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lunes, 28 de noviembre de 2011

intenta replicar al Cardenal un funcionario de segunda. que "no ha tomado en cuenta el mercado de las drogas como EEUU, y que no es problema sólo de Bolivia" cuando el prelado se refirió al tema

El viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Cesar Navarro, cuestionó este lunes al Cardenal Julio Terrazas, al considerar que éste desconoce sobre el crecimiento del narcotráfico en Bolivia, por lo que no puede hacer declaraciones sin conocer la realidad.
"Lo que sucede es que muchos desconocen las realidades complejas y múltiples que se da en Bolivia y América Latina. No creo que sea justo y legitimo que una autoridad eclesial reduzca muchas realidades a tres o cuatro palabras que hacen una frase. Es completamente equivocado", sostuvo Navarro en una improvisada conferencia de prensa en inmediaciones de plaza Murillo.
Cardenal Julio Terrazas, en su homilía del domingo recién pasado, dijo que "¿Cómo se puede hablar de Navidad y decir que todo lo bonito se asoma? Cuando se habla que Bolivia está sembrada totalmente de droga y casi en manos de los narcotraficantes".
Para Navarro, este tema no es exclusivo de Bolivia, pues depende también de quienes consumen la droga, que en este caso vendría a ser los "Estados Unidos" a cuyas autoridades pidió refuerce sus políticas para reducir sus niveles de consumo en ese país.
"Lo que nosotros hemos propuesto -incluso con el convenio de Estados Unidos— es que exista una responsabilidad compartida y, parte de la producción, depende de la demanda, por lo tanto los países consumidores tienen que comenzar a regular los niveles de demanda de sus sociedades", señaló el Viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales.
La oficina de la ONU Contra la Droga y el Delito (UNODC) informó el pasado 14 de noviembre que Bolivia estaba a punto de convertirse en uno de los mayores abastecedores de cocaína en el mercado regional sudamericano, situación que ha puesto en alerta a los organismos estatales de prevención y lucha contra el narcotráfico, y que motivó las reflexiones del prelado cruceño.
El consumo de drogas en Estados Unidos bajó "notablemente" en los últimos años, pero creció en Europa y Suramérica, que ahora consumen el 30 y 20 por ciento, respectivamente, de la producción mundial de narcóticos. Se considera que Bolivia ocupa el lugar de tercer productor mundial de cocaína, tras Colombia y Perú. Sin embargo, el 50 por ciento de la cocaína que se decomisa en Bolivia proviene de Perú, lo que lo ha convertido en un país de paso de droga con destino a terceros mercados.

martes, 22 de noviembre de 2011

La Prensa se lamenta que el borrador del convenio trinacional deambule de oficina en oficina sin que Bolivia decida su firma para el control de los sembradíos de coca verdadero origen del problema del azote del narcotráfico

