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sábado, 6 de septiembre de 2008

cocaína en el alto. subeditorial de la razón de la paz, bolivia

El domingo pasado, La Razón publicó el resultado de una investigación producto de un recorrido que tuvo la oportunidad de realizar con una patrulla de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico de El Alto (FELCN), y se sorprendió del volumen de producción de droga existente en la ciudad, y de las formas innovadoras y singulares con las que los narcotraficantes —bolivianos y extranjeros— operan para elaborar cocaína en grandes cantidades.
Lo que más llamó la atención a este medio fue la manera cómo se fabrica el alcaloide y las peculiares formas de desecho de lo que queda de la coca procesada, que, por su volumen, no resulta fácil destruir sin dejar rastros. Los restos que quedan en las tradicionales pozas de maceración que por su experiencia la FELCN puede descubrir con relativa facilidad, pero que delata a los delincuentes, ahora se echan lejos de la urbe, en bolsas de basura, con los restos de la hoja amortiguada o triturada, al estilo colombiano. O se entierran en los patios de las casas o se los hace desaparecer hasta en las alcantarillas. El asunto es dejar los menores rastros posibles.
La técnica tradicional boliviana, que se aplica en el Chapare, de pisar la coca, se ha cambiado —o va en vías de cambio— por el método colombiano que tritura la hoja en máquinas para moler cereales, a lo que agregan los químicos para producir el sulfato y luego el producto final, el clorhidrato de cocaína. Este método tiene la ventaja de dejar menores evidencias y de poder operar dentro de las ciudades, al no requerir de las pozas de maceración que ponen a la vista la vil actividad.Pero lo más grave es que la FELCN encuentra actividad ilícita producto de la hoja de coca en casi todas las zonas de El Alto.
Un kilo de cocaína está allí valuado en $us 600, lo que va subiendo, matemáticamente, a medida que la cocaína se aproxima a los mercados de consumo, como Brasil o Chile. Hasta el mes pasado se había aprehendido a 125 personas vinculadas al narcotráfico y a lo largo del 2007 a 165 sujetos.Ha llamado la atención encontrar bolsas de coca peruana con el sello de ENACO, lo que hace suponer que la coca peruana está o más barata o resulta muy fácil internarla al país por la frontera. Todo un problema que atender para el Gobierno.

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