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viernes, 28 de diciembre de 2012

marionetas. eso son los dirigentes cocaleros. bailan al son de la pipa del jefazo. ahora se aprestan a derogar la Ley 1008 que frenó la actividad pichicatera. vendrá otra Ley más suave, con horizonte ampliado para la siembra del arbusto, verdadero veneno para la humanidad...ese es el plan, por ello quieren el TIPNIS y otros parques...su tierra la chapareña ya está cansada...


Ya no sabemos qué vamos a hacer con este gobierno del Estado Plurinacional que cada día nos da sorpresas nuevas, inesperadas, casi siempre con intenciones inconfesables – no dan puntada sin hilo –, pero que se aprueban sobre la marcha en el Consejo de Ministros, en la Asamblea, o en las gobernaciones que ganaron o birlaron. Todos bailan al ritmo que toca S.E. desde el Palacio, y marcan el mismo paso porque una equivocación les significa ser borrados del mapa, aunque todavía no fusilados como durante el estalinismo ruso.
Diariamente vemos una sucesión de acontecimientos tales que la gente no puede aburrirse leyendo la prensa, oyendo la radio o mirando la televisión, si no fuera por las cosas funestas que nos suceden a los bolivianos. Exceptuando los innegables índices de crecimiento y de reservas internacionales – producto del precio de las materias primas lo sabemos – las noticias van carcomiendo la confianza de la gente, porque están centradas en dos aspectos fundamentales: la corrupción oficial y la ineficiencia administrativa.
Ya no vamos a hablar sobre los titiriteros que han hecho danzar a una docena de abogados, fiscales y jueces por los terribles temas de chantaje y extorsión, porque eso ya está muy manido y finalmente se le va a echar tierra como a todo lo que puede perjudicar a la “nueva” Bolivia, que debe mostrar una faz inmaculada. Si el gran logro del Gobierno es, dizque, la lucha contra la corrupción, ya podemos imaginar lo que son los otros “éxitos”.
Además, sería mucha dosis hacer un recuento de las chambonadas gubernamentales en todos los campos porque son infinitas. Con sólo echarle una mirada rápida al frente exterior, tendríamos para escribir volúmenes enteros. A tal extremo llega la ineficiencia que hasta S.E., sin saber nada de la administración del Estado, parece haberse cabreado con algunos de sus ministros. Se dice que se desharía de alguno o de algunos en el nuevo Día Patrio, el 22 de enero, pero sabemos que si S.E. se acostumbra a algo es muy difícil convencerlo de que cambie de hábito.
A propósito de las marionetas que danzan al son de la música palaciega, la prensa nos ha informado – ¡qué haríamos sin la información periodística! – que el empeño existente en la Asamblea Plurinacional para archivar la Ley 1008 es muy firme y está en sus últimos ajustes. El viceministro de Coca y Desarrollo Alternativo ha manifestado que se está trabajando una nueva norma con las federaciones de cocaleros – aquellas que lidera S.E. – y que existen alrededor de 12 anteproyectos de ley “presentados por productores, legisladores y organizaciones de hoja de coca al detalle…”.
Como no podría ser de otro modo, todos los anteproyectos tienen un denominador común: proponen la ampliación de 12 mil a 20 mil las hectáreas de cocales. Quieren sembrar 8 mil hectáreas más de las permitidas por la 1008. Y eso que el Gobierno se ha declarado un campeón de la lucha contra el narcotráfico. Se habla de más de 10 mil hectáreas de coca erradicada en lo que va del 2012, pero se ignora cuánto más se ha sembrado en el mismo año. ¿Para qué quieren tanta coca? ¿Siguen con el embuste de que se destinará los excedentes del acullico para hacer tortas de coca, refrescos de coca, panes, helados, sopas, jabones, leche de coca? ¿Y la cocaína? ¿Nada de pichicata?
La ley va a ser aprobada ruidosamente y luego se entonará el Himno Nacional. De eso no cabe duda. Ya lo hemos dicho que cada vez que se produce alguna barbaridad en la Asamblea se entona en Himno Nacional, con lágrimas en los ojos por la emoción. Según la agencia de noticias Erbol, el ex ejecutivo del Consejo de Federaciones Campesinas de Yungas de La Paz, Félix Barra, los cultivos se van a expandir a 20 mil hectáreas con la nueva norma, “pero advirtió de que habrán sanciones drásticas para todo aquel cocalero que destine su producción a la fabricación de pasta base de cocaína”. Para muestra de cinismo, un botón. Salvo que Erbol se haya equivocado.
Lucha contra la cocaína fue la que entabló con la ley en la mano el general Hugo Banzer durante su gobierno constitucional. Allá, por el año 2001, cuando el Chapare bullía porque los cocaleros emboscaban y asesinaban a los soldados erradicadores de las plantaciones cuando no bloqueaban los caminos produciendo caos nacional y pérdidas económicas inmensas. Entonces sí se llegó al punto de acabar con la coca excedentaria porque la coca chapareña, la que va al narcotráfico porque no sirve para el acullico, había quedado por debajo del millar de hectáreas. Después, poco a poco, volvió a poblarse de cocales toda la región y a partir del 2006 hubo piedra libre para todos.
Ahora no queda sino esperar que empiece la música palaciega y que dancen las marionetas porque es seguro que durante el año que comienza se derogará la Ley 1008 y la bonanza de los cocaleros continuará su formidable ascenso, tanto como el descrédito del país.

martes, 11 de diciembre de 2012

no es la primera vez. El Deber recuerda que sólo el 5% de la producción de coca va para el acullido. 95% se destina a fabricar cocaína. que tanto la ONU como la UE cuestionan los argumentos para legalizar el masticado olvidando Evo los argumentos históricos en contra.