La semana pasada, desde este espacio editorial festejamos —tal vez de manera prematura— la suscripción del acuerdo trilateral entre Brasil, Estados Unidos y Bolivia que tenía como objetivo la ejecución del Proyecto Piloto de Sistema de Control de la Reducción de Cultivos Excedentarios de Coca. Desde nuestra perspectiva, la firma de este documento, además de reconducir nuestras relaciones con el país del norte y otorgar cierta credibilidad respecto a las políticas públicas antidrogas, constituía el entendimiento entre estas naciones sobre la importancia que merece la lucha contra el narcotráfico, toda vez que según datos y estadísticas de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), en los últimos años en las zonas del trópico ha incrementado sustancialmente el número de hectáreas de cultivos de la hoja de coca con destino a los estupefacientes. De igual manera, de un tiempo a esta parte, Bolivia se ha se ha convertido en un espacio de tránsito de cocaína hacia otros países latinoamericanos. Datos que son alarmantes y no pueden dejar de ser considerados por las autoridades de turno.
Aparentemente, las negociaciones estaban totalmente dadas para sellar la alianza, misma que estaba prevista para el 17 de noviembre del año en curso. Las mesas, los manteles, las carpetas y los bolígrafos habían sido preparados para el evento. Sorpresivamente, el acto se postergó un día debido —según fue dado a entender— a aspectos de forma que debían solucionarse con carácter previo. Sin embargo, la firma del acuerdo nunca se dio, y ahora se ha suspendido de manera indefinida su formalización. Según fuentes oficiales, una posible afectación a la soberanía nacional habría detenido la continuidad de la suscripción del convenio trilateral. ¿Será que la participación del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica es un óbice en el tratamiento de este complejo asunto? ¿Será que el ego del Movimiento al Socialismo (MAS) es más grande que la necesidad de activar una efectiva lucha contra el narcotráfico? Se sabe que el Gobierno rechaza cualquier tipo de participación de la DEA (Drug Enforcement Agency) en territorio nacional. En más de un discurso, las principales autoridades del Estado han dejado sentado que esta institución yanqui no volverá a trabajar en Bolivia. Compleja situación, toda vez que la República Federativa del Brasil debe exigir algún tipo de participación de la DEA, ya sea directa o indirectamente. Probablemente, éste es el escollo del asunto.
Mientras se le da vueltas al tema, el tráfico de drogas desde o a través del Estado Plurinacional continúa. Los carteles y otras agrupaciones criminales que radican en el país deben estar viviendo una fiesta. Mientras se da cabida a los discursos, a los dogmas, a los paradigmas que radican en las más altas esferas del MAS, el comercio ilegal de estupefacientes prolifera.

Los Tiempos se hace eco de dos acontecimientos vinculados al tema de la cocaína celebrados en Bolivia sin claridad alguna de parte del oficialismo. preocupa a nuestros vecinos

La falta de claridad gubernamental para encarar el problema de las drogas ya preocupa más a nuestros vecinos que a las grandes potencias
Dos hechos noticiosos, muy ligados entre sí, han coincidido durante los últimos días en nuestro país atrayendo la atención de los gobiernos e instituciones que ven con preocupación el lugar que ocupa Bolivia en la cadena de la producción, comercialización y consumo de drogas en la región sudamericana y, por extensión, en el resto del mundo.
La tan anunciada firma del acuerdo trinacional de lucha contra las drogas entre Bolivia, Brasil y Estados Unidos, acto que a última hora fue postergado el pasado viernes por quinta vez, es uno de los hechos a los que nos referimos. La culminación, el mismo día, de la primera reunión del Consejo Suramericano sobre el Problema Mundial de las Drogas de la Unión de Naciones Suramericanas (Cspmd-Unasur), que tuvo lugar en La Paz con el propósito de adoptar políticas comunes para hacer frente al narcotráfico, es el otro.
Como es fácil constatar, la relación entre ambos hechos es directa y por eso no parece casual que la frustrada firma del convenio trilateral y la suscripción del acta del Cspmd-Unasur hayan coincidido en el mismo día, el viernes, y la misma ciudad, La Paz, ni que hayan tenido, de la parte boliviana, los mismos protagonistas.
Muy ligada a todo lo anterior, y haciendo las veces de telón de fondo de un complejo escenario, está la profusa difusión que en días previos se dio a un análisis realizado por el representante para el país de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Onudc), sobre el uso que actualmente se da a gran parte de la hoja de coca cosechada en Bolivia y el destino que tiene una parte también muy significativa de la cocaína que se elabora en el territorio nacional.
Según el estudio de la Onudc, del total de producción de hoja de coca en Bolivia —31 mil hectáreas durante 2010— dos tercios (más de 20 mil hectáreas) estuvieron y están siendo destinados a la fabricación de cocaína. Y la cocaína así producida habría dejado de tener a Estados Unidos y Europa como sus principales destinos, para ser vendida en países de la región, principalmente Brasil, Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay.
Siendo tanto y tan explícito el interés de los países miembros de la Unasur para comprometer al Gobierno boliviano en un decidido y firme plan de acción que encare a los diferentes elementos del problema del narcotráfico regional, ha sorprendido a propios y extraños la falta de claridad y coherencia de los representantes oficiales de nuestro país.
Para nadie han resultado satisfactorias, por ejemplo, las contradictorias explicaciones dadas sobre los motivos de la nueva postergación por octavo mes consecutivo de la suscripción del convenio trilateral, más aún si se considera que ya es mucho el tiempo que se ha destinado a buscar una fórmula que satisfaga a las partes involucradas.
Ante la falta de información, agravada por explicaciones insostenibles, resulta comprensible que en los organismos internacionales, en los gobiernos de los países vecinos y en la opinión pública nacional crezca la preocupación por la aparente existencia de conflictos internos que obstaculizan que el Gobierno pueda mostrar una decidida voluntad para participar en la lucha contra las drogas como parte de la solución y no del problema.

