En el trópico cochabambino, los yuracares y yuquis, etnias indígenas, sufren diariamente el constante avasallamiento de sus territorios por parte de productores de la hoja de coca, quienes en su afán de expandir sus cultivos, vienen depredando zonas productivas, poniendo en riesgo la vida de los pobladores indígenas.
Pese a existir una Ley que protege las Tierras Comunitarias de Origen (TCO), las denuncias de la presencia de grupos extraños, que incursionan a las áreas protegidas con la finalidad de incrementar sus cultivos de coca, depredar la madera existente en la zona y ampliar la frontera agrícola, se incrementan cada vez más.
El director de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la prefectura de Cochabamba, Marcelo Meave, ratificó estas denuncias, "los habitantes de los pueblos indígenas reportaron que la producción de coca se incrementa en sus territorios".
Manifestó, que el avasallamiento, disminuye la frecuencia e importancia de la caza y la agricultura, descuartiza el sistema social de las etnias, que resultan seriamente amenazadas y vulnerables a fenómenos extraños a su habitad.
"Los montes de Yuracarés, están a punto de convertirse en el sitio de mayor producción de coca, incluso existe el peligro que la zona se convierta en una gran fábrica de elaboración de sulfato y clorhidrato de cocaína", aseveró el funcionario prefectural.
Las etnias Yuracaré, Yuquí, se encuentran en la jurisdicción de las provincias Chapare y Carrasco (municipios de Puerto Villarroel, Chimoré y Villa Tunari), organizados en el Consejos Indígenas, quienes conforman la Coordinadora de Pueblos Indígenas del Trópico de Cochabamba (CPITCO).
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