Para los halcones republicanos de la Casa Blanca siempre estuvo claro: El ex secretario de Estado Colin Powell es negro. Condoleeza Rice, ex asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que ahora revista como nueva secretaria del Departamento de Estado, también es negra. Pero siempre hubo una diferencia entre ambos: Powell es un negro paloma. Y Condoleezza, es una halcona negra que se come a las palomas de cualquier color. Por lo tanto, los halcones imperialistas blancos del Pentágono, cuyo jefe emblemático fue Rumsfeld, amaron (y aman) a Condoleezza con el mismo fervor que odiaron (y odian) a Powell quien acaba de confesar que se pasó a las filas de los demócratas.
El ex secretario de Estado norteamericano, jefe de Estado Mayor durante el primer bombardeo a Irak en 1991, con el padre de W. Bush como presidente, asesor del Partido Republicano en temas militares e internacionales, Colin Powell, reveló que se ha convertido en "consejero" del precandidato demócrata, Barack Obama, en asuntos de política exterior.
Antes de esta confesión, Powell, que fue secretario de Estado durante el mandato del presidente estadounidense, George W. Bush, y jefe del Estado Mayor Conjunto del padre del actual jefe del Ejecutivo, George H. W. Bush, señaló que era demasiado temprano para decidir si apoyará a algún candidato del actual partido gobernante de cara a los comicios presidenciales de 2008.
"Pienso respaldar a la persona que mejor pueda conducir este país durante ocho años a partir de enero de 2009", dijo Powell.
Powell, que durante su gestión como secretario de Estado lideró el sector llamado "reformista" de los republicanos, siempre mantuvo una situación ambigua y oscilante con los demócratas que le valió el calificativo de "traidor" por parte de los halcones de la administración Bush.
El domingo Powell admitió haberse reunido en dos ocasiones con Obama, senador por Illinois. "He estado en esta ciudad durante mucho tiempo y conozco a todo aquel que se postula para un cargo público. Y estoy dispuesto a conversar sobre asuntos de política exterior y acerca de temas militares con cualquiera que desee conversar conmigo", dijo Powell.
En consonancia con su pase a los demócratas (quienes hacen del cierre de Guantánamo una de sus banderas electorales), el ex secretario de Estado norteamericano afirmó que está a favor del cierre inmediato de la prisión militar de Guantánamo y del posterior traslado de los prisioneros a instalaciones estadounidenses.
En su opinión, la prisión, en la que actualmente hay unos 380 presuntos terroristas, ha desprestigiado la imagen de Estados Unidos en el mundo. En este sentido, explicó que se ha "debilitado la confianza del mundo en el sistema judicial estadounidense al mantener abierto un lugar como Guantánamo".
"Si de mí dependiera, cerraría Guantánamo. No mañana, sino esta tarde. La cerraría", aseguró. "Y no permitiría que ninguna de esas personas (los prisioneros) se fuese", sino que "simplemente, las trasladaría a Estados Unidos y las integraría en nuestro sistema legal federal", añadió.
Powell se mostró partidario de eliminar el sistema de la comisión militar y de aplicar los procedimientos establecidos en las leyes federales o en el manual utilizado en los juicios militares.
Los halcones racistas, siempre lo vivieron a Powell como una "oveja negra" de la familia que tenían que soportar en nombre de la "democracia participativa" del grupo de guerreros encabezado por papá Bush.
Para Condoleezza y los halcones, Powell siempre fue una paloma que vistió uniforme militar, a quien nunca le perdonaron su pasado de demócrata converso.
En 1989, el hoy vicepresidente Dick Cheney postuló a Colin Powell para presidir la junta de jefes de Estado Mayor, la jefatura operativa máxima del poder militar de Estados Unidos.
Los halcones nunca terminaron de lamentar esta decisión. Powell era entonces demócrata, pero le fue leal a Reagan por conveniencia, tal como acompañó al clan Bush en sus invasiones a Irak y Afganistán, y se retiró cuado el ocaso de los halcones ya se extendía en la Casa Blanca.
Este domingo, con su pase a los demócratas, Colin Powell, volvió a demostrar su condición de converso y oportunista profesional.
(La crónica que antecede corresponde a un reciente informe especial de IAR Noticias y como otras veces resulta un acierto del portal argentino, obligado referente para tener una información puntual)
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