sábado, 19 de noviembre de 2011

el informe de la ONU sobre las drogas ha sido deformamdo, desinformado, tergiversado por el Gobierno hasta que el texto íntegro llegó a los medios y la verdad es que la ONU califica de fracaso total el "control social" sobre la coca

El Gobierno ha vuelto a los corcovos de siempre en el asunto de la coca y el narcotráfico. El reciente acuerdo con Estados Unidos, que obviamente tiene que ver con la lucha contra las drogas (¿sobre qué más podría ser?), ya sea con la DEA fuera o dentro del país, que para el caso viene a ser lo mismo, ha provocado fuertes reacciones entre las figuras cercanas al presidente Morales que siempre han estado boicoteando las relaciones con Washington, vaya uno a saber por qué motivo.

Resulta obvio el interés de cierto sector gubernamental de mantener las cosas tal como se han venido manejando desde que la DEA fue expulsada del país, pese a las quejas de los países vecinos, que reiteradamente afirman que Bolivia los está inundando de cocaína. El presidente Morales también se lamenta del poder que han adquirido los narcos y él mismo denuncia que los cárteles colombianos y mexicanos han invadido el país, pero todo indica que esas son posturas pasajeras, pues la política real del MAS parece encaminada hacia la máxima tolerancia a los cultivos de coca, cuya incidencia inmediata es una mayor producción de cocaína.

En medio de este ir y venir de poses patrioteras que esconden intereses que nada tienen que ver con la dignidad y la soberanía, ha surgido la ONU a través de su oficina encargada de la lucha contra las drogas, para advertirle al Gobierno que su postura lo está conduciendo hacia un callejón sin salida, si no es que ya está.

César Guedes, de la ONUDC, ha dicho que ha sido un fracaso total el sistema de control social que inventó el Gobierno para que los cocaleros se controlen entre ellos. Con esa herramienta, los sembradíos de coca no han hecho más que crecer en los últimos años, hasta superar las 31 mil hectáreas, cuando lo permitido es 12 mil. Más de dos tercios de esa coca; es decir, unas 35.000 toneladas, no pasan por los controles legales y obviamente terminan en las factorías de cocaína, cuya producción ha crecido en las mismas proporciones.

Semejante libertinaje ha convertido a Bolivia en el principal abastecedor de cocaína del creciente mercado de América del Sur, mientras que apenas el uno por ciento de su producción tiene a Estados Unidos como destino. En ese sentido, las autoridades que tanto se preocupan por la supuesta ingerencia norteamericana en el país, deberían prever las acciones que ya están tomando en este caso los gobiernos de Brasil, Argentina y Chile. Por recientes antecedentes, todos sabemos muy bien que los tres países están trabajando en estrecha relación con la DEA y no siempre de frente al régimen boliviano, al que han comenzado a mirar con desconfianza por motivos sobradamente fundamentados.

Es natural que un Gobierno que dice ser antiimperialista, pero que paradójicamente está dejando que impere el reino de la droga en el país, adopte esta posición tan rebelde, aún en una situación tal complicada como la que determinó la detención del general René Sanabria. Conviene entonces, que las autoridades, incluso las más cerriles, pongan atención a las recomendaciones que hace la ONU. Este organismo siempre ha usado guante de seda en sus relaciones con la administración de Evo Morales. Pero cuando se observa la insistencia con la que reclama alguna respuesta concreta, habría que tomar nota. Puede tratarse de una fraternal advertencia.
César Guedes, de la ONUDC, ha dicho que ha sido un fracaso total el sistema de control social que inventó el Gobierno para que los cocaleros se controlen entre ellos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

está resultando que las familias cocaleras van en aumento geométrico debido a la "bonanza y aparente bienestar", cada nueva pareja quiere tener su propio cato lo que está resultando en una colosal producción de coca por tanto también de cocaína



