempo por encima de la ley y dicta sus mandatos que son artículos de fe, sagrados y enviados por los dioses de la pachamama. Lo demás es cosa de los neoliberales, amigos del imperialismo yanqui y enemigos de los cambios profundos.
En este cuadro de situación se coloca el señor Embajador de la Comisión Europea en Bolivia Kenny Bell. Y nos dice que está entusiasmado con las “nuevas técnicas” establecidas por los productores y que espera resultados exitosos que deberían ser ejemplo en otros países. ¡Claro, cómo no! Esas técnicas a las que se refiere el embajador no son otras que erradicar un poco aquí, para sembrar más allí. Y de tumbo en tumbo, o mejor de cato en cato, los europeos ponen la plata muy entusiasmados y los cocaleros le envían droga muy satisfechos.
El satélite demostró, el año 2008, que la coca crece. El mismo año en que los cocaleros se comprometieron a su control social. Ahora reconocen que no hubo caso y vuelven a comprometerse. Los europeos tan afectos a inclinarse ante los originales controles sociales que les venden junto con la droga que les envían, deberían al menos preguntarse, si los doce millones de euros que piensan entregarle al Vice Ministerio de Defensa Social, no estarán financiando mayores embarques de coca a sus sociedades que tienen la nariz sangrando de tanto inyectarse la cocaína.
Parece que no. No se hacen muchas preguntas y menos se atreven a cuestionar, un gobierno de tantos originarios y originales productores de la hoja sagrada. Evo Morales tiene un Ministerio para controlar las Autonomías, pero no se le ocurre otro para controlar la coca. La coca se maneja en ámbito del neoliberalismo más ortodoxo. El Estado no tiene arte ni parte en ese negocio. Deja hacer y deja pasar. El mercado define los precios y el tambor de coca ha visto caer su precio de Bs 1.500 a Bs 800.
De ahí deviene la preocupación del Vice Ministerio de Defensa Social. No les interesa evitar la producción de coca para la cocaína, sino de controlar el precio del tambor de coca. Disminuir diez mil hectáreas de coca, para que el precio suba. Bajar la oferta, ante una demanda creciente. Neoliberalismo puro. ¿Control social? ¿Presencia del Estado socialista–comunitario? ¡No jodan!
El Estado comunitarista se mete con los productores nacionales. Con el aceite, con la soja y sus derivados, con la madera, con el azúcar y la carne. Para ellos restricciones de todo tipo, para los cocaleros santas bendiciones, por algo son originarios, ciudadanos de primera, sacralizados en la nueva constitución. (autor: Dante Pino. fuente: hoy Bolivia)
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