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martes, 12 de mayo de 2009

Cada palabra que pronuncia el Pontífice es oída con atención y analizada en el proceso de reconciliación que debe poner fin a la guerra. BBC de Londre



El papa Benedicto XVI abogó hoy en Jerusalén por una "reconciliación genuina y duradera entre cristianos y judíos", en la segunda jornada de su visita de cinco días a Israel y los territorios palestinos. Durante un encuentro con los dos grandes rabinos israelíes, el Papa aseguró que el Vaticano es consciente del valor de la herencia espiritual común del cristianismo y el judaísmo y dijo desear un entendimiento cada vez más profundo y un aprecio mutuo entre los seguidores de ambas religiones. El pontífice, de 82 años, expresó la esperanza de que "se profundicen en todo el mundo el entendimiento mutuo y la cooperación entre la Santa Sede, el gran rabinato de Israel y el pueblo judío". El diálogo entre cristianos y judíos, que ya ha avanzado mucho, puede contribuir a fomentar la valoración de las ideas religiosas y éticas, señaló Benedicto XVI, quien antes de acudir al encuentro con los grandes rabinos se había reunido con el Gran Mufti de Jerusalén y había rezado junto al Muro de las Lamentos. "Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, escucha el grito de lo afligidos, de los temerosos, de los desheredados. Manda la paz a Tierra Santa, a Oriente Medio y a toda la familia humana". Eso dice el mensaje que Benedicto XVI ha dejado esta mañana en una de las hendiduras del Muro de las Lamentos. Benedicto XVI tiene programado reunirse este martes también con los dos principales rabinos israelíes y visitar el Cenáculo, donde la tradición cristiana sitúa la éltima Cena. En la tarde de este martes oficiará una misma a las afueras del casco viejo de Jerusalén.

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