 El cato de coca familiar

Mauricio Aira


Tema recurrente que no abandona el debate, persiste a lo largo de los años, su origen cuando los productores de coca, mostrándose como víctimas de la represión de los años 2.000, querían reivindicar sus Derechos Humanos, mellados por las acciones políticas destinadas a erradicar el arbusto y llegar al ideal de “coca cero”. Según el fundador del MÁS, Filemón Escóbar los cocaleros constituidos en su gran mayoría de ex mineros relocalizados en El Chapare, necesitaban de un instrumento político para participar y alcanzar el poder, una vez colmado su deseo obtuvieron como su mayor beneficio el derecho al cato de coca por familia.
La justificación jurídica fue aceptada por el parlamento por cuando sus ideólogos aseguraron que sería la mejor forma de controlar y “monitorear” el cultivo de la hoja cuya producción quedaría sujeta al famoso “control social”, presentado como el mecanismo ideal para ejercer una vigilancia comunitaria infalible y casi automática.
Así conceptuado el cato entró a la legislación casi sin oposición y ha estado funcionando en medio de las federaciones del trópico con el apoyo de la Unión Europea que respaldó la iniciativa y la ejecución del “control social” como la mejor forma de evitar excesos sin despojar al productor de su derecho al consumo. Hasta ahí la teoría, aunque en la práctica sucedió lo contrario. Habida cuenta que el 93% de la hoja de coca producida en El Chapare, se destina a la producción de cocaína y solo el 7% es para el masticado, mercado casi exclusivo de la hoja de coca de los Yungas biológicamente más apta para el consumo tradicional dicho de otro modo el cato de los chapareños está siendo utilizado para producir tanta cocaína como nunca antes en la historia de Bolivia.
Se explica entonces que la Administración Morales hubiese tratado de frenar los informes de la ONU, de la OEA, del Departamento de Estado y de los gobiernos que nos circundan Brasil, Argentina y Chile principalmente interesados de verdad en ofrecer un cuadro de la realidad en cuanto a la producción de hojas de coca, a la producción de cocaína y sobre los cuantiosos ingresos que genera esta ilícita economía al punto que resultándole al Estado tan difícil de controlar, el lavado de dólares hace aparecer a Bolivia como “peligrosa región que contamina la economía legal y corriente”.  De regreso al cato familiar se está dando un fenómeno efecto, y es que las familias no quieren compartirlo con todos sus miembros, los jóvenes quieren para sí otras parcelas y cada una con su cato de coca, alguien comentó que se quiere evitar lo mismo que sucedió con la Reforma Agraria, al dividirse la parcela asignada por el INRA a cada núcleo familiar se produjo el minifundio que al cabo de la tercera generación dejó de significar un bien que  justificara  la producción agrícola.
El factor comentado está incidiendo sin duda en las malas nuevas que afectan a Bolivia. Primer productor – proveedor del mercado latinoamericano; la coca es utilizada en un enorme porcentaje para producir cocaína; alarmante criminalidad en torno al narcotráfico que ha creado inseguridad ciudadana, disminución de la actividad turística y hotelera, reducción de las inversiones en todos los rubros especialmente los vinculados a la industria productiva.
En general se está viviendo una nueva era de la proliferación de bandas narcotraficantes, y la penetración del lavado de dinero en transferencias de capital “negro” con que se está adueñando de gran  parte de la propiedad inmueble y de talleres, cooperativas, gasolineras, empresas de transporte, hoteles y espectáculos. Los ejemplos son patéticos y están en cada cuadra de las grandes ciudades de Bolivia.









miércoles, 9 de noviembre de 2011

César Guedes lo dice también de otra forma, el 94% de la coca va para cocaína. generosamente envía 6% a las minas, aunque bueno recordar que "nadie acullica con la chapareña" si hasta en Villa Tunari se vende la yungueña

una de las "hermanitas Terán" pichicateras en libertad
El representante de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito en Bolivia (UNODC, por sus siglas en inglés), César Guedes, afirmó este martes que el 94 por ciento de la coca que se produce en el trópico cochabambino no pasa por el mercado legal ubicado en el municipio de Sacaba.