E l Gobierno convirtió en tema relevante de su agenda nacional el relativo a la legalización del acullico, promoviendo una intensa campaña internacional a favor de un hábito que el inca del Cusco, en los tiempos precoloniales, prohibiera a sus súbditos, según lo acreditan los cronistas de la época. Los españoles lo permitieron después de forma masiva, a fin de que sus vasallos indígenas, con baja alimentación, rindieran mejor en sus feudos y minas.La ofensiva gubernamental en la dirección referida no hizo sino encender un debate que todavía continúa.
Los cuestionamientos partieron tanto de la ONU como de la Unión Europea, haciendo hincapié no solo en el componente de alcaloide dañino para la salud humana contenido en la hoja de coca, sino también en la desproporción entre el volumen global de la producción de coca en Bolivia y el porcentaje del consumo tradicional de la cuestionada hoja.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito abundó en datos elocuentemente demostrativos de la referida asimetría. Amparándose en datos estadísticos fiables, dijo que el 94% de la producción de coca de Chapare y de Yungas es destinada a las plantas clandestinas de fabricación de sulfato de cocaína, eludiendo los mercados legales, mientras que solo un 5% va al consumo tradicional. La droga sale después al exterior a través de Brasil, principalmente, rumbo a mercados de Europa.
El Gobierno enfrentó a la ONU con alegatos que sugerían un alto porcentaje de bolivianos adictos a la masticación de la coca y el rango histórico-cultural de la misma, algo que se comprometió demostrar con un estudio sobre volúmenes de producción, consumo tradicional e industrialización de la coca en Bolivia. Los resultados de ese estudio se hacen esperar y tanto la UE como la ONU ahora piden a Bolivia hacerlos conocer a la mayor brevedad posible. Será a fines de marzo de 2013, según se tiene anunciado.
La comunidad internacional cree que debe colocarse, principalmente a Chapare, en el centro de la mira de la lucha antinarcóticos. Allí, el presidente Evo Morales es el máximo líder de las aguerridas organizaciones cocaleras y se produce la coca que en casi un 70% sirve de principal insumo a las factorías del narcotráfico. Y Chapare, como es sabido, representa un pilar esencial para el Gobierno y le plantea también un serio dilema.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Deber realiza otro intento de confiar en la Palabra del Presidente cuando se refiere a la reducción vountaria de los catos de coca en los parques nacionales. ojalá el diario mayor no tenga decepciones


Mientras entregaba maquinaria agrícola en Chapare, el presidente Evo Morales hizo a los cocaleros del país una muy dura advertencia. Les dijo que deben abstenerse de cultivar coca en los parques nacionales del país. La expresión precisa del presidente incluyó una admonición, pues dijo que quienes no respeten esta decisión se arrepentirán tarde o temprano. Comenzó hablando del parque Carrasco, pero luego manifestó que se refería a todos los parques. En su estilo de oratoria dijo “no podemos invadir los parques nacionales”.
Los batallones ecológicos creados hace poco por el jefe de Estado dentro del Ejército, así como las fuerzas policiales como Umopar, la Felcn y la propia justicia agraria, tienen que escuchar la orden presidencial.
Habrá que hacer una revisión de lo que pasa en estas áreas protegidas. Para ello quizá convenga pedir ayuda de Brasil, país que ha ofrecido usar aviones no tripulados para permitir el control de los cultivos de coca en Bolivia. Es probable que surjan algunas sorpresas en esta verificación, pues se llegará a saber en qué profundidad están siendo violados los parques.
Los habitantes de Yapacaní informan que la reserva de Choré ha sido ocupada por cocaleros que reciben la protección armada de grupos colombianos. El Tipnis ha sido invadido por los primeros adelantados de cocaleros de Chapare. Los parques Madidi, Noel Kempff  y Amboró también han sufrido graves violaciones. Ahora, por lo tanto, con la orden del presidente Morales, corresponde que las FFAA procedan a cumplir esta disposición de su capitán general.
Existe en las Naciones Unidas una repartición que se ocupa de la protección de la naturaleza y del medio ambiente. El propio Banco Mundial tiene programas dirigidos a ese mismo propósito. Compensa a los países que protegen la naturaleza mediante programas de asistencia económica que equivalen a lo que se podría obtener de la explotación de esos territorios. 
El presidente tiene que saber que en esta causa cuenta con el respaldo de los bolivianos.