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domingo, 17 de agosto de 2014

sin duda Carlos Valverde es uno de los cerebros en investigación periodística que tiene más aciertos. ahora nos ofrece su texto "Cocaína negocio plurinacional" y un certero análisis de tres "éxitos estatales en descubrir megalaboratorios"

Entre 2009 y 2014 hay 5 años completos; sin embargo, en materia de lucha contra el narcotráfico hay 15. En efecto, en marzo de 2009 el ministro Alfredo Rada aseguró que se había descubierto “el laboratorio de elaboración y cristalización de cocaína más grande desde Huanchaca (se dijo de los 10 últimos años, Huanchaca es de 1985). En agosto de 2014, el ministro Pérez informó que se había encontrado el laboratorio de cristalización de cocaína (también con precursores) más grande de los 10 últimos años, de manera que, bien podemos decir, los dos laboratorios de cocaína más grandes de los 15 últimos años se encontraron en el Gobierno de Evo Morales.
¿Éxito? Depende de cómo se lo vea; claro, encontrarlos es bueno, pero casi siempre los megalaboratorios que se hallan tienen como rasgo común que llevan como un año produciendo, casi siempre, entre 150 y 500 kg semanales (ver operativo de agosto de 2014); de manera que no es tan exitosa la tarea de luchar contra el narcotráfico. Hablamos de una actividad ‘multinacional’; los laboratorios están en Bolivia, tienen características y capitales ‘colombianos’ y, en muchos casos, la droga viene de Perú; esto último por dos motivos: para ser transportada a Brasil y para ser cristalizada en este país. Un dato no menor: los laboratorios casi siempre están en Santa Cruz (por su cercanía a Brasil); para llegar hasta ahí, los narcos se mueven por el largo territorio nacional con una gran cantidad de precursores que son internados por las fronteras con Perú y Chile, y llegan hasta la Chiquitania; esas cargas no son capturadas en las fronteras ni en ciudades intermedias entre la frontera y el laboratorio.
Acá hay algo que no cuadra: desde las fronteras de occidente hasta Santa Cruz hay miles de kilómetros que parecen ser ‘liberados’ por alguien; por ellos pasan los ‘transportistas’. Eso es lo que llama la atención: este país no tiene tantas carreteras para cruzar de occidente al oriente con cargas grandes; su terreno es muy quebrado y difícil. ¿Cómo lo hacen? Hace un tiempo en Sin letra chica diseñamos las rutas de la cocaína y de los precursores, curiosamente de Chile y Perú es posible llegar al oriente usando municipios dominados políticamente por el MAS; cada vez se consolida más esa hipótesis.

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