La Junta de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU (JIFE) recuerda en su informe anual sobre las drogas, presentado hoy, que en junio de 2011 Bolivia adoptó "la medida sin precedentes" de denunciar la Convención sobre Drogas de 1961, que clasifica a la hoja de coca como estupefaciente y lo somete a control internacional.
El masticado de la hoja, conocido en Bolivia como "acullico", fue vetado de la Convención internacional antidrogas porque la coca contiene alcaloides que son la base para elaborar la cocaína.
El mismo día de la entrada en vigor de esa denuncia, el 1 de enero de este año, La Paz volvió a solicitar la adhesión a la Convención, con una reserva sobre la prohibición del mascado de la hoja de coca.
"La Junta ha observado con hondo pesar este paso sin precedentes del Gobierno boliviano y expresa su preocupación, entre otras cosas porque, si bien la denuncia en sí es técnicamente admisible a tenor de la Convención, va contra el objeto fundamental y el espíritu de dicho instrumento", subrayó el presidente de la JIFE, Hamid Ghodse.
"Si la comunidad internacional adoptara un sistema en el que los Estados parte se sirvieran del mecanismo de denuncia y nueva adhesión con reservas, la integridad del sistema de fiscalización internacional de drogas se vería menoscabada y se pondrían en peligro los logros conseguidos en los últimos 100 años", agregó.
El Gobierno boliviano ha reiterado que la práctica de mascar hoja de coca, y otros usos tradicionales de la planta, están ligados a las herencia cultural de los pueblos indígenas.
De hecho, la JIFE criticó que parte de la legislación nacional boliviana no se ajuste a la normativa internacional.
"Determinados aspectos de la legislación sobre fiscalización de drogas de Bolivia contravienen a los tratados de fiscalización internacional de drogas, concretamente los que permiten el cultivo y el consumo de la hoja de coca para fines no médicos y, más en particular, la masticación de la hoja de coca", declaró Ghodse.
El órgano de la ONU recuerda que en 2010 la superficie dedicada al cultivo de arbusto de coca en Bolivia era de 31.000 hectáreas, lo que supone el 20 % de la superficie dedicada en toda América del Sur a esa planta.
"La preocupación de la JIFE aumenta" debido a la información que indica que en 2010 el precio de la hoja de coca aumentó entre un 22% y un 37%, se resalta en el informe.