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lunes, 8 de octubre de 2007

megamillones de dólares genera Irak para el Imperio

Manuel Freytas con la lucidez que le caracteriza reitera en extenso artículo publicado por Iar-noticias, que en Irak se combate en cuatro frentes con el resultado de 100 iraquíes y 2.3 norteamericanos muertos cada día, y que el precio de esa sangre la reciben la industria petrolera, armamentista y de reconstrucción que combinan sus ganancias con gigantes consorcios que prestan servicios incluyendo "el asesinato por oficio". Del referido trabajo, su última parte analiza el real significado de la conflagración y declara que no ha lugar a pérdidas entre los promotores de la guerra, sino sólo ganancias:

Continuamos con el imperdible análisis de Freytas del porqué y para qué se mata en Irak. Recordemos que el portal que nos sirve de fuente reitera "no ser de derecha ni de izquierda", que su labor es de contrastar los hechos oponiendo la verdad contra el intento de desinformación utilizando la estrategia de sondear los acontecimientos para extraer su contenido más concreto y trascendente. (Nota del Editor)

C) La guerra y los negocios


¿Para qué se utiliza la masacre diaria y programada de Irak?
Para no perder la ilación estadística de los hechos, empecemos por donde comienzan siempre las guerras imperiales del capitalismo sionista (el dueño del Imperio norteamericano) : Por los negocios (léase, robo y depredación de mercados y de recursos naturales a escala global).
Según los decálogos de la ciencia estratégica militar, las guerras no se hacen para matar ni son irracionales (irracionales son los que creen ese mito), y su función básica consiste en controlar y/o dominar a un territorio y a un oponente, con el menor costo posible de daños y muertos.
Y ¿para qué el control y el dominio de un oponente por medio de una invasión militar como en Irak?
En términos reales y concretos, como es estadístico y verificable, y al margen de cualquier otra consideración geopolítica o estratégica, Irak fue una "guerra" inventada para hacer negocios. Como nunca en la historia, la economía capitalista y la geopolítica estratégica del Imperio se complementaron con la ocupación de Irak, en abril de 2003.
Greenspan, que no es ningún analista de izquierda, sino un gurú del sionismo financiero que controla los mercados mundiales desde Wall Street, acaba de afirmar que la invasión a Irak fue motivada por la conquista del petróleo.
Pero limitar la invasión de Irak solamente al petróleo es un reduccionismo que esconde a los otros actores del capitalismo trasnacional sionista que se están haciendo el festín del negocio en el Irak ocupado.
En el escenario de los números y de los muertos, cuando se habla del "fracaso de la estrategia militar" de EEUU en Irak, también hay que hablar del triunfo de los negocios del capitalismo sionista en el país ocupado, sino caemos en el irracionalismo de los analistas del sistema que separan a la guerra de los negocios, y la convierten en la obra de "locos y fundamentalistas".
Empecemos por describir para que le sirven las guerras de conquista militar al Imperio sionista capitalista norteamericano que controla el mundo desde el Complejo Militar Industrial, Wall Street y la Reserva Federal, los dueños reales de la Casa Blanca.
Con sus tropas y bases desplegadas en el país petrolero, EEUU cerró su dispositivo de control militar estratégico en Medio Oriente con proyección al Asia, y las corporaciones capitalistas del Complejo Militar y de Wall Street contaron con un nuevo enclave para hacer negocios, al costo de la muerte de 100 iraquíes y dos soldados USA por día.
Ese es precio de la guerra y de la conquista económica que los halcones sionistas de la Casa Blanca quisieran evitar, pero no pueden acuciados por la necesidad de mantener el dominio y el control militar.
D) Los usfructuadores de la conquista
Los muertos de Irak son cadáveres que poco interesan en las frías matemáticas de rentabilidad capitalista que guiaron la invasión militar de Bush y los halcones, más allá del mito de la "locura fundamentalista" utilizado para desviar la atención del verdadero objetivo que encubre la invasión militar.
Con las llamadas "guerras preventivas" iniciadas por los halcones tras el 11-S, no solamente se conquista militarmente sino que también se abren nuevos ciclos de expansión y ganancias capitalistas en los nuevos mercados sometidos con el argumento de la "guerra contraterrorista".
Como síntesis estratégica, las nuevas guerras de invasión y la carrera armamentista (como la de Irak y Afganistán) sirven, como motivación esencial, para engordar las ganancias de las megacorporaciones del Complejo Militar Industrial y de los bancos y fondos de inversión de Wall Street que lucran con los recursos naturales (principalmente el petróleo) y las "reconstrucciones" de los países conquistados.
La conquista militar, a su vez, es la llave de entrada para un descomunal negocio capitalista "multifuncional y diversificado", donde el Imperio moviliza toda su maquinaria de ganancia financiera, se apodera de los recursos naturales (principalmente petróleo), vende armas, tecnología, servicios de seguridad, y modela hábitos consumistas en la población más pudiente del país invadido (clases altas, medias altas) que se integran al negocio de las multinacionales de la música, el espectáculo y la "moda", tal como hoy sucede con las clases ricas de Bagdad.
Mientras en Irak, por ejemplo, la invasión militar destruyó las redes sociales solidarias de la comida, la vivienda, el trabajo y la atención médica (que regían durante el régimen de Saddam), las transnacionales desarrollaron un floreciente "mercado de consumo segmentado" entre las clases altas y medias altas (profesionales, políticos y empresarios) asociadas a la política de rapiña de la ocupación militar.
Como se puede apreciar, quedarse solamente en el petróleo o las armas, es un reduccionismo: Las conquistas militares como la de Irak movilizan un negocio totalizado para las trasnacionales del Imperio invasor estadounidense.
De manera tal, que detrás de cada país destruido por los misiles, aviones y tanques de última generación, siempre llega un "ejército" de lobbystas, consultores, expertos, ejecutivos, de las empresas transnacionales asociadas a la conquista imperial (armamentistas, petroleras, servicios, financieras, etc) con la misión de "reconstruir" lo que fue arrasado por los bombardeos genocidas, y explotar el mercado y los recurso naturales del país conquistado.
En Irak, en el mercado de "negocios diversificados" posibilitado por el genocidio militar de los halcones, intervienen tantas corporaciones trasnacionales que la "estrella naciente" es (así coinciden todos los expertos) el negocio de los "ejércitos privados" (tipo Blacwater) que contratan servicios tanto con el ejército invasor como con las empresas privadas asociadas a la ocupación.
Según un informe del Pentágono, julio de 2005, las empresas usufructuadoras del proceso de negocios instalado tras la ocupación militar en Irak invierten entre 25 y 30 por ciento de sus ingresos en vehículos acorazados y ejércitos privados para garantizar la seguridad de sus ejecutivos y empleados que, junto con los empleados civiles de las bases militares, conforman "un país dentro de otro país"
Además de los ejércitos privados y de las proveedoras de armas (Lockeed Martin, entre las primeras), en Irak las corporaciones contratistas que proveen servicios y alimentos hacen un negocio descomunal con las decenas de bases militares que cobijan a los 140.000 soldados ocupantes, y que tienen privatizadas sus áreas de provisión y mantenimiento.
A finales de 2006 había 55 bases estadounidenses en Irak, y el proceso de construcción de nuevas bases está muy adelantado junto con la construcción de importantes pistas de hormigón, comunicaciones, instalaciones y todo tipo de servicios para los soldados, que implican supermillonarios negocios para las constructoras y las tecnológicas que contratan con el Pentágono.
Aunque el secreto del Pentágono torna imposible determinar con exactitud las cantidades destinadas a la construcción de bases en Irak, los especialistas estiman que en estas bases especiales se ha gastado más de mil millones de dólares, que fueron a parar a los bolsillos de las trasnacionales de la área de la construcción y la tecnología.
“Estos colosales proyectos de construcción, que cuestan miles de millones de dólares, sugieren de manera contundente que sus autores consideran Irak como un Estado cliente y como una base para las operaciones militares estadounidenses en la región de Oriente Medio", señaló Ron Paul, congresista estadounidense republicano por Texas.



