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sábado, 29 de septiembre de 2007

De nuestro servicio de alertas sobre narcotráfico

Agentes federales detuvieron este viernes en la ciudad de México a Juan Diego Espinosa Ramírez, El tigre, segundo hombre en importancia en el cártel Valle del Norte de Colombia, y a Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico, una de las más importantes operadoras del cártel de Sinaloa y encargada de las “relaciones públicas” de la organización que dirige Joaquín el Chapo Guzmán Loera.

Patricio Patiño Arias, subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), tuvo que ofrecer dos conferencias de prensa, para informar de ambas capturas, ya que mientras se daba a conocer la detención de la sobrina de Juan José Quintero Payán, y supuestamente también de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe de capos del narcotráfico en México en la década de los años 80, El tigre, era detenido en calles de la colonia San Jerónimo.

Patiño refirió que Espinosa, amante de Sandra Ávila, al enterarse de la detención de su compañera, trató de huir, pero fue atrapado cerca de la panadería La Gran Vía.

La detención de La reina del Pacífico, constituye la captura de uno de los más importantes líderes del narcotráfico en México. Informó que El tigre, además de ser buscado por Estados Unidos, era el segundo en importancia en el cártel Valle del Norte, que dirigía Diego Montoya, Don Diego, detenido el pasado 10 de septiembre.

Ávila se convirtió en leyenda del narco, luego que hace dos décadas comenzó a colaborar con los grandes capos del país, tanto en lavado de dinero como en labores de conciliación y relaciones públicas de personajes como Ismael El Mayo Zambada –con quien supuestamente mantuvo un romance a finales de los años 80–, así como el Chapo Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva.

Para el gobierno mexicano, La reina del Pacífico constituía la “operadora de logística para la introducción de cocaína al país desde Colombia”, sobre todo a partir de que en los años 90 formó pareja sentimental con el colombiano Espinosa Rodríguez, sobrino del capo colombiano Diego Montoya.

En sus primeras declaraciones La reina del Pacífico reconoció llamarse Sandra Ávila Beltrán; vivir en la calle de Santa Bárbara 185 en León, Guanajuato; que sus padres son originarios de Culiacán, Sinaloa; que tiene 45 años, y, socarrona, afirmó dedicarse “al hogar y al comercio”. Cuando se le preguntó qué comercializaba respondió: “ropa y casas”. A la pregunta de por qué estaba detenida aceptó: por una orden de extradición.

Uno de los motivos que tuvo para convertirse en clave del narcotráfico en México fue su tío Juan José Quintero Payán, miembro del cártel de Juárez, en la época de Amado Carrillo Fuentes. Quintero está preso en Estados Unidos, luego de haber sido extraditado en enero pasado.

La reina del Pacífico, según las investigaciones mexicanas dentro de la llamada Operación Macel, estuvo directamente vinculada con las nueve toneladas de cocaína aseguradas a bordo del atunero Macel, el 21 de julio de 2002, en Manzanillo, Colima.

Ese decomiso originó averiguaciones vinculadas al tráfico de narcóticos y operaciones con recursos de procedencia ilícita, dentro de las cuales se giraron órdenes de captura contra Ávila, de acuerdo con Patiño.

Esta narcotraficante fue ubicada tras asistir a una “estética” en Polanco y por sus nexos con sinaloenses, sus paisanos.

Ávila cuenta con orden de extradición librada por el juzgado 18 de distrito, con sede en la ciudad de México.

Ayer, en la conferencia de prensa, Patiño indicó que “desde la década de los 90 esta mujer se encargaba de internar a México la cocaína proveniente de Colombia y es parte de una familia que por tres generaciones se ha dedicado al narcotráfico”. Agregó que “informes de inteligencia, también la vinculan con Diego Montoya, detenido el pasado 10 de septiembre en Colombia, y señalado como el líder del cártel Valle del Norte”.

De acuerdo con la policía federal, La reina del Pacífico está relacionada con el envío de un millón 475 mil 950 dólares, incautados el 17 de julio del 2002 en el aeropuerto capitalino, y asegurados a una mujer llamada Liliana Bustamante Trujillo.

El funcionario explicó que esta captura “fue producto del seguimiento a las investigaciones del Operativo Macel, en Jalisco y Sinaloa, y en la ciudad de México”.

Así fue como los agentes federales lograron ubicar un domicilio en San Jerónimo, “que, de acuerdo a las indagatorias, era usado por Ávila como su residencia”, sólo que con la identidad de Daniela García Chávez.

Sin embargo, llamadas telefónicas a Sinaloa y la detección de su identidad real la delataron. Según Patiño, Ávila fue capturada cuando viajaba sola en una camioneta BMW, por lo que no opuso resistencia”.

La mujer fue trasladada a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada y puesta a disposición del Ministerio Público Federal.

Cuando esta detención se daba a conocer, El tigre Espinosa Ramírez trataba de huir de los agentes federales.

Sin embargo, minutos después fue presentado ante los medios de comunicación en la sede de la PFP. El tigre llegó sonriente, declinó reconocer que es narcotraficante, pero, sí declaró que todo lo que ha hecho “lo sabe la DEA”. Era, hasta ayer, uno de los narcotraficantes más buscados en Colombia.

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