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martes, 9 de septiembre de 2008

el otro 11 de septiembre que los latinos no olvidaremos jamás

El 11 de septiembre de 1973
En este día se puso punto final al primer experimento de gobierno constitucional de partidos pro-soviéticos en Occidente. Pese a que la Unidad Popular chilena manifestaba someterse al sistema de las democracias capitalistas representativas patrocinadas por Washington, la administración estadounidense le consideró intolerable.Antes del golpe de Augusto Pinochet la izquierda había crecido electoralmente y había un clima de tensión social. El canciller norteamericano Henry Kissinger sostenía que no se podía aceptar que un pueblo por ignorancia se tornase comunista.El cuartelazo santiagueño sirvió para demostrar que el principal poder occidental no podría tolerar gobiernos contestatarios aunque fuesen elegidos bajo sufragio universal. Además alentó la consolidación o extensión de las dictaduras anti-comunistas en todo el Cono Sur.El nuevo régimen instaurado el 11 de septiembre de 1973 sería el mismo que iniciaría el actual modelo económico que acabaría por implantarse como moda durante la globalización. La receta pinochetista consistía en renunciar al viejo sistema de economía keynesiana, que protegía la industria y el mercado internos, que promovía el desarrollo buscando sustituir las importancias y elevando el consumo mediante el incremento del nivel de ingresos de la población. Para la escuela de Chicago se imponía dar paso a una economía abierta a las importaciones y al libre flujo de capital extranjero. Pese a que ello implicaría una inicial destrucción de muchas industrias que producían para el mercado interno, el aumento del desempleo y la reducción de salarios reales y condiciones laborales, a la larga - se sostenía- se permitiría una nueva acumulación de capital. Orientándose hacia la exportación y estabilizando la moneda, Chile empezó a mostrar una pujanza económica que quiso ser imitada por otras naciones del hemisferio sur.Para los críticos del neo-liberalismo se trataba de hambrear al pueblo para exportar. Para el monetarismo en boga ésta era la única posibilidad de poder competir en el mercado internacional y desarrollar a los países en ese camino.El pinochetazo fue uno de los momentos de mayor conflicto entre las dos superpotencias cuando ambas parecían haber llegado a la década de los setentas a un nivel de empate.A fines de esa década la nueva administración de Carter fue dando un viraje hacia patrocinar los derechos humanos como vía para minar al bloque soviético y para dar base social a los nuevos gobiernos que aplicasen reajustes económicos en Latino América.El modelo militar impuesto en Chile el 11 de septiembre de 1973 fue siendo dejado de lado para patrocinarse el sistema neo-liberal que éste había empezado a alentar. La mayor victoria de dicho evento fue que a larga los propios países del Pacto de Varsovia acabarían por renunciar al sistema de economías planificadas y de régimen de partidos únicos comunistas, para abrazar el mercado capitalista. El monetarismo pinochetista se convertiría en una panacea para varios círculos en Moscú.En el 11 de septiembre del 2001 le tocó a los EEUU el recibir un ataque desde el aire. Los símbolos de su poderío militar y económico fueron atacados. La CIA esta vez no fue acusada de organizar el golpe, sino de no haberse dado cuenta de ella o, en el peor de los casos, haberlo dejado pasar para justificar una carrera militarista.En ambas fechas de 1973 y 2001 las administraciones norteamericanas estaban en manos de republicanos duros.
Bush hijo y Kissinger son quienes hoy encabezan la tendencia halcón dentro del partido gobernante planteando una inmediata guerra contra Irak, aunque muchos líderes republicanos se muestran dudosos sobre si es conveniente lanzarse a una intervención bélica sin suficiente apoyo internacional o justificativos.

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