“El mercado más ilegal es la zona del trópico (cochabambino), ahí el 94% de la coca secada al sol no pasa por el mercado de Sacaba, que se estableció que es legal, estos datos son de DIGCOIN (Dirección General de Control de Hoja de Coca e Industrialización), no son datos de Naciones Unidas”, dijo Guedes, en declaraciones exclusivas a la Red Erbol.

El representante de Naciones Unidas agregó que probablemente una parte de esta cantidad de coca secada va al narcotráfico y otra directamente a centros mineros, donde se consume mucho.

“Es preocupante, pero son datos que nos dieron una entidad estatal, queda claro que la mayor parte de esta producción de coca, de los 55 mil toneladas que se producen en Bolivia, el 65% no es comercializada en estos mercados legales, eso representa unas 35 mil toneladas que no están o aparecen en esos mercados”, afirmó.

Guedes también apuntó que a Naciones Unidades le urge contar en el más breve tiempo posible el estudio sobre el consumo interno de la hoja de coca, que hasta ahora el gobierno de Evo Morales no lo hizo público, después de una serie de anuncios continuamente retrasados.

martes, 8 de noviembre de 2011

35 mil toneladas de coca para la cocaína. informe lacerante e incontrastable de la ONU en Bolivia

Un análisis realizado por el representante para el país de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDC), Cesar Guedes, apuntó a que del total de producción de la hoja de coca en Bolivia, 31 mil hectáreas durante 2010, dos tercios (más de 20 mil hectáreas)fueron destinadas a la producción de droga, según “GAIA Noticias”.
Las áreas cercanas donde se produce esta planta, los Yungas (La Paz) y el Chapare (Cochabamba) son donde mayor presencia de laboratorios y fabricas de estupefacientes existiría. La evaluación alerta sobre la presencia de más ciudadanos extranjeros dedicados a la actividad ilícita de la producción y tráfico de pasta base y clorhidrato; el intercambio de fuego entre colombianos y efectivos de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (UMOPAR) en el río Sécure, fue una muestra clara del incremento de esta actividad delictiva.
Guedes, también hizo notar que al país llegan emisarios de carteles internacionales, sobre todo colombianos, realidad que debería ser visibilizada por las autoridades, porque muchas de estas personas llegan a territorio nacional para incentivar logística y económicamente las actividades ilegales de clanes familiares ligados al mundo del narcotráfico.
 
Desvió de hoja de coca. Un informe de la Dirección General de Control de hoja de Coca e Industrialización (DIGCOIN), según la red Erbol da cuenta que el año 2009, en toda Bolivia, hubo una cosecha de 54.628 toneladas de coca, de las cuales aproximadamente 35.161 toneladas no pasaron por ninguno de los controles de esa oficina gubernamental, cantidad que en el mercado ilícito se habría comercializado en un valor de 265 millones de dólares.
Para 2010, la cantidad de coca comercializada en el país llego a los 40 millones de libras, de las cuales 80 por ciento pertenecieron a los Yungas paceños y 20 por ciento al Chapare de Cochabamba. Durante esa gestión se confisco 1.500.000 libras de la planta. 

El valor y la producción. En 2010 el valor de la producción de hoja de coca en Bolivia alcanzó aproximadamente los 310 millones de dólares. Este valor equivale al 1,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Mensualmente, a Santa Cruz llegan alrededor de un millón y medio de libras de coca, gran parte de este producto, según informes de la FELCN, se desvían a la población de Yapacaní ubicada a 130 km de la capital oriental y a 170 km de Chapare.
20 Mil
hectáreas de coca son utilizadas en Bolivia para producir cocaína., según la ONU.
27 Toneladas
 de cocaína se han destruido desde enero hasta octubre
El tercer productor de coca en el mundo
Bolivia es el tercer productor de hoja de coca y de cocaína, detrás de Perú y Colombia. ONU indica que en Bolivia hay más de 30 mil hectáreas de coca.
SEGÚN LA OPOSICIÓN
Más cultivos de coca alientan presencia de los narcos
LA NORMA. La Ley 1008, reconoce como legales solo 12.000 hectáreas. A ellas se sumaron las 8.000 ha, que legalizó el presidente Evo Morales a través de un decreto, para incluir la producción registrada en los catos del Chapare.

