Pamplona, 24 may (EFE).- La Guardia Civil ha detenido a 14 personas en Asturias y Madrid y se ha incautado de más de 12.000 dosis de cocaína en la segunda fase de la operación "Rastro" que, en colaboración con la Policía Municipal de Pamplona, ha desmantelado el núcleo de transporte de una red de distribución para toda España.
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Se trata de la continuación de la operación iniciada en enero, en la que fueron detenidas 10 personas en cinco localidades navarras y en la guipuzcoana de Irún; se incautaron 5.747 dosis de cocaína, hachís y marihuana, y se intervino 10.000 euros y otros utensilios relacionados con la elaboración de cocaína.
Fruto de aquella primera fase, cuya investigación comenzó tras la denuncia de un ciudadano ante la Policía Municipal de Pamplona, se ha cerrado ahora una segunda con 5 detenciones en Gijón (Asturias), dos en Getafe (Madrid), dos en Leganés (Madrid) y otras cinco en Madrid, once de ellos de origen colombiano y a quienes se acusa de delitos contra la salud pública y detención ilegal.
En los 8 registros domiciliarios de esta fase se han intervenido 12.160 dosis de cocaína, 700 gramos de lidocaína, 10 gramos de marihuana, 26.375 euros y 24.000 pesos colombianos, 21 teléfonos móviles, 3 vehículos de alta gama y 5 básculas de precisión.
Los expertos califican a este grupo de "altamente peligroso", y consideran que con su detención "se ha podido erradicar el más importante foco de distribución de drogas", por su movilidad y estructura de la organización y agregan que hay abierta una tercera fase de la operación y no se descartan nuevas detenciones.
Los datos fueron expuestos en conferencia de prensa por el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa, quien valoró la "Operación rastro" como el "paradigma de la colaboración entre cuerpos policiales que dependen de administraciones distintas, anteponiendo a cualquier otra consideración el interés general".
En ese sentido, consideró la colaboración un "hito" porque en sus dos fases ha logrado desarticular "el grupo de distribución de drogas (especialmente cocaína), con mayor movilidad en el territorio nacional, con ramificaciones estables en al menos Madrid, Getafe, Leganés y Gijón, además de en Navarra".
Asimismo, Ripa señaló que "se ha podido acreditar en mayor medida la complejidad y el riesgo de las investigaciones", dados por las "grandes medidas de seguridad adoptadas por la red" y por ser ésta "altamente peligrosa".
En cuanto a las medidas, señaló que el transporte de estupefacientes era siempre oculto en habitáculos camuflados en vehículos y en los cuerpos de los correos, de forma que el desmantelado era "un grupo perfectamente estructurado en la recepción, preparación y distribución de la droga".
Asimismo, advirtió que "se trataba de una red altamente peligrosa, muy proclive a ejercer la violencia contra las personas", como lo demuestra el que tres de sus integrantes retuvieran contra su voluntad a un intermediario en la venta de 5.000 dosis de cocaína a quien el comprador no le había pagado, quien consiguió huir de sus captores en una gasolinera de Pamplona.
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