Los pocos productores de café que quedan en Los Yungas y el norte de La Paz están muy contentos por su primera exportación a China, un país que ha empezado a consumir de todo. La venta llegó a 20 toneladas por un valor de 87 mil dólares, nada mal si pensamos que es el inicio para un mercado de 1.200 millones de personas que crece aceleradamente, pese a que los chinos todavía están bajo un régimen socialista.
El entusiasmo de los productores paceños de café queda opacado por el de los cocaleros, que ven más rentable producir la “hoja sagrada” pues sus derivados tienen –por ahora- mejor mercado que el café. Los chinos consumen mucho té, pero lamentablemente se niegan a consumir mate de coca y mucho menos cocaína, pues el régimen castiga con pena de muerte el narcotráfico.
Algunos afirman que no se trata de ideología ni de política sino de la cultura milenaria china que está por encima de colores y visiones partidarias. Pero si en Bolivia también tenemos socialismo y además culturas milenarias, que están cumpliendo justamente más de 5.500 años según los cálculos de la nueva ciencia plurinacional, cuyas máximas son “No seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón”. ¿Por qué será que no estamos como los chinos?
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