DENUNCIA. La actividad del narcotráfico en Bolivia se fortaleció en los últimos seis años a causa del incremento de los cultivos de coca en el trópico de Cochabamba, los Yungas y parque nacionales, lo que dio lugar a la presencia de redes organizadas de traficantes colombianos, mexicanos y peruanos, denunció el senador Róger Pinto

lunes, 7 de noviembre de 2011

dos veces de la cantidad destinada al akulliku, se utiliza para producir cocaína. NNUU lo expresa claramente. de qué sirve que Evo informe sobre la erradicación si la diferencia es abismal. causa de alarma mundial!

Un análisis realizado por el representante para el país de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDC), Cesar Guedes, apunta a que del total de producción de la hoja de coca en Bolivia, 31 mil hectáreas durante 2010, dos tercios (más de 20 mil hectáreas) estuvieron y están siendo destinadas a la producción de droga, según “GAIA Noticias”.
Las áreas cercanas donde se produce esta planta, los Yungas (La Paz) y el Chapare (Cochabamba) son donde mayor presencia de laboratorios y fabricas de estupefacientes existiría.
La evaluación alerta sobre la presencia de cada vez más ciudadanos extranjeros dedicados a la actividad ilícita de la producción y tráfico de pasta base y clorhidrato; el intercambio de fuego entre colombianos y efectivos de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (UMOPAR) en el rio Sécure sería una muestra clara del incremento de esta actividad delictiva.
“Esta situación ya es una alerta y es importante que estos casos se estudien, se analicen y se vean realmente los tentáculos de este tipo de bandas, organizaciones que están operando en el país; al haber habido ya muertos y detenidos creo que es una oportunidad realmente para analizar y que las autoridades den a conocer pues en qué situación se encuentra este tipo de crimen organizado en el país y que se tomen rápidamente las medidas del caso”, recomendó el representante.
La solución del problema, según la ONUDC, no solo pasa por incrementar las incautaciones de droga en el país, sino también por diseñar y ejecutar estrategias certeras para erradicar los cocales, debido a que su existencia alentaría y facilitaría, de alguna manera, la producción de droga en Bolivia.
Guedes también señaló que al país llegan emisarios de carteles internacionales, sobre todo colombianos, realidad que debería ser visibilizada por las autoridades, porque muchos de estos sujetos llegan a territorio nacional para incentivar logística y económicamente las actividades ilegales de clanes familiares ligados al mundo del hampa.
Un reciente informe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) detalla que en el país se incautó entre enero y octubre de esta gestión más de 27 toneladas de cocaína, además de destruirse 16 laboratorios de cristalización.
Desvió de coca
Un informe de la Dirección General de Control de hoja de Coca e Industrialización (DIGCOIN) señalan que durante el año 2009, en toda Bolivia, hubo una cosecha de 54.628 toneladas de coca, de las cuales aproximadamente 35.161 toneladas no pasaron por ninguno de los controles de esa oficina gubernamental, cantidad que en el mercado ilícito se habría comercializado en un valor de 265 millones de dólares.
Para 2010, la cantidad de coca comercializada en el país llego a los 40 millones de libras, de las cuales 80 por ciento pertenecieron a los Yungas paceños y 20 por ciento al Chapare de Cochabamba. Durante esa gestión se confisco 1.500.000 libras de la planta.
En el país la cosecha, traslado y comercialización de coca es fiscalizada solo por 140 efectivos del Grupo Especial de Control de Coca (GECC) y 120 funcionarios de DIGCOIN.
Mensualmente, al departamento de Santa Cruz llegan alrededor de un millón y medio de libras de coca, gran parte de este producto, según informes de la FELCN, se desvían a la población de Yapacaní ubicada a 130 km de Santa Cruz de la Sierra y a 170 km de Chapare.
En 2010 el valor de la producción de hoja de coca en Bolivia alcanzó aproximadamente los 310 millones de dólares. Este valor equivale al 1,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
La norma
La Ley 1008 reconoce como legales sólo 12.000 hectáreas. A ellas se sumaron las 8.000 has, que legalizó el presidente Evo Morales a través de un decreto, para incluir la producción registrada en los catos del Chapare. (Erbol)