El petróleo como explicación y justificación de la invasión de Irak


De acuerdo al marco regulatorio de la nueva ley en proyecto para el petróleo, ya aprobada por el parlamento iraquí, y que se pondrá en funcionamiento antes de fin de año, así como EEUU "legalizó" la ocupación militar con un gobierno de mayoría chií (aliado de la invasión) elegido en las urnas, de la misma manera, utiliza a esa administración y su parlamento para convertir en "ley" un proyecto diseñado por la embajada norteamericana y los representantes de las transnacionales del petróleo, las beneficiarias directas de la conquista de Irak.
En resumen, y en beneficio de las petroleras principalmente norteamericanas, la nueva legislación legaliza formatos que obligarán a Irak a cumplir contratos a largo plazo que pueden durar hasta 35 años, y dejará en manos de las corporaciones estadounidenses todo el proceso de extracción, comercialización y elaboración de la industria iraquí del petróleo.
El propio ministro iraquí del Petróleo acaba de decir a la agencia Reuters que 65 de los 80 campos petrolíferos conocidos sin explotar quedarán bajo control extranjero.
Según los especialistas, si la industria petrolífera se desarrollara hasta su pleno potencial de producción, podría producir seis millones de barriles al día y generar ingresos anuales de más de 130.000 millones de dólares, que irían a parar al bolsillo de las petroleras estadounidenses usufructuadoras de la conquista militar, que tienen prioridad en el reparto.
Todo lo enumerado sintéticamente más arriba, es apenas una "rápida descripción" del colosal negocio capitalista que mueve la conquista militar de Irak, que cualquiera puede profundizar investigando y procesando metodológicamente la información disponible en la red.
Luego de ingresar en los aspectos funcionales yen los fríos números de la ganancia capitalista de los actores económicos de la llamada "guerra de Irak", queda poco margen para hablar de otra cosa que no sea de una masacre programada por el capitalismo sionista estadounidense para hacer negocios con la conquista militar de irak.
Volvamos al principio: ¿Para que sirven los 34.000 civiles muertos por año en Irak?
Les contesta el sionismo capitalista imperialista de Wall Street (patrón de Bush y los halcones): Para hacer negocios.
¿Quién dijo que Bush y los halcones fracasaron en Irak?

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