¿Incapacidades o falacias con la Ley de la Coca?


La nueva Ley promulgada sobre el cultivo de la coca desata un debate entorno a si existe un estudio oficial que evidencie un mayor consumo de la hoja milenaria en el país o la sospecha de que a mayor extensión de cultivo permitido, se daría pie a un aumento del narcotráfico.
Sin embargo, es pertinente incluir otro punto de vista para el debate; por lo que se debe recordar que en el año 2009 se promulga la nueva CPE estableciendo un nuevo modelo económico “PLURAL”; en el cual, el modelo comunitario se convierte en una forma de organización económica reconocida, al igual que la economía estatal, privada y cooperativa.
El objetivo de este modelo comunitario es alcanzar una mejora en la calidad de vida y el vivir bien (Suma Qamaña), basándose en una visión holística bajo principios de complementariedad, reciprocidad y equilibrio entre la naturaleza y los seres humanos. La Tierra es considerada como la condición fundamental de la vida misma y las culturas indígenas originarias campesinas no la reivindican como factor de usufructo y rechazan cualquier noción de propiedad y de interés.
El dilema surge entonces: ¿en diez años de gobierno, no han sido capaces de implementar este modelo en el país o es una falacia su concepción teórica y práctica? Posiblemente lleguemos a la conclusión de que han sido incapaces y a la vez, es una falacia hablar de modelo comunitario ecológicamente sostenible cuando se produce bajo la visión de industrialización y acumulación de capital.
Es más, el Informe de monitoreo de Hoja de Coca 2015, de la Unidad de lucha contra las drogas y el crimen de las Naciones Unidas, manifiesta que en el país ya existían un promedio de 20.000 Ha. cultivadas y éstas, recaudan 273 millones de dólares. Incluso, existen estudios que determinan un impacto ecológico negativo en la naturaleza, debido a las prácticas depredadoras (tala de árboles y deterioro del suelo) de los monocultivos; la hoja de coca, no es la excepción.
Por lo tanto, ¿de qué modelo comunitario hablamos? En todo caso, si se manejan bajo la visión de mercado, analicémoslos como tal. Los sectores productivos en el país cuentan con niveles de productividad bajos, comparados con otros países de la región; pues los cultivos de hoja de coca no se quedan atrás, según el mismo informe mencionado líneas arriba, evidencia un declive en el rendimiento de este producto (promedio de 1,407 Tn/Ha); adicional a esto, la degradación de los suelos que no permite vuelva a crecer vida en esas zonas. Es así que, los productores de hoja de coca mantienen una visión rentista de esperar la habilitación de mayores extensiones de tierras, debido a su improductividad, para seguir deforestando y produciendo más hoja de coca. La pregunta es ¿a costa de…?