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sábado, 28 de enero de 2017

son nuestros vecinos Argentina y Chile "vecinos ingenuos" que creen en las promesas del Gobierno de Evo de luchar para reducir el narcotráfico? acaso no están enterados que Bolivia ahora mismo está en relanzamiento de las plantaciones de coca en El Chapare, coca destinada a fabricar cocaína? Humberto ofrece un descarnado análisis.

Mal comienzo tienen las conversaciones Bolivia-Chile después de las fricciones del agua dulce-agua salada radicadas en La Haya con abogados muy bien pagados de ambos lados, sin contar los voceros.
Se trata ahora de una iniciativa difícil: un diálogo de cooperación mutua entre el país productor y exportador de droga con el país importador involuntario de esa droga. La Organización Mundial del Comercio jamás había cobijado semejante diálogo.


Hay algo de deshonesto en la postura boliviana, que Chile podría, si quisiera, llevar incluso a La Haya III. Mientras habla de intercambio de información para frenar el tráfico de droga, el gobierno boliviano acelera la aprobación de una ley que aumentará la producción de materia prima para esa droga.


Con mucha razón, los chilenos podrían preguntar si estas negociaciones se van a hacer solamente sobre lo que ocurre en la frontera, o si Bolivia tiene alguna responsabilidad de lo que pasa en su territorio.
Y preguntar, por ejemplo, si la ley boliviana que fija en 12.000 hectáreas la superficie destinada a la coca se cumple, o no. Y si no se cumpliera, quizá preguntar a Bolivia si necesitaría alguna ayuda para hacer cumplir esa y otras leyes dentro de territorio boliviano. Una sugestión que, por supuesto, habrá que rechazar, por atrevida.


Lo que se debería alegar en ese caso es que cada gobierno tiene la potestad, inalienable, imprescriptible y soberana, de hacer que algunas leyes se cumplan en el territorio que administra y que otras no se cumplan en absoluto. Eso se llama soberanía, que no se discute.
Pero Chile no se ha de atrever a semejante osadía, porque, yendo en esa dirección, tendría que verse en la necesidad de ayudar al gobierno boliviano a hacer cumplir la ley que prohíbe la importación y el comercio de la ropa usada. Y ahí entramos en un berenjenal.


Es que esa ropa llega a Iquique y luego, a través de Bolivia, está en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Entramos así en la necesidad de admitir que se trata de un tema que debe ser tratado por el Mercosur.
Si estas conversaciones se estancaran por esas complicaciones, quizá el gobierno boliviano termine diciendo a las autoridades chilenas que deben concentrarse en reducir la demanda de droga en su país. Esta fórmula no falla.
Vacaflor.obolog.com

miércoles, 25 de enero de 2017

Patricia Bullrich ministra de Seguridad en Buenos Aires pone en alerta a la poliía argentina por peruanos, paraguayos y bolivianos que llegan para cometer delitos y "n para trabajar" habrá mano dura contra los delincuentes.

La ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró este martes que los cambios que prepara el Gobierno en los controles migratorios van a impedir que cualquier persona que tenga antecedentes penales relacionados con el narcotráfico o la trata de personas ingrese al país.

En una entrevista con la radio local La Red, donde explicó los cambios que prepara el Ejecutivo de Mauricio Macri para endurecer la política migratoria con el objetivo de frenar la criminalidad en Argentina, Bullrich dijo además que "toda persona extranjera que cometa delitos va a tener un trámite rápido de expulsión".

Según la titular de Seguridad, a Argentina llegan "peruanos y paraguayos que terminan matando por el control de la droga; no tanto bolivianos", por lo que centró el objetivo de su cartera en reducir "la concentración de extranjeros que comenten delitos de narcotráfico".
Además, explicó que su ministerio trabaja por sofisticar los controles migratorios por tierra del norte del país, como la triple frontera de la provincia de Misiones, donde coinciden los límites de Paraguay, Uruguay y Argentina, o La Quiaca, en la provincia de Jujuy, que separa el país austral de Bolivia.

"Además, muchos ciudadanos paraguayos, bolivianos y peruanos se comprometen, como choferes, mulas, partes de una cadena, en los temas de narcotráfico", agregó. La autoridad insistió en distingu
ir a los extranjeros que llegan "a trabajar" de los que llegan "para cometer delitos".