domingo, 6 de noviembre de 2011

de cada 10, 9 hojas de coca van a la cocaína. más claro no puede ser. lo sostiene Andrés Gómez Vela en Página 7, en artículo no desmentido hasta ahora.

    Los datos extraoficiales y oficiales revelan que de cada 10 hojas de coca del Chapare, al menos nueve van al mercado ilegal. ¿A qué mercado ilegal? Sólo se conoce el del narcotráfico. En otras palabras, las federaciones de cocaleros del trópico cochabambino, presididas por el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, producen materia prima para el narcotráfico. Lo admitió hace tiempo el mismo Morales, cuando dijo a sus bases: “ustedes saben que una parte de la coca desvían al problema ilegal (del narcotráfico)”. Según datos de Naciones Unidas, en el último año (2010) el Chapare produjo 26.800 toneladas métricas de coca, de las cuales sólo 1.800 entraron a los mercados autorizados, lo que equivale a decir que alrededor del 93% no va al acullicu, pijche u otro uso tradicional de la hoja de coca. Las recientes informaciones de la ONU señalan además que en el país hay 30.900 hectáreas, aunque otros organismos y países indican que la cifra ya rebasó las 35.000 hectáreas. Entonces, si casi toda la coca del Chapare se va al narcotráfico, ¿qué cantidad de coca necesita el país para el uso tradicional? En la década del 80, la devaluada Ley 1008 fijó 12.000 hectáreas en los Yungas. Aquella cifra fue producto de un simple cálculo, al menos no se conoció un análisis de campo. A fin de superar esta deficiencia, se encargó el año pasado, con apoyo de la cooperación externa, un estudio real. Por las informaciones obtenidas, la investigación ya fue concluida, pero curiosamente aún no se publican los resultados. Ante esta viscosidad y a riesgo de ser declarada persona no grata por las seis federaciones de cocaleros, me animo a pensar que los bolivianos necesitan menos de 12.000 hectáreas para uso lícito. Es cierto, el cálculo no se basa en una investigación, sino en dos presunciones empíricas elementales: a) Las nuevas generaciones no tienen como preferencia la coca, los consuetudinarios acullicadores o pijchadores son reemplazados poco a poco por personas que tienen otros gustos y visiones; b) los hábitos alimenticios, tanto en el área rural como urbana, han ido cambiando muchísimo en el último tiempo y la hoja en cuestión ya no es tan requerida para resistir horas y horas de explotación laboral o de otra naturaleza. Es probable que en los próximos días, el país conozca los resultados del estudio mencionado, pero me asalta una inseguridad informativa sobre “los datos oficiales”, porque el Gobierno es juez y parte desde el momento que Morales preside tanto al país como las federaciones de cocaleros. Tengo enormes dudas incluso sobre las decisiones gubernamentales a partir de los resultados. Por ejemplo, imaginemos que la investigación demuestre que el país requiere sólo 12.000 hectáreas, las restantes 18.900 deben ser erradicadas porque quedaría demostrado que van al narcotráfico y Bolivia no puede alimentar una actividad ilícita en el proceso de cambio. Entre las zonas donde se realizaría la erradicación figuraría obviamente el Chapare. ¿Podrá el Gobierno asumir una decisión de esta naturaleza? Si fuera así, habría una mala y una buena noticia para Morales. La mala, el Presidente se quedaría sin sus bases, y la buena, Bolivia se libraría (en cierto modo) de un mal que carcome las instituciones sociales, políticas y jurídicas, y consume miles de vidas. Para evitar susceptibilidades internacionales y nacionales debiera desarrollarse un estudio sin la participación del Gobierno, sino sólo de organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas y la Comunidad Económica Europea, o al menos debiera prepararse el informe sin la intervención del Ejecutivo. Una investigación de estas características favorecería al país, pero más que todo al propio presidente Morales, quien luego diría al mundo con la suficiente solvencia moral que “no hay una sola hoja de coca (del Chapare) desviada al problema ilegal”. Andrés Gómez Vela es periodista.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La Coca Contra las Cuerdas. titula Harold Olmos su último artículo que revela la presión de la Unión Europea para que Evo presente "un estudio serio" sobre el tema dado que recibió un millón de euros . no puede continuar la demora injustificada

