Berthy Vaca Justiniano
Con talante carialegre se lo vio bajar ayer de una avioneta al ex capitán Orlando Araujo Becerra, en el aeropuerto El Trompillo, luego de llegar de Puerto Suárez tras su captura el sábado en la frontera con Brasil, de donde fue trasladado a la ciudad capital en medio de estrictas medidas de seguridad para garantizar su integridad física, puesto que es considerado la ‘pieza clave’ para aclarar el secuestro del presunto narcotraficante Willam Rosales Suárez y de la muerte de seis de sus guardaespaldas, el 14 de este mes en inmediaciones de San Ramón, a manos de una banda de sicarios supuestamente liderada por él .
La noticia sobre el arresto del ex oficial movilizó a la Policía a escala nacional, pues su Alto Mando coordinó con la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) para desplazar una nave hasta Puerto Suárez exclusivamente para traerlo de manera segura, puesto que por tierra se temía una posible operación de rescate en el largo trayecto, de 642 kilómetros, entre la localidad fronteriza y la capital oriental. En horas de la tarde, en el aeropuerto porteño se montó un fuerte dispositivo de control hasta que partió la aeronave, que se posó en El Trompillo a las 17:00, y se detuvo en el hangar de los Diablos Rojos, donde lo esperaba una cuadrilla de agentes especiales que lo subió a un automóvil con vidrios oscuros y lo trasladó a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), escoltado por tres motorizados que ingresaron raudamente a la unidad policial, sin dar opción de hacer imágenes a los medios de comunicación.
Se especuló con varias hipótesis sobre la aprehensión del ex agente de Inteligencia. Una versión indica que policías de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umpar) lo detuvieron en un control en la localidad fronteriza de Arroyo Concepción, a 17 kilómetros de Puerto Suárez, mientras que otra fuente afirma que la Policía brasileña lo atrapó en Corumbá, aproximadamente a las 23:00, y lo entregó a Umopar.
El comandante departamental de la Policía, Humberto Echalar, no despejó las dudas, pues en una improvisada conferencia de prensa, en la Felcc, se limitó a decir: “El ex capitán Araujo ha sido detenido en Puerto Suárez. Para nosotros es un sospechoso más del caso. Acaba de llegar y se inician las investigaciones. No hay más detalles”.
En cambio, Félix Molina, director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), fue más contundente y afirmó que Araujo era un mercenario y cabecilla de una banda de volteadores y sicarios formada por policías y civiles, que cerca del mediodía del viernes 14 emboscó a Rosales y a sus esbirros en inmediaciones del río Quíser, donde maniató y acribilló a balazos a los serbios Pedrag Sertfko, Sasa Turcinovic y Bojan Bakula, además de los bolivianos Mauricio Méndez Santistevan, Rafael Douglas Cuéllar Loras y a Diego Guardia Vía (policía).
“Es confirmado que el ex capitán es un mercenario que ha actuado para bandas de narcotraficantes. El abogado de la familia Rosales, que antes defendió al ex capitán en otro caso cuya relación desconozco, me confirmó que este ex oficial andaba en cosas ilegales. Por otra parte, los sobrevivientes lo han reconocido plenamente”, manifestó Molina, en un contacto telefónico con EL DEBER.
Sobre el teniente Dagner Paz, recluido en Palmasola por orden judicial, acusado de ser miembro de la banda presuntamente comandada por Araujo, el máximo jefe de la fuerza antidrogas indicó que tenía conocimiento de que estaba en malandanzas, pero no sabía sobre su implicación en el presente caso. “Él niega la acusación, pero yo no le creo. Es más, no dudo que haya estado implicado. Además, los sobrevivientes lo han sindicado”, subrayó la autoridad.
La captura de Araujo causó beneplácito en la familia del desaparecido Rosales. La esposa se encontraba ayer en la Felcc cuando recibió la noticia de parte de su abogado, Denver Pedraza. “Gracias a Dios lo agarraron al desgraciado ese, que secuestró a mi marido”, dijo la mujer, natural de Brasil.
Pedraza, por su parte, manifestó que tratará de conversar de manera amistosa con Araujo, que alguna vez fue su cliente, con el fin de saber del paradero de Rosales. “Nosotros teníamos información hace tres días de que Araujo se encontraba en Corumbá, en aprestos para irse a Paraguay, y alertamos a la Policía Federal”, declaró Pedraza.
Willam tiene el antecedente de haber sido sentenciado a 10 años de prisión en Cochabamba por tráfico de drogas, en 1996, condena que no cumplió. Asimismo, en 2008 se le confiscó bienes valorados en varios millones de dólares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario