Noticia: Operativo antinarcóticos tumba candidato del MAS (El Deber 12-07-14).- Sin dar nombres, el vocero del partido de Gobierno aseguró que hubo otras dos personas con antecedentes penales que fueron propuestas como candidatos del MAS, pero fueron ‘bloqueados’ antes de armar la lista del jueves: uno tenía una acusación por toma de tierras y otro, delitos comunes.
hoja de coca "maldita porque provee cocaína", "bendita porque cura el sorojchi" |
Comentario: Esta noticia me preocupa, pero no me extraña. Un partido que nació en el Chapare cocalero, está sujeto a estas contingencias. Los participantes de la cadena coca-cocaína, sienten simpatía natural por ellos.
La incursión de los narcos en la política boliviana no es un tema menor, el Estado en su conjunto debiera tomar cartas en el asunto. Los ejemplos de nuestros hermanos colombianos y mexicanos, son demasiado trágicos como para que nos hagamos los opas. No tenemos que repetir esta historia.
La unión de la política y el narcotráfico es una bomba de tiempo, que lleva irremediablemente al sufrimiento nacional. Esto paso con el tristemente célebre Pablo Escobar Gaviria, narcotraficante colombiano jefe del desaparecido Cartel de Medellín. En 1982 incursionó personalmente en política, fue candidato y posteriormente elegido por el pueblo, a la Cámara de Representantes (focoeconomico.org). Fueron tiempos de tribulación para Colombia.
Cesar Gaviria, ex Presidente colombiano y ex Secretario General de la OEA, dijo al respecto: “Los colombianos nos descuidamos, miramos para otro lado muchos años y cuando menos pensamos, el narcotráfico puso en jaque al país, las instituciones y la democracia y mató a dos candidatos presidenciales” (oem.com.mx 9-02-10). ¿Esto queremos que pase en Bolivia?
Dice una publicación periodística: “En las condiciones actuales, México como pacto nación no tiene posibilidades de sobrevivir”. La frase resume la visión del periodista Sergio González Rodríguez, que investigó la trama del narcotráfico en su país. “No es un asunto externo a las instituciones, sino consustancial a ellas”, agregó quien logró entrevistar a decapitadores, el extremo más brutal de una violencia que domina el 71% del territorio (180.com.uy). En México los narcos avalan y financian candidaturas políticas (24-horas.mx). ¿Esto queremos que pase en Bolivia?
Comparto la preocupación mostrada por El Deber, en su titular principal. Otros periódicos fuera de nuestra frontera también se hicieron eco de la noticia: El mexicano: “Bolivia: Echan candidato acusado de narco”. La noticia también se publicó en el Nuevo Herald de Miami.
Los problemas del MAS con el tema narcotráfico, que muestra la prensa nacional, son de larga data. Solo para citar algunos: El narco-amauta que corono a Evo. Los tres narco-alcalde masistas (Warnes, Calamarca y Chacarilla). Las narco-hermanas Terán. El narco-asesor del Senado. El emblemático narco- general Sanabria, alto funcionario de Inteligencia del Ministerio de Gobierno y la acusación de República de la Cocaína, de la revista Veja.
Preocupado por el descontrol de la cadena coca-cocaína en Bolivia, plantee el 2011 la necesidad de tener una Cumbre Antidrogas, para comenzar a poner coto a esta deplorable situación. Lo sugerí personalmente a varias autoridades y líderes regionales, sin ningún efecto. Así mismo publiqué mi propuesta en periódicos nacionales; e incluso en CNN, pero nada paso, miramos para otro lado, siguiendo el camino de Colombia.
Decía en aquella época: “La sociedad necesita buscar mecanismos para poderse defender de este terrible mal, que no termina de ser comprendido a cabalidad. Muchos ciudadanos ven con buenos ojos los 700 millones de Dólares, que según el Vicepresidente García Linera, ingresan al país por la exportación de cocaína. Sostienen que le hacen bien a nuestra economía. Esta es una brutal miopía. Nada justifica la destrucción de la moral pública. De qué le sirve a alguien la presencia de los narco-dólares en su vida si tiene un hijo drogadicto, o si la delincuencia no le permite ni siquiera sentarse tranquilo en una plaza”.
Hoy, tres años después, planteo la necesidad de tener al menos un pacto mínimo antidrogas, entre todas las fuerzas políticas, instituciones representativas y otros, que se transforme en una política de Estado. Sugiero que este acuerdo tenga solo tres puntos: 1) Excluir a los narcos de la política 2) La erradicación de la coca que va al narcotráfico 3) Un campaña pública, alertando a los jóvenes en particular y a la población en general, de los peligros de la droga. ¿Será mucho pedir?
Como dice el proverbio chino: “a menos que cambiemos de rumbo, pronto llegaremos a donde nos dirigimos”. Dios se apiade de Bolivia.
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