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viernes, 13 de abril de 2007

Fracaso rotundo intentos de despenalizar la hoja

Una funcionaria de Naciones Unidas, más propiamente del organismo contra el Crimen y la Droga ha ofrecido un extenso informe al plenario de la Constituyente acerca de los intentos del gobierno de Evo Morales de obtener la despenalización de las plantaciones de hojas de coca. Hoy mismo el prestigioso diario de Cochabamba, Los Tiempos ha editorializado sobre el particular y sostenido entre otras cosas:

El hecho se produjo en el escenario de la Asamblea Constituyente, cuando la representante de aquella repartición presentó un informe a la Comisión de la Coca, señalando que Bolivia tiene su propia perspectiva a propósito del tema, pero que otras naciones también tienen las suyas en medio de un creciente consumo de la cocaína, circunstancia que hacía ver improbable el éxito de una gestión gubernamental tendente a la eliminación del vegetal de la lista de sustancias psicotrópicas que enferman a la especie humana.

De este modo, la Organización de Naciones Unidas no hizo otra cosa que ratificarse en la posición que mantiene desde hace al menos tres décadas de cara a los cultivos de la hoja y el narcotráfico y que, oportuno es recordarlo, postergó recientes gestiones de la administración del presidente Evo Morales en procura de lograr su cambio, si es que no precipitó un rotundo fracaso en reuniones a las que asistieron misiones oficiales.

Como era de suponer, el aludido informe no satisfizo a los constituyentes por no reflejar la información que habían solicitado y adolecer de falta de argumentos sólidos, según trascendido en fuentes de la Asamblea, que hasta donde se sabe tiene decidida la inclusión en la Constitución todavía en ciernes, de enunciados acordes con la política de revalorización, despenalización e industrialización de la coca alentada por el Movimiento al Socialismo en ejercicio del poder.

Mientras ello sucedía en la ciudad de Sucre, en el departamento de La Paz circularon noticias contradictorias sobre la reducción de los cocales en la región de Yungas, luego de haberse reconocido su explosivo incremento, que guarda estrecha relación con la mayor elaboración de la droga y su introducción subrepticia a países vecinos, como el Brasil que expresó su denuncia y protesta a través de un alto funcionario policial.


En éste afán Bolivia no podrá contar ni siquiera con el apoyo de Cuba, que en otras materias es casi incondicional de Bolivia, pero no en el tema de drogas. Recordemos que Cuba, es uno de los países del mundo que más severamente castiga el narcotráfico al punto que un alto militar fué ajusticiado porque había dado señales de estar secretamente negociando con los carteles de Colombia, para usar a la Isla como un trampolín y permitir el ingreso masivo de cocaína a los Estados Unidos. Cuba dejó claramente establecido que en materia de narcotráfico no tolera desvío. Tampoco Venezuela quisiera verse envuelta de alguna manera en apoyar una demanda internacional que sin duda favorecería al siniestro comercio de las drogas contra la salud humana. Por tanto, la Administración debería dejar de insistir en su débil argumento aduciendo que la coca es medicina, alimentos y sirve para el ritual. Mientras la ciencia no demuestre taxativamente que ésto es verdad, ningún pedido poca prosperar.

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