Hace cuánto que venimos hablando de sus cualidades medicinales y nutricionales! Un estudio de Harvard-1975, 30 anos hace, describe que la masticación de 100 gramos de hoja de coca, satisface la ración alimentaria recomendada, tan sólo 60 gramos cubrirían su necesidad de calcio. Sus oligoelementos hacen que al mismo tiempo el mate de coca constituya un complemento nutritivo de la dieta.
El estudio afirma que “en 100 gramos de coca se puede encontrar dos gramos de potasio para el equilibrio del corazón con cualidades adelgazantes, por las tisanas que se convierten en alimento y medicina.” Cuánta maravilla, lo malo es que no se actualizó ni llegaron al laboratorio para su industrialización y financiamiento. El asunto quedó estancado y reducido a una corriente ideológica de identidad cultural.
“Sindicatos de campesinos, a menudo explotados por nacrotraficantes, glorifican el consumo como una antigua tradición indígena sagrada que debe ser protegida en contra de los esfuerzos orientados a erradicar las plantaciones” (Anne Patterson, del Departamento de Estado. Enero 2006) comenta que la coca ha experimentado un incremento en los últimos anos, que califica de inquietante, pero no sorprendente. “La erradicación es un proceso desordenado, porque la gente no quiere que se erradiquen sus cultivos, así no podemos subestimar las dificultades.”
Se han escrito muchas tesis sobre si la cocaína debe pasar por la represión o la legalización y se han estudiado los mercados y la propuesta de legalización, frente al fracaso de los esfuerzos para controlar su consumo. La represión de la oferta ha tenido efectos perversos y estimulado los precios internacionales, convirtiendo aún más atractivo el negocio. Se ha mostrado incapacidad para reducir la demanda.
Fanáticos partidarios de la hoja de coca, reconocen que la cocaína depende de la materia prima. La ecuación es simple. Sin coca no hay cocaína. La cocaína se produce de las hojas de coca, no cabe duda. Sin embargo por su complejidad, se da el fenómeno que por la enorme diferencia entre el precio de compra de la hoja de coca y el de venta de la cocaína, los precios se elevan en el mercado ilegal. Las enormes ganancias, resultado de la represión en las zonas productoras, dinamizan el negocio que cuenta con refinados sistemas de producción, de transporte, de comercialización y de corrupción de los controles.
Estudiosos como Milton Friedman o especuladores como George Sorós persiguen su legalización “para impedir la movilización de los cuantiosos excedentes, lo que determinaría la intervención del estado para evitar el lavado de dólares, destruir sus laboratorios, incautar sus aviones y aeropuertos, e intensificar la producción alternativa” tal medida haría bajar los precios en un 25%, en contrapartida aumentaría el consumo en 5% con efectos devastadores para la salud de sus consumidores.
La lucha contra la droga ha pasado por diversas etapas, cuenta con redes de inteligencia para detectar laboratorios e intervenir los envíos, decomisa insumos, controla fronteras y aeropuertos, estrecha lazos policiales y se estimulan otros cultivos, aunque los resultados son de poca monta, lo evidente es que no consiguen debilitar el poderoso imperio de la cocaína. A cada hectárea erradicada le suceden nuevas plantaciones de reserva ecológica que están siendo invadidos, el aparato judicial es penetrado por el narcotráfico.
Gente ilustrada está convencida que en Ginebra, Amsterdan o Copenague el consumo es libre y la comercialización abierta. Nada más falso, si bien las autoridades sanitarias en vía experimental han permitido zonas de concentración de drogadictos, el mercado está compuesto por enfermos terminales, prostitutas o ex-criminales que no son internados en hospitales ni en cárceles.
En Suecia donde está vigente una política restrictiva, de secante control legal sobre los narcotraficantes, se han establecido leyes rigurosas que castigan con varios anos de cárcel aún por delitos menores. Por tanto no es cierto que Suiza, Holanda o Dinamarca estén por la legalización, la Unión Europea ha cerrado filas y mantiene la restricción.
Evo Morales sostiene: “queremos convocar al Gobierno de los Estados Unidos para lograr un narcotráfico cero”. Enunciado digno de ser tomado en cuenta, aunque el hecho atañe a la ONU, cuyas resoluciones restringen y penalizan la drogadicción y el tráfico de drogas. EM: “Una cosa es la hoja de coca, otra cosa es la cocaína. La coca es parte de nuestra cultura”. -De acuerdo, mas dónde, en qué momento se produce la dicotomía?- EM: Haremos un estudio del mercado legal de la hoja para acordar los cultivos. –Estudio pendiente desde siempre, y que no puede demorar. Frase de EM muy atendible: La lucha contra el narcotráfico tiene que ser efectiva y no una excusa para que Estados Unidos controle nuestros países. (Sigue Hacia la Despenalización III).
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