Ajuste de cuentas
La expresión ‘ajuste de cuentas’ ya forma parte del léxico de los cruceños, lamentablemente, debido a la recurrencia de graves acciones delictivas de organizaciones vinculadas al narcotráfico. Pese a lo que asegura el Gobierno nacional, los indicios señalan que Santa Cruz es territorio de pugna entre cárteles de la droga, cuyos emisarios disputan cargamentos, influencias y mercados del negocio ilícito más rentable del mundo.
El jueves, un ciudadano brasileño fue acribillado a balazos por sicarios a pocos metros de un importante centro comercial en la avenida Cristo Redentor y cuarto anillo. Los delincuentes abandonaron a pocas cuadras el vehículo en el que perpetraron el atraco.
El hecho se produce 22 días después de que un comando asaltara a un camión de caudales de la empresa transportadora Brinks, cerca de Roboré. Pese a los esfuerzos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn), la mayor parte de los delincuentes que integraban la banda se dio a la fuga con más de un millón de dólares del botín. El caso Brinks desnudó la disparidad entre las organizaciones delictivas y las fuerzas policiales. Los asaltantes utilizaron armas de altísimo calibre, tanto que –en un primer momento– los policías no pudieron trasladarse en helicópteros hasta la zona afectada por temor a ser derribados por la artillería de los atracadores.
Recordemos que el 27 de marzo, Edwin Barja Ramírez (35) fue ultimado a tiros en el barrio Valparaíso, jurisdicción del municipio de La Guardia, otro caso directamente vinculado a un ajuste de cuentas por el narcotráfico. Los autores intelectuales contrataron a dos sicarios, que aún están prófugos, para que asesinen a Barja, pues había una deuda por narcotráfico que ascendía a $us 60.000.
Sobran ejemplos para afirmar que los narcotraficantes encuentran en Santa Cruz un territorio fértil para sus actividades delictivas, dado el peso relativo que tienen las fuerzas de seguridad. Será tarea del Ministerio de Gobierno revertir esta preocupante situación. Minimizar o menoscabar estos hechos debilitará aún más la acción del Estado contra las bandas del narcotráfico. Todos buscamos que Santa Cruz sea reconocida como una región de creatividad y emprendimiento de sus ciudadanos, entre otras virtudes. No queremos, por tanto, sellos vinculados al narcotráfico, un negocio que tanto daño le hace a todos los sectores productivos de la región y del país en su conjunto.
El jueves, un ciudadano brasileño fue acribillado a balazos por sicarios a pocos metros de un importante centro comercial en la avenida Cristo Redentor y cuarto anillo. Los delincuentes abandonaron a pocas cuadras el vehículo en el que perpetraron el atraco.
El hecho se produce 22 días después de que un comando asaltara a un camión de caudales de la empresa transportadora Brinks, cerca de Roboré. Pese a los esfuerzos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn), la mayor parte de los delincuentes que integraban la banda se dio a la fuga con más de un millón de dólares del botín. El caso Brinks desnudó la disparidad entre las organizaciones delictivas y las fuerzas policiales. Los asaltantes utilizaron armas de altísimo calibre, tanto que –en un primer momento– los policías no pudieron trasladarse en helicópteros hasta la zona afectada por temor a ser derribados por la artillería de los atracadores.
Recordemos que el 27 de marzo, Edwin Barja Ramírez (35) fue ultimado a tiros en el barrio Valparaíso, jurisdicción del municipio de La Guardia, otro caso directamente vinculado a un ajuste de cuentas por el narcotráfico. Los autores intelectuales contrataron a dos sicarios, que aún están prófugos, para que asesinen a Barja, pues había una deuda por narcotráfico que ascendía a $us 60.000.
Sobran ejemplos para afirmar que los narcotraficantes encuentran en Santa Cruz un territorio fértil para sus actividades delictivas, dado el peso relativo que tienen las fuerzas de seguridad. Será tarea del Ministerio de Gobierno revertir esta preocupante situación. Minimizar o menoscabar estos hechos debilitará aún más la acción del Estado contra las bandas del narcotráfico. Todos buscamos que Santa Cruz sea reconocida como una región de creatividad y emprendimiento de sus ciudadanos, entre otras virtudes. No queremos, por tanto, sellos vinculados al narcotráfico, un negocio que tanto daño le hace a todos los sectores productivos de la región y del país en su conjunto.
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