Los países europeos han manifestado impaciencia con Bolivia a raíz del crecimiento de los cultivos de la llamada “coca excedentaria”, que alimenta la producción de drogas, y le reclaman un  “estudio serio” sobre el consumo natural y los excedentes de producción de los que se nutre el narcotráfico.
La información sobre la actitud europea fue dada en las últimas horas por Erbol, que colocó en su página web una entrevista con el embajador de Dinamarca, Morten Elkjaer.
El diplomático dijo que los países europeos aguardan “un estudio bien hecho” por parte de Bolivia respecto al consumo interno de la hoja y sobre el combate al narcotráfico.  “Hay preocupación en todo el mundo sobre el narcotráfico. Es importante que los estudios que se hagan sean bien hechos. Yo creo que es la primera vez que se aprobó hacer un estudio sobre eso, respecto al consumo de la coca. Tiene que ser un estudio bien hecho y de calidad”, dijo el diplomático, citado por Erbol. En lenguaje diplomático, las palabras del representante europeo llevan un mensaje que las autoridades no podrán ignorar: basta con informes que muestran cifras y presentan afirmaciones no comprobables por estudios independientes.
Para ese estudio, la Unión Europea asignó a Bolivia un millón de euros y  debía haber sido entregado en octubre al cabo de año y medio de retraso, dice la ihformación. Pero el mes acaba de vencer y el trabajo aún no llegó a manos europeas, de acuerdo al informe de Erbol.
Bolivia, particularmente bajo el gobierno del presidente Morales, insiste en que el consumo de coca es una tradición ancestral y que los países con alto consumo de cocaína deberían hacer más esfuerzos contra las drogas entre sus propios consumidores.
La noticia viene tras la racha de descubrimientos de laboratorios de producción de droga a lo largo de casi todo el año y la captura de decenas de personas sospechosas de narcotraficar. Similar impaciencia fue exhibida anoche por el presidente del Comité pro Santa Cruz, Herland Vaca Díez. Al leer un mensaje durante una ceremonia en la que se conmemoraban 61 años de la creación de ese comité, Vaca Díez reclamó protección para los parques nacionales del departamento, invadidos por sembradores de coca.
El temor de que el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure se vuelva tierra libre para los cocaleros fue una de las razones para la rebelión pacífica de los nativos que obligaron al gobierno a cancelar el proyecto carretero que atravesaría el lugar. Más de un millar de nativos y simpatizantes de la preservación de ambiente marcharon durante 66 días desde Trinidad hasta La Paz y fueron objeto de una de las mayores manifestaciones de simpatía de la sede del gobierno que con desgano visible tuvo que anular la ley que permitía la construcción de la vía por ese parque.
Erbol también entrevistó al jefe de la Delegación de la UE, Kenny Bell, quien dijo que los países europeos, donde el gobierno del presidente Morales gozaba de amplias simpatías, esperaban recibir ese documento a pesar de la sensibilidad que lo rodea.
Originalmente, el estado boliviano autorizaba  una extensión máxima de 12.000 hectáreas a ser dedicadas a  los sembradíos de coca. Luego, esa cantidad fue ampliada a 20.0o0. El total de área cultivada sería de 31.000, de acuerdo con los más recientes informes de Naciones Unidas. La nota de Erbol, que asocia a más de 300 emisoras rurales, dice que el total excedentrio llegaría a 19.000 hectáreas, es decir que habría  un total de 39.000 hectáreas de cocales. La cifra anterior ya era un récord para Bolivia, que es el tercer productor de hoja de coca, después de Colombia y Perú.