Preguntas incómodas
Michael Fitzpatrick, comisionado de Estados Unidos para América Latina, estuvo de visita en el país y dejó algunos mensajes alentadores y también una observación incómoda. Lo dijo en una entrevista exclusiva de EL DEBER, con estas palabras: “Hemos leído las encuestas, pensando que el 69% de la población cree que al duplicarse la cosecha lícita (de la coca) va a haber en el país más narcotráfico. Si no hay una demanda legal vamos a ver más producción de la cocaína en vez de más uso lícito de la coca”.
Se refiere a que, según los organismos internacionales, no hay una demanda legal para la coca del Chapare, región donde ahora se han autorizado 7.700 hectáreas.
En efecto, siete de cada diez bolivianos, como dijo la encuesta de Mercados y Muestras difundida ampliamente, temen que el incremento de la superficie autorizada para el cultivo de la coca, sin que exista un mercado legal que absorba la producción, termine incrementando el narcotráfico en el país.
Por eso parece conveniente que las cifras que respaldan la ley de la coca sean revisadas, a fin de que las decisiones sobre áreas de cultivo no terminen perjudicando al país, que es lo que ocurre cuando aumenta el narcotráfico.
El estudio hecho en 2012 sobre el mercado de la coca dice que existen 3.082.000 consumidores, lo que haría necesario que existan 14.705 hectáreas de cultivo, y no 22.000. Es probable que la ley haya contemplado un incremento del consumo, pero quizá sea mejor, para beneficio del país y para que la comunidad internacional no haga más críticas, que se aclaren las cifras relacionadas al destino de la coca que se produce en Chapare.
Y está también el pedido de los cocaleros de Yungas, que exigen un referéndum que permita descubrir cuál es la coca que los bolivianos consumen en el acullico y con fines medicinales, así como ritos y acontecimientos sociales.
Los mensajes alentadores del señor Fitzpatrick se refieren a la buena impresión que tuvo al llegar a Bolivia, por lo que dejó abierta la posibilidad de que el presidente de su país, Donald Trump, tenga una entrevista con el presidente de Bolivia, Evo Morales, dentro de un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas que culmine con la designación de embajadores.
Se refiere a que, según los organismos internacionales, no hay una demanda legal para la coca del Chapare, región donde ahora se han autorizado 7.700 hectáreas.
En efecto, siete de cada diez bolivianos, como dijo la encuesta de Mercados y Muestras difundida ampliamente, temen que el incremento de la superficie autorizada para el cultivo de la coca, sin que exista un mercado legal que absorba la producción, termine incrementando el narcotráfico en el país.
Por eso parece conveniente que las cifras que respaldan la ley de la coca sean revisadas, a fin de que las decisiones sobre áreas de cultivo no terminen perjudicando al país, que es lo que ocurre cuando aumenta el narcotráfico.
El estudio hecho en 2012 sobre el mercado de la coca dice que existen 3.082.000 consumidores, lo que haría necesario que existan 14.705 hectáreas de cultivo, y no 22.000. Es probable que la ley haya contemplado un incremento del consumo, pero quizá sea mejor, para beneficio del país y para que la comunidad internacional no haga más críticas, que se aclaren las cifras relacionadas al destino de la coca que se produce en Chapare.
Y está también el pedido de los cocaleros de Yungas, que exigen un referéndum que permita descubrir cuál es la coca que los bolivianos consumen en el acullico y con fines medicinales, así como ritos y acontecimientos sociales.
Los mensajes alentadores del señor Fitzpatrick se refieren a la buena impresión que tuvo al llegar a Bolivia, por lo que dejó abierta la posibilidad de que el presidente de su país, Donald Trump, tenga una entrevista con el presidente de Bolivia, Evo Morales, dentro de un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas que culmine con la designación de embajadores.
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