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lunes, 5 de septiembre de 2011

la droga está al alcance de estudiantes a la puerta del colegio.10% de escolares accedieron a la cocaína. desenfrenada promoción con Evo a la cabeza a la producción de coca entre las causas. El Deber. SC


Ha sido realmente penoso el comprobar –mediante un informe difundido últimamente- que casi un 10% de los  niños bolivianos en edad escolar consumen estupefacientes de diverso tipo. En los niveles juveniles, ese de suyo alarmante porcentaje se incrementa a niveles que orillan el 20%, según varios informes estadísticos al respecto. Esto nos brinda un oscuro panorama que es necesario erradicar cuanto antes.
Bolivia ya es  actualmente el país con mayor desnutrición infantil en América Latina luego de Haití. Datos de las Naciones Unidas indican que casi un tercio de los niños bolivianos sufre de desnutrición crónica. Si a esta calamidad le agregamos el uso creciente de drogas dañinas entre niños y jóvenes, corremos el riesgo de formar nuevas generaciones con disminuciones estructurales  -de naturaleza física, mental y moral-  tanto por la falta de alimentos adecuados como por el abuso en materia de narcóticos.  Ningún país puede trazarse un futuro positivo bajo tales condiciones.
Urge una campaña de prevención contra el abuso de las drogas, campaña que el Gobierno del Estado Plurinacional no encara con firmeza, tal vez por no percibir a fondo lo terribles que pueden ser las consecuencias o por su desenfrenada promoción del uso de la hoja de coca. Recuérdese que nada menos que el actual canciller David Choquehuanca llegó a sugerir en el reciente pasado el uso masivo de la coca en el desayuno escolar. A ello, súmese el descontrolado narcotráfico del momento y la situación se torna aún más oscura.
Así como los daños mentales de una falta de alimentación adecuada en la infancia y en la niñez son irreversibles, lo propio pasa –y se incrementa- si se agrega a esa grave carencia el dañino uso de estupefacientes.  Tarea impostergable de todos es el evitar algo tan negativo para nuestro porvenir, basado por definición en los hombres del mañana que  deben formarse hoy con todos los atributos alimentarios y de salud necesarios para su normal desenvolvimiento.
Como lo hemos repetido muchas veces, las autoridades de la hora hablan y hablan sin cesar, pero poco hacen en concreto frente a este drama. Lo propio sucede con muchos otros problemas que también aquejan a la sociedad boliviana en materia sanitaria y de educación, en el área de la seguridad, etc. Pero la niñez es prioritaria, hacia ella tienen que encaminarse todos los esfuerzos -del Estado y de la sociedad civil- para asegurarle al niño boliviano (hombre o mujer del mañana) disponer de lo mejor en función de los medios disponibles.
Reiteramos: verdaderas campañas de prevención se imponen de inmediato, a fin de evitar el envenenamiento progresivo de los escolares de la patria. La actual administración está gastando millones  de dólares en la creación de empresas estatales de dudoso resultado, pero he aquí que escamotea recursos para un elemento tan sensible y definitivo como sin duda lo es el de la  integridad de la niñez. Esto debe revertirse pronto, sobre todo en los campos de la alimentación.
Y en particular, para el caso puntual que comentamos, hay que ejercer el  cuidado necesario para evitar la tentación de la droga, muchas veces esta al alcance de los estudiantes hasta en las mismas puertas de los establecimientos escolares. Para colmo, esto sucede sin controles o castigos adecuados por parte de quienes tienen la obligación impostergable de cuidar a nuestros niños. Lamentable y verdadero. Ojalá esto cambie pronto.


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