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viernes, 29 de abril de 2016

se refiere el columnista a la carta de los Obispos que sale del seráfico lenguaje y se acomoda a condenar el sacrílego narcotráfico que se adentró en el Gobierno y en las esferas policiales con gravísimo dano para la nacionalidad. sesuda reflexión califica Riveros la advertencia eclesial, aunque apartó del debate asunto vital, en preferencia de los teledramones que protagonizan Evo y Zapata.

En su última Carta Pastoral, la Conferencia Episcopal de Bolivia formuló una alerta, manifestando que el narcotráfico ha conseguido penetrar las estructuras del Estado y las fuerzas del orden, comprando conciencias. Esta advertencia  debe llamarnos a una sesuda reflexión, ya que el narcotráfico nos perfila ante el mundo, como un país infeccioso que amenaza emponzoñar con droga a toda la región.
Contrario al lenguaje seráfico, cuyo origen se deriva de los serafines o ángeles que componen el coro del Señor, y que los representantes de la iglesia lo emplean para emitir sus homilías, cartas pastorales, etc., por ser amable, geométrico y perfecto como el vuelo de las golondrinas, en la Carta esta voz ha sido tajante, puntual y diametralmente  opuesta a aquel grotesco: ¡Hola hermano Papa Francisco! que utilizó el mandatario en el Vaticano, al reencontrarse con el Sumo Pontífice, en una infructuosa visita que no logró superar la grieta existente entre el gobierno y la iglesia.
Al existir una verdad irrefutable en el mensaje de los obispos, el enojo de S.E. fue desproporcionado al afirmar: “No acepto que algunos jerarcas de la Iglesia me digan narcotraficante”, extremo que nunca le dijeron y, por el contrario, el texto original pudo servir como base de un diálogo con los prelados, antes de lanzarles ese furibundo ultimátum, para que identifiquen y den nombres de las presuntas autoridades involucradas, como si la Conferencia Episcopal fuese la DEA.
Entretanto, en medio de este inconfundible clima de desconcierto y división que reina en el seno del MAS gracias a los escándalos que en la modalidad de telenovelas han surgido últimamente, la población boliviana se halla absorta ante tanta distracción y aguarda impaciente el desenlace de estas seriales. Es el caso de la serie Zapata donde, antes de encontrar el celular extraviado, o la tan esperada muestra de ADN, lo único rescatable es la aparición del unicornio azul que daba por perdido el cubano Silvio Rodríguez. Por su parte, es justo reconocer que esta novela superó de lejos el record de audiencia que había alcanzado aquella basada en el atraco al Fondo de Desarrollo Campesino, hasta el punto de dejarla casi en el olvido, con la desaparición de sus más importantes estrellas.
Finalmente, la otra telenovela en curso fue la protagonizada por un millar de discapacitados que han hecho posible aquello  que su discapacidad era superior a la capacidad de algunos gobernantes. Llegaron a la sede del gobierno después de marchar más de 400 kms y enfrentarse a la indolencia de un gobierno que no quiso escucharlos y menos satisfacer sus demandas, pues hasta impartieron la orden a las autoridades de los municipios y prefecturas por donde pasaron, de abstenerse de brindarles asistencia. La trama central estuvo basada en que somos capaces de ayudar a ecuatorianos, cubanos o venezolanos empero, a los nuestros no permitirles ni el ingreso a la Plaza Murillo y exponerlos patéticamente ante el mundo, como una plaga contagiosa, peor que la del narcotráfico sacrílego.

martes, 5 de abril de 2016

razonable, acertado el texto de Paz, hijo de Jaime que opina regularmente sobre asuntos de actualidad. cierto, cuando los mafiosos deciden tomar el poder, entonces se producen catástrofes para sus comunidades nacionales, no sólo aumenta la corrupción sino que la manipulación y el engaño se hacen pan de cada dia. la pregunta final está acertada, alguno puede explicar la diferencia entre un gobierno de Palbo Escóbar o Alcaponer con los de Chávez, Maduro, Cristina o el de Evo Morales?

magine que una persona de la calaña de Al Capone o de Pablo Escobar llega democráticamente a la Presidencia de su país. La idea no es descabellada, después de todo el mismo Escobar llegó a ser diputado en Colombia y no es infrecuente que quien ha acumulado riqueza, tanto si es bien o mal habida, quiera usarla para tener poder político. 

¿Cómo sería un gobierno de Al Capone o de Pablo Escobar? Es prudente suponer que utilizarían el poder político para generar leyes que les favorezcan y los hagan inmensamente ricos; que usarían todos los medios a su alcance, aunque fueran ilegales o inmorales, para perpetuarse en el poder. Podemos conjeturar que mentirían constantemente para esconder sus trampas, robos y crímenes; que pasarían leyes en beneficio propio, pero argumentando mentirosamente que benefician al pueblo; que buscarían chivos expiatorios para culparlos de los problemas en la sociedad. 

Es razonable pronosticar que la prensa y la libre expresión serían atacadas constantemente, con leyes draconianas y tiránicas, comprando medios, corrompiendo a periodistas e incluso ocasionalmente amenazando y asesinando a quienes no puedan ser comprados. En un gobierno de Al Capone o de Pablo Escobar la búsqueda de justicia y la búsqueda de la verdad solo serían un discurso utilizado para mantener cierta legitimidad, pero en la realidad toda la maquinaria estatal estaría orientada al incremento y la perpetuación del poder, cometiendo injusticias, ocultando verdades, inventando mentiras y usando la violencia si es necesario. ¿Y cómo sería el entorno del presidente Capone o del presidente Escobar? Pues seguramente un grupo de aduladores y mediocres, cuya supervivencia depende de cuán serviles pueden ser, un grupo de personas sin principios ni valores morales cuyo objetivo es enriquecerse mientras dure la fiesta y que, además, deben defender a su jefe a muerte porque están tan pringaus de corrupción como él y si él cae, todos caen. 

¿Alguien me puede explicar la diferencia entre el hipotético gobierno de un Al Capone o de Pablo Escobar y los gobiernos reales de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales o Cristina Fernández?