tomando por base el informe de la ONU sobre la cocaína El Dia analiza el entorno continenteal del narcotráfico
Geopolítica de la cocaínaEditorialViernes, 26 de Febrero, 2010Lo que sucede en Colombia con la producción de coca y cocaína no es una novedad y menos una casualidad. Hace una década ya se había anunciado que el narcotráfico era una actividad que estaba declinando en ese país, que se había convertido en el más violento del mundo, tomado por carteles de la droga y la narcoguerrilla, que utiliza supuestas reivindicaciones políticas y sociales para proteger -en realidad-, a los capos de la mafia transnacional.Los gobiernos colombianos preocupados por los secuestros, las innumerables muertes y porque gran parte del territorio nacional había sido declarado zona de exclusión de la guerrilla y el narcotráfico, decidieron actuar y lavar la imagen de la clase política que también había sido penetrada por los carteles. Vino el Plan Colombia, con ayuda de Estados Unidos, la limpieza a fondo de los cuadros policiales, eliminaron a Pablo Escobar y a numerosos capos y hoy, con justicia, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la ONU, puede afirmar categóricamente que la actividad relacionada con las drogas en Colombia ha caído en un 15 por ciento en el 2008 cifra que refleja el mismo comportamiento sostenido de los últimos años.Hace unos diez años también, cuando los carteles colombianos sentían el fuerte acoso de la fuerza pública que los estaba arrinconando, ya se anticipaba que México sería “el nuevo Colombia”, es decir, el centro de actividad de las mayores organizaciones que trafican con cocaína y otras drogas. Hoy, el norte mexicano está sumido en una verdadera tragedia, con ciudades enteras inundadas de violencia y muerte. Los últimos gobiernos han manifestado su temor porque el narcotráfico comprometa la vigencia de la democracia y la república mexicanas, aunque durante el último tiempo, con la decidida intervención del presidente Calderón, la tendencia parece ir frenándose. Sin embargo, a estas alturas se puede afirmar que las mafias mexicanas ya dominan gran parte del negocio mundial de la cocaína y han expandido sus tentáculos en todo el continente americano, incluyendo Bolivia.En su informe 2009, la JIFE, que tiene sede en Ginebra, ha reflejado estas tendencias y en lo que respecta a Bolivia, Perú y Venezuela, muestra también que las mafias podrían estar volviendo a echar anclas con mucha fuerza en la región andina, donde las condiciones políticas y sociales le son extremadamente favorables.En relación a nuestro país, afirma que la producción de coca ha aumentado en un 100 por ciento desde el año 2000, cifra que en Perú representa el 45 por ciento. Pese a que la fabricación de cocaína ha disminuido en Sudamérica gracias a Colombia, en Bolivia ha crecido en un 13 por ciento y Perú, con un 36 por ciento de producción de cocaína en el mundo, va camino a quitarle el puesto a Colombia como principal productor de esta droga. Y sobre Venezuela, la JIFE ha reiterado que se trata hoy del principal puerto sudamericano de la salida de la cocaína hacia los centros de consumo. Demás está decir que la tendencia está marcada como sucedió en México hace diez años. Lamentablemente, en Bolivia se observan comportamientos que sólo contribuyen a fortalecer ese camino hacia la violencia y la destrucción.
En Colombia disminuye el narcotráfico, mientras que aumenta en Perú, Venezuela y Bolivia. Es una tendencia muy peligrosa.
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