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sábado, 25 de marzo de 2017

legalización disimulada, encubierta? se pregunta Humberto cuando se refiere a las cifras de la Ley de la Coca, que no cuadran con la realidad. con razón la Unión Europea que no confía en el informe de Romero, ha pedido un nuevo estudio de la coca, que sea más coherente con la realidad.

Propuesta boliviana
Humberto Vacaflor Ganam


Dice Sandro Calvani, ex funcionario de la ONU en Bolivia, que la cocaína fue separada por primera vez en el mundo en la Farmacia y Droguería Boliviana, de la calle Ayacucho de La Paz, a cargo del italiano Enrico Pizzi, según figuró en la Gaceta Oficial del 30 de junio de 1858.

Parece correcto, por lo tanto, que sea el gobierno boliviano el que ahora esté propiciando la legalización de la cocaína en el mundo, y el presidente se haya convertido en el mayor vocero de esa corriente.
La nueva ley de la coca proclama, abiertamente, que el gobierno boliviano legaliza 7.700 hectáreas de cocales cuya producción está destinada, en 94% según las cifras de la ONU, a la producción de cocaína.


Las cifras sobre el consumo de coca en que se basa la nueva ley no estaban, ciertamente, a cargo de un doctor en matemáticas. Ni siquiera a cargo de un maestro en aritmética. Son tan groseras que dejan abierta la sospecha de que todo esto se trata, en realidad, de una propuesta para legalizar la cocaína en el mundo.


Dice el estudio que en Bolivia existen 3.082.000 consumidores de coca y que, sumadas las exportaciones disimuladas e ilegales, justificarían la existencia de 14.705 hectáreas de cocales en el país.


Pero la ley, que está basada en esas cifras, dispone que existan 22.000 hectáreas de cocales. La diferencia son las 7.700 hectáreas del Chapare.
Sin ruborizarse, el ministro de Gobierno dice que, en realidad, de los 3.082.000 consumidores, sólo 1.125.483 (37% del total) son los que acullican la coca.


Para atender la demanda de los 3.082.000 consumidores se necesitaría destinar al cultivo de la hoja 9.246 hectáreas en Yungas. Si esos consumidores aceptaran consumir la coca del Chapare, la superficie necesaria sería de 5.547 hectáreas, por la diferencia en el rendimiento.
Pero si vas a atender unicamente la demanda de los acullicadores de todo el país, sólo se necesitan 3.376 hectáreas en Yungas.


Así se explica que el ministro Romero haya tenido que ir a Europa perdiendo los calcetines. Y que la Unión Europea esté exigiendo ahora un nuevo estudio de la coca. Las cifras no cuadran.


La única explicación sería que el gobierno boliviano está proponiendo, de veras, legalizar la cocaína.
Vacaflor.obolog.com

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