(Subeditorial de la fecha 070531 del prestigioso diario Los Tiempos de Cochabamba, Bolivia)
El descubrimiento de un gran laboratorio de cocaína en el chaco cruceño confirma algo que ya había dado lugar a numerosas advertencias que, por lo visto, no despiertan mayor preocupación en los estamentos gubernamentales; nos referimos a un fuerte resurgimiento del narcotráfico en Bolivia, con la presencia de mafias internacionales que se creía habían dejado el país para siempre. La magnitud de la factoría encontrada en medio de la selva y la detención de seis colombianos, respaldan ese temor. De acuerdo a informes de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), se trata de una de las instalaciones más grandes y modernas descubiertas hasta ahora en Bolivia, calculándose que demandó una inversión de medio millón de dólares. No queda duda, por lo tanto, que estamos ante una nueva arremetida de esta actividad ilícita con sus funesta secuelas, ya vividas por el país hace unos años. No es fácil determinar qué ha motivado esta "ofensiva", pero sí hay que atribuirle al actual gobierno algún grado de responsabilidad, que comienza con una virtual aceptación para que se incrementen los cultivos de la hoja de coca. La ecuación es simple: una mayor existencia del arbusto trae como consecuencia lógica un incremento en la elaboración de droga. Así parecen haberlo entendido las mafias internacionales para poner nuevamente sus ojos en Bolivia. La violencia con la que actúan ya se deja sentir; en una acción, no común entre los traficantes bolivianos, un efectivo de UMOPAR ha resultado muerto, durante una emboscada tendida a una patrulla de esa fuerza en el Chapare. El Gobierno está a tiempo para tomar las medidas que el caso requiere y evitar, de esta manera, que esta peligrosa actividad escape de su control.
No hay comentarios:
Publicar un comentario