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sábado, 17 de diciembre de 2011

El Deber está mostrando la trampa en que cae Evo, defiende el akullicu, yungueños dicen la nuestra es para tal, la chapareña es excedentaria no merece ser defendida. interesante puntuación

Los cocaleros de Chapare, que asistieron a la ‘cumbre social’ convocada por el Gobierno, exigieron que el cultivo legal de la hoja se duplique, mientras que los pueblos indígenas reunidos en Santa Cruz plantearon la necesidad de que los cocaleros del país paguen impuestos y se haga un referéndum sobre la expansión de sus cultivos.
Por otro lado, los cocaleros de los Yungas de La Paz le piden al presidente Evo Morales que acepte someter el tema de la coca y su cultivo a exámenes rigurosos y a un referéndum nacional, pues sostienen que la hoja de Chapare no sirve para el consumo en forma de acullico.
El Gobierno no ha respondido a estos desafíos y sólo ha repetido, en Cochabamba, su prédica a favor de la despenalización de la hoja de coca, que es considerada una droga en sí misma por la ONU.
De parte del Gobierno, también se conoció el pedido de autorización para que la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) pueda derribar avionetas que estuvieran llevando droga en el territorio nacional.
Todo esto muestra que la cuestión de la coca se ha convertido en el eje de la política y la economía de Bolivia, pues dos ‘cumbres’ simultáneas la tuvieron como tema central de sus deliberaciones.
Por lo demás, la presencia de mafias internacionales que han convertido a Bolivia en uno de los países más inseguros de la región, es algo tan grave como que las naciones vecinas están tomando medidas para establecer una especie de cuarentena sobre el país, para protegerse de las drogas que exporta por todos sus costados.
Los pueblos originarios del oriente y del occidente, reunidos en Santa Cruz, además de los cocaleros de Yungas, están señalando un punto neurálgico de la realidad boliviana que no se puede ignorar.
La coca que no se usa en el acullico es un problema para Bolivia y para todos los países vecinos. Ha hecho que crezca la delincuencia y con ella la inseguridad.
Es sabido, como lo sostienen los cocaleros de los Yungas, que la hoja producida en Chapare no sirve para el uso tradicional, sino solamente para la fabricación de droga.
El desafío de los cocaleros yungueños tendría que ser tomado con mucha seriedad por todos los bolivianos , en lo posible, convertido en un referéndum nacional.
El Gobierno está en su derecho de plantear la despenalización del acullico de coca. Pero al hacerlo está reforzando, quizá sin saberlo, la tesis de quienes sostienen que el acullico sólo es posible con la coca de Yungas.
Si hay una coca que no sirve para el acullico, habrá que eliminarla por completo, es la conclusión inevitable de este debate.
Es demasiado alto el precio que están pagando los bolivianos por el hecho de que el Gobierno defiende la coca de Chapare. El país se ha convertido en el paraíso de las mafias internacionales y los vecinos han comenzado a levantar barreras.
El país es mucho más importante que los cultivos ilegales de una hoja. El futuro de Bolivia no puede ser puesto en peligro por culpa de